Un avión de pasajeros ruso se estrelló ayer en la península del Sinaí en Egipto y murieron las 224 personas que viajaban a bordo, la mayoría turistas rusos, en tanto que el grupo Estado Islámico afirmó haberlo derribado. El Airbus 321, cuyo destino era San Petersburgo, desapareció de los radares 23 minutos después de despegar de la localidad vacacional de Sharm el Sheij, cuando volaba a una altitud de más de 30.000 pies (9.000 metros). El ministro de Aviación egipcio, Hossam Kamal, informó que el avión no emitió ninguna llamada de emergencia antes de precipitarse a tierra y que la comunicación con el control fue normal y continuó hasta que el aparato desapareció del radar. A bordo del Airbus de la compañía siberiana Kolavia iban 217 pasajeros, entre ellos 24 niños, y siete miembros de la tripulación. Tres pasajeros eran ucranianos. Las autoridades egipcias consideraron que el accidente en el que no hubo sobrevivientes se debió a una falla técnica y descartaron que se tratara de un atentado terrorista. El gobierno ruso también consideró improbable que el aparato fuera derribado intencionalmente, tal como aseguró un grupo terrorista.
Una rama egipcia de la milicia terrorista Estado Islámico (EI) aseguró en varias páginas de Internet que el avión había sido derribado por esta organización. "Los soldados del Califato lograron abatir un avión ruso en la provincia del Sinaí que transportaba a más de 220 cruzados, y todos murieron", afirmó el grupo extremista en un comunicado colgado en sus cuentas de Twitter, asegurando haber actuado en represalia a las "decenas de muertos (causados) a por los bombardeos" de los aviones rusos en Siria.
Escepticismo. Moscú reaccionó con escepticismo al comunicado del EI. "Esta información no puede considerarse exacta", comentó el ministro de Transportes ruso, Maxim Sokolov. El premier egipcio, Sherif Ismail, evitó contestar las preguntas sobre la reivindicación del EI e insistió que solo las cajas negras explicarán el origen del accidente. De todas formas, las compañías aéreas Air France y Lufthansa anunciaron que sus aviones evitarán cruzar el espacio aéreo sobre la península del Sinaí hasta que se determine las causas del siniestro.
El aparato se estrelló en una convulsionada región, en la que también hay seguidores del EI. Rusia realiza desde septiembre bombardeos contra la milicia sunita en Siria y respalda así la lucha del régimen del presidente Bashar Assad contra la agrupación terrorista. El experto militar ruso Igor Korochenko señaló que el EI probablemente no cuenta con las armas necesarias para poder derribar un aparato que vuela a unos 9.000 metros. "Se puede afirmar con bastante seguridad que todo lo que vuela a una altura de más de 4.500 metros no está al alcance de ellos", dijo. Otros expertos no excluyeron la posibilidad de una bomba a bordo o de que el avión fuera alcanzado por un cohete o un misil si perdió altura tras una falla técnica.
Los restos del aparato fueron hallados cerca del aeropuerto de Al Arish, norte del Sinaí. Al igual que el Kremlin, Egipto envió un equipo a la ciudad de Al Hassan, al sur de Al Arish, para investigar las causas del accidente. La caja negra de la cola de avión ya está siendo analizada.
Se perdió contacto. Según el responsable de la agencia federal rusa de aviación, Sergei Izvolsky, "la tripulación debía contactar con Lárnaca (Chipre) pero no lo hizo y el avión desapareció de las pantallas de radar". Desde la revuelta de 2011 en Siria que expulsó del poder al ex presidente egipcio Hosni Mubarak y los dos años de caos que siguieron al derrocamiento por el ejército del mandatario islamista Mohamed Mursi, el turismo está alicaído. Las fuerzas de seguridad del actual presidente, Abdel Fatah al Sisi, se enfrentan a constantes ataques de la rama egipcia del EI EM_DASHautodenominada Provincia del SinaíEM_DASH, en el norte del Sinaí, donde se estrelló el avión. Pese a ello, las localidades turísticas del sur de la península siguen siendo uno de los principales destinos turísticos del país, muy apreciados por ciudadanos rusos y de Europa del Este.
La nave pertenecía a la aerolínea siberiana Kagalymavia o Kolavia, también conocida como Metrojet. Un vocero de la compañía descartó un error humano: con 12.000 horas de vuelo, el piloto era muy experimentado y el avión disponía de todos los certificados necesarios, afirmó. El Airbus, de más de 18 años de antigüedad, tuvo varios dueños desde 1997, entre otros de países como Líbano. Kolavia lo adquirió en 2012.
El copiloto se habría quejado
La esposa del copiloto del avión ruso que se estrelló en Egipto dice que su marido se quejó del estado de la aeronave, de acuerdo con un canal de televisión ruso. La estatal NTV difundió ayer una entrevista con Natalya Trukhacheva, identificada como la esposa del fallecido copiloto Sergei Trukachev. La mujer aseguró que una de sus hijas "le llamó antes de que él despegara y éste se quejó antes del vuelo de que el estado técnico de la aeronave, construida en 1997, dejaba mucho que desear". Un funcionario egipcio había dicho anteriormente que, previamente a que el avión perdiera contacto con los controladores de tráfico aéreo, el piloto había enviado un mensaje de radio en el que dijo que la aeronave tenía problemas técnicos y que él intentaría aterrizar en el aeropuerto más cercano.
Investigación. Al respecto, el presidente ruso, Vladimir Putin, ordenó la creación de una comisión estatal encabezada por el primer ministro, Dimitri Medvedev, para investigar el siniestro. La fiscalía general rusa abrió ya una investigación. Las cajas negras serán analizadas en Moscú tras su recuperación. Además, Putin ordenó el envío inmediato de ayuda a los familiares de las víctimas, a quienes transmitió sus condolencias. El Kremlin decretó hoy una jornada de luto. Medvedev habló de una "pérdida irreparable".EN_SPACELos psicólogos están atendiendo a los familiares de las víctimas en el aeropuerto de San Petersburgo, donde iba a aterrizar el Airbus 321. Según las autoridades, los familiares podrán viajar al lugar del accidente para despedirse de sus seres queridos. Gran parte de la zona está, sin embargo, cerrada debido a la amenaza terrorista.
El presidente egipcio, Abdel Fatah al Sisi, también ordenó una rigurosa investigación del siniestro y manifestó sus condolencias a Rusia.