Cuando el lunes próximo los más de 1.200 docentes se reúnan en el congreso que
el Ministerio de Educación nacional prepara en Paraná para iniciar los festejos por el
Bicentenario, los maestros puntanos harán sentir su presencia o quizás su ausencia. Hace cinco
semanas que protagonizan un paro por tiempo indeterminado, sin lograr conmover al gobernador
Alberto Rodríguez Saá a sentarse a dialogar. Desde la Asociación Sanluiseña de Docentes Estatales
(Asde) aseguran que están dando "una lección cívica" en una provincia donde "la democracia está
dibujada". Los gremios de base, junto a la Ctera piden que intervenga el gobierno nacional.
A los ojos del país, San Luis se ha reflejado, a través de los medios y en más de una
oportunidad, como una provincia próspera y a imitar en varios terrenos. Sin embargo, a la fecha es
la única donde todavía no han comenzado las clases. "Esto lo vivimos con gran indignación", dice a
La Capital antes de explayarse sobre el conflicto, la dirigente de Asde, Sonia Reymond.
"Nuestra lucha comenzó —repasa— con una reivindicación salarial y de mejoras al
básico (piden llevarlo de 715 a 1.140) pero ahora trascendió a ese pedido inicial". Para entender
de qué se trata la firmeza de este reclamo hay que saber que en San Luis, por ejemplo, no rige el
principio "a igual trabajo, igual salario", ya que los maestros que tienen dos cargos, en lugar de
cobrar dos salarios, reciben uno completo y un tercio por el segundo.
Pero hay más, las amenazas, intimidaciones y sanciones como la suspensión del trabajo son moneda
corriente. Reymond lo explica así: "Es indignante la actitud del gobernador que habla de diálogo
pero no nos recibe. Nos indigna saber que en la provincia no hay dinero para la educación, pero sí
para sus delirios, como el cabildo que está construyendo, para sustituir a la casa de gobierno, que
es una pirámide de 120 metros de altura, de piedra y cemento, para la que se destinan 37 millones
de pesos".
Al paro indeterminado, se le suman marchas multitudinarias. La última fue en Villa Mercedes el
martes pasado, y a la que asistieron docentes de Amsafé. Y desde el miércoles pasado, acampan
frente a la casa de gobierno en la capital puntana, como forma de repudio a las suspensiones que
recibieron tres docentes que se encadenaron en el lugar para protestar.
Para los maestros de San Luis, la pelea pasa por la dignidad. "Nos movilizamos también para
enseñarles a los chicos que cuando los derechos son vulnerados, si hace falta hay que salir a la
calle a pelear por ellos", opina Reymond.
Apoyo de los padres
Según considera, todos los docentes involucrados en la protesta tienen en claro que están dando
"una lección cívica, como parte de la democracia". "Algo necesario porque en esta provincia
—agrega— la democracia está dibujada, porque aquí los poderes no son independientes,
todos dependen del Ejecutivo. El gobernador es un faraón que quiere tener esclavos y los docentes
no estamos dispuestos a eso".
En este conflicto están unidos cinco gremios docentes, entre ellos los de gestión privada
representados por el Sadop. Además han recibido la adhesión de una coordinadora de padres.
Desde Asde están convencidos de que la salida ahora pasa por "la intervención del gobierno
nacional en el conflicto". A este mismo objetivo apunta la Ctera. El jueves pasado —al cierre
de la edición de este suplemento— la secretaria general de la Ctera, Stella Maldonado,
viajaba a San Luis para seguir en persona el conflicto. "Pedimos que intervenga el gobierno
nacional, porque es la única provincia que no ha empezado las clases", recordó.
Maldonado se explayó sobre "la precariedad laboral" en la que se edifica "la ficción de San
Luis" para explicar lo profundo de la situación docente. Adelantó además que el miércoles próximo,
en la mesa que integrará en el marco del congreso nacional de "La educación en el Bicentenario",
denunciará esta "situación insostenible".