La invasión rusa de la provincia ucraniana de Crimea a inicios de 2014 continuó con una guerra muy violenta en la zona de Ucrania fronteriza con Rusia, el Donbas. Esta región tiene mayoría de población rusófona. Moscú armó a una milicias que entraron en combate ese año con el ejército ucraniano. Cuando este comenzó a imponerse y a avanzar sobre el Donbas a mediados de 2014, súbitamente aparecieron potentes fuerzas militares con tanques, aviones y helicópteros que derrotaron y obligaron a la retirada a los ucranianos. Los analistas militares indican que las tropas no identificadas que vencieron a los ucranianos eran rusas que se habían quitado sus identificaciones. La guerra se extendió de abril a octubre de 2014 y terminó con un armisticio, que se cumple precariamente hasta hoy, aunque los intercambios de fuego son habituales. La guerra de 2014 dejó casi 14 mil muertos en los dos bandos. El uso de armas pesadas causó numerosas bajas, tanto entre combatientes como civiles, y dañó infraestructura fundamental, como el aeropuerto de Donetsk y numerosas rutas.
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Combates en el este de Ucrania a mediados de 2014. Esa guerra terminó en septiembre, con la pérdida para Ucrania de sus dos provincias orientales.
"Los planes rusos prevén una ofensiva militar contra Ucrania tan pronto como a principios de 2022, con una escala de fuerzas dos veces mayor que la que vimos esta pasada primavera (boreal) durante un ejercicio militar de Rusia cerca de las fronteras de Ucrania", dijo un funcionario de EEUU, bajo condición de anonimato. "Los planes implican un amplio movimiento de 100 grupos tácticos de batallones con un número estimado de 175.000 personas, junto con blindados, artillería y equipos" pesados.
El documento de la inteligencia estadounidense obtenido por The Post, que incluye fotos de satélite, muestra a las fuerzas rusas concentrándose en cuatro lugares. Actualmente, 50 grupos tácticos de combate están desplegados, junto con tanques y artillería "recién llegados", según el documento.
Mientras que las evaluaciones ucranianas indican que Rusia tiene aproximadamente 94.000 tropas cerca de la frontera, EEUU eleva el número en 70.000, pero sobre todo predice una acumulación de hasta 175.000 y describe un amplio movimiento de grupos tácticos de batallones hacia y desde la frontera "para ocultar las reales intenciones y crear incertidumbre".
El análisis estadounidense de los planes de Rusia se basa en parte en imágenes de satélite que "muestran unidades recién llegadas a varios lugares de la frontera ucraniana durante el último mes", dijo un funcionario.
Los detalles de la inteligencia estadounidense ofrecen un panorama que el secretario de Estado Antony Blinken comenzó a esbozar la semana pasada durante un viaje a Europa, donde describió "la evidencia de que Rusia ha hecho planes para realizar movimientos agresivos significativos contra Ucrania" y advirtió que habría consecuencias severas, incluyendo medidas de alto impacto económico, si Rusia invadía.
Biden dijo que está preparando medidas para elevar el precio de una nueva invasión para Putin, que desestimó las advertencias de Estados Unidos como rumores y dijo que Rusia no amenaza a nadie.
"Lo que estoy haciendo es reunir lo que creo que será el conjunto más completo y significativo de iniciativas para hacer muy, muy difícil que el señor Putin siga adelante y haga lo que a la gente le preocupa que pueda hacer", dijo Biden el viernes.
Los movimientos militares rusos se producen en un momento en el que Moscú luego de una repentina movilización de reservistas este año y una dramática escalada de su retórica respecto a Ucrania.
Funcionarios rusos defendieron la movilización de reservas como una medida necesaria para ayudar a modernizar las fuerzas armadas rusas. Sin embargo, en Washington expresaron preocupación por el "repentino y rápido programa para establecer una reserva lista de reservistas contratados", que añadirá 100.000 soldados adicionales a los aproximadamente 70.000 desplegados actualmente.
La información sobre un posible aumento de las fuerzas refuerza una advertencia hecha a principios de esta semana por Blinken de que Putin podría ordenar rápidamente una invasión de Ucrania y ayuda a explicar por qué los funcionarios de la administración Biden han estado haciendo sonar las alarmas sobre la amenaza de una invasión inminente durante semanas.
"No sabemos si el presidente Putin ha tomado la decisión de invadir. Lo que sí sabemos es que está poniendo en marcha la capacidad de hacerlo a corto plazo en caso de que así lo decida", dijo Blinken a los periodistas en Europa un día antes de reunirse con el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov. "Debemos prepararnos para todas las contingencias".
Lavrov comentó: "El escenario de pesadilla de la confrontación militar está regresando". Pareció una tácita pero clara admisión de la posibilidad de una nueva guerra con Ucrania.
El documento de inteligencia de EEUU dado a conocer por el Post también sugiere que las fuerzas rusas pueden estar dejando equipo en instalaciones de entrenamiento para permitir que un ataque a Ucrania comience rápidamente. "El equipo puede ser dejado atrás en diferentes ensayos y ejercicios de entrenamiento para permitir una rápida acumulación" de material vital para una operación ofensiva, añade el documento.
