Gerardo Cuevas tenía 33 años y para sus vecinos era un "buen muchacho y trabajador". La noche del lunes lo asesinaron a tiros en el barrio Plata, en la zona sudoeste de la ciudad. Dicen sus amigos que él no alcanzó a entender si los más de diez tiros que dos personas en moto le dispararon mientras estaba con dos amigos eran para ellos o fue una confusión. Ayer a la tarde, en una casa velatoria de Pueyrredón y Zeballos, varios muchachos con camperones de Newell's Old Boys despedían a su compañero.
Fuentes policiales informaron que el lunes, cerca de las 20.30, Gerardo estaba en el frente de su vivienda de Las Flores al 3600, a metros del cruce con San Nicolás, cuando pasaron dos hombres en una moto que abrieron fuego en su contra y sin mediar palabras.
Un testigo que conocía bien a la víctima relató que "Gerardo estaba en la puerta con dos muchachos más. Se iban a ir a comer a la casa de otro amigo y de repente una moto Honda Tornado apareció de oeste a este por calle Las Flores. Arriba iban dos muchachos encapuchados y cuando llegaron a la esquina uno se bajó y empezaron los dos a los tiros", sostuvo.
Momentos antes, a la vivienda de Gerardo y a bordo de un Volkswagen Vento gris habían llegado dos amigos de la víctima. Una vecina expresó: "Estábamos adentro y escuchamos como diez tiros. Una bala cayó en mi patio —dice mientras muestra un casquete de una bala 9 milímetros—, y cuando salimos a la calle vimos que uno de los hombres estaba tirado en el pasillo de al lado de la casa y el otro abajo del auto. Ninguno estaba herido", acotó.
Otro vecino de esa cuadra de barrio Plata dijo que "uno de los chicos estaba duro, tirado en el pasillo, y después empezó a temblar. Fueron muchos tiros y con puntería". Según el diagnóstico médico, Cuevas presentaba heridas de arma de fuego en el tórax, la rodilla derecha y en la axila derecha, todas de pistola 9 milímetros. Tras la balacera, los vecinos salieron a sus puertas conmocionados.
Al Heca. Despúes de los primeros minutos, un primo de Gerardo junto a sus amigos levantaron su cuerpo y lo llevaron al Hospital de Emergencias donde intentaron reanimarlo sin éxito. La investigación del hecho quedó en manos de la comisaría 18ª y el fiscal de Homicidios Miguel Moreno, quien hasta anoche no había registrado detenidos.
En barrio Plata a Cuevas lo definen como "un muchacho bueno, siempre dispuesto a ayudar". Y cuentan que "trabajaba en el quiosco de la familia y lavaba autos en la puerta del negocio, donde había montado un alero. De chico él y su hermano trabajaban vendiendo verduras y no entendemos qué pasó. Dicen que uno de los pibes que estaban con él había discutido con una chica en el baile la noche del domingo, pero es raro, no se sabe mucho", comentan.
Otros dicen que "tuvo problemas de adicciones y estuvo preso, pