Si algo demostraron los ataques islamistas perpetrados los últimos años en toda Europa es que la seguridad absoluta no existe. Pero el atentado del miércoles en Barcelona plantea la pregunta de si uno de los puntos más turísticos de España contaba con todas las medidas de protección necesarias. Las miradas apuntan a un elemento de prevención en concreto: barreras de contención. La Rambla de Barcelona, donde se produjo el atropello masivo, carecía de pretiles de hormigón o maceteros que impidieran el acceso de vehículos a zonas peatonales, pese a ser una de las calles más emblemáticas y transitadas de Barcelona.
Numerosas ciudades de Europa y de España colocaron refuerzos de ese tipo en zonas muy transitadas tras otros atropellos masivos como los de Niza, Berlín o Estocolmo. La Policía Nacional española lo había recomendado incluso a Barcelona en diciembre, pero la ciudad evitó dar ese paso en La Rambla. "Era una propuesta como muchas otras y estaba en estudio", explicaron ayer a la agencia fuentes de la Consejería de Interior del Gobierno catalán. "No se descarta ni se confirma su aplicación. Se está analizando, como muchas otras propuestas".
También el responsable de Interior de la región, Joaquim Forn, resaltó ayer que es "imposible" colocar bolardos en cada punto de la ciudad que pueda considerarse un objetivo para los terroristas. Su instalación casi bloquearía la circulación en la ciudad y no impediría ataques en otros puntos, argumentó. Otras zonas turísticas de la ciudad nororiental como la Sagrada Familia, la impactante basílica diseñada por Antoni Gaudí y considerada símbolo de Barcelona, cuentan con dispositivos de seguridad especiales.
La Rambla, un bulevar de 1,2 kilómetro salpicado de restaurantes y teatros y recorrido por miles de turistas cada día, suele contar con una fuerte presencia policial. Quiosqueros de la calle aseguraron ayer que habían reclamado también la colocación de barreras de hormigón al Ayuntamiento de Barcelona, aunque sin éxito.
El debate sobre la seguridad en Barcelona promete prolongarse los próximos días: gran reclamo turístico de España y símbolo de apertura y libertad, la ciudad nororiental era también un objetivo islamista como capital de Cataluña, uno de los "puntos calientes"del yihadismo en España.
Gran preocupación
Según datos del Ministerio del Interior recogidos ayer por el diario El País, Cataluña fue este año la comunidad autónoma de España donde se produjeron más operaciones antiterroristas con 14 detenidos y diez operaciones policiales, datos que representan además un aumento en comparación con el año anterior. "De hecho, Barcelona se ha erigido en los últimos años como la gran preocupación de las fuerzas de seguridad", comentó el diario. Se considera que los otros dos puntos sensibles para la amenaza yihadista son Ceuta y Melilla, los enclaves de España en el norte de Africa. Tras el atropello masivo en Barcelona y otro intento de atentado frustrado horas más tarde en la localidad de Cambrils, a unos 100 kilómetros, España revisa su estrategia antiterrorista más allá de esos puntos.
Diversas ciudades reforzaron ayer la seguridad en puntos turísticos y Madrid volvió a colocar bolardos en torno a la céntrica Puerta del Sol. El gobierno se reunirá hoy para analizar si eleva el nivel de alerta terrorista en España, situado en el punto 4 de 5 en junio de 2015. Desde entonces fueron detenidos más de 180 presuntos yihadistas.
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, aludió el miércoles a esas detenciones al agradecer a las fuerzas de seguridad. "La labor abnegada de estos hombres y mujeres durante tantos años ha conseguido protegernos durante mucho tiempo", dijo en Barcelona. Pero la protección total, como volvió a demostrar el atentado, es imposible.