Por otra parte, un funcionario del gobierno ucraniano dijo que los ejercicios militares rusos realizados a principios de este año cerca de las fronteras de Ucrania ayudaron a las fuerzas rusas a ensayar una invasión. "Las tropas rusas trabajaron sobre la creación de grupos de ataque cerca de las fronteras de nuestro estado, las medidas de movilización, el apoyo logístico de los grupos, la transferencia de importantes contingentes militares, incluso por aire" desde Rusia a la frontera con Ucrania, dijo el funcionario de Kiev hablando bajo anonimato.
Al tiempo que prepara el terreno para una invasión, el gobierno ruso también lleva a cabo una campaña de propaganda, dijo el funcionario estadounidense al Post. "En el último mes, nuestra información indica que los 'proxies' de influencia rusa y los medios de comunicación han comenzado a aumentar el contenido que denigra a Ucrania y a la Otán, para culpar a Ucrania de una potencial escalada militar rusa", dijo el funcionario. "Proxies" es una expresión inglesa que, usada en el ámbito militar, designa a quienes combaten en favor de una nación que no pone tropas propias en el terreno. En este caso son las tropas o milicias prorrusas del Donbas, las que cuentan desde 2014 no solo con fusiles y morteros sino también con artillería, tanques y blindados de infantería.
"La información reciente también indica que funcionarios rusos propusieron ajustar las operaciones de información de Rusia contra Ucrania para enfatizar la narrativa de que los líderes ucranianos habían sido instalados por Occidente, albergan un odio hacia el 'mundo ruso' y están actuando en contra de los intereses del pueblo ucraniano."
Desde Letonia, Blinken advirtió a los ucranianos que no dieran a Rusia un pretexto para una acción militar. "También instamos a Ucrania a que siga actuando con moderación porque, de nuevo, el libro de jugadas ruso es alegar una provocación para hacer algo que estaba planeando hacer todo el tiempo".
Putin exige a Estados Unidos y a sus aliados que den garantías firmadas que excluyan cualquier ampliación de la Otán para incluir a Ucrania y Georgia y que limiten la actividad militar cerca de las fronteras de Rusia, sobre todo en Ucrania y sus alrededores. Putin sugiere desde hace meses que las actividades militares de Estados Unidos y sus aliados en Ucrania y cerca de las fronteras de Rusia están cruzando una línea roja para el Kremlin. Estas actividades son básicamente el envío de naves de guerra a Ucrania a través del Mar Negro y de aviones de combate de visita. Rusia necesita "garantías legales y judiciales precisas porque nuestros colegas occidentales no han cumplido los compromisos verbales que asumieron", dijo Putin en un discurso en el Kremlin la semana pasada, sugiriendo el inicio de "conversaciones sustantivas sobre este tema".
Putin lleva mucho tiempo arremetiendo contra la expansión de la Otán hacia el Este, que incluyó desde los años 90 a naciones del antiguo Pacto de Varsovia. Las considera como una invasión irrespetuosa de Rusia. Dijo que un acuerdo concreto debe "descartar cualquier otra expansión de la Otán hacia el este y el despliegue de sistemas de armas que supongan una amenaza para nosotros en las proximidades del territorio de Rusia".
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, rechazó de plano la idea de que Washington ofrezca una garantía de que Ucrania no entrará en la Otán. "Los países miembros de la Otán deciden quién es miembro de la Otán, no Rusia", dijo Psaki durante una sesión informativa en la Casa Blanca. "Así es como ha funcionado siempre el proceso y como procederá. Creo que es importante recordar de dónde viene la acción provocadora. No es de Estados Unidos. No es Ucrania". Para el orgullo nacional ruso es una afrenta que ex naciones satélites de Rusia en tiempos soviéticos, como Polonia, las repúblicas bálticas, Hungría y República Checa, entre otras, sean miembros de la Otán. Para estas naciones, que padecieron el yugo soviético durante 45 años, la Otán, al igual que la Unión Europea, son un reaseguro de independencia de su temido vecino oriental.
Funcionarios estadounidenses y ucranianos y analistas militares creen que Rusia organizaría una invasión a mucha mayor escala ahora que en 2014, cuando el país se anexionó Crimea y armó y dirigió el movimiento separatista en el este de Ucrania. El plan, según los funcionarios y analistas, podría consistir en obligar a las tropas ucranianas a luchar en múltiples frentes, buscando no tanto el territorio como una capitulación de Kiev y sus apoyos occidentales que se traduzca en las garantías que exige Putin. Los analistas militares han comparado esa estrategia con la invasión de Georgia por parte de Rusia en 2008.
Putin dijo que los ejercicios con bombarderos estratégicos con capacidad nuclear de Estados Unidos que sobrevuelan el Mar Negro suponen una amenaza para Moscú, junto con los sistemas de defensa antimisiles de Estados Unidos en Polonia y Rumania. También expresó su preocupación por el supuesto despliegue por parte de la Otán de misiles en territorio ucraniano que podrían tener un tiempo de vuelo de siete a diez minutos hasta Moscú, aunque no se han anunciado tales planes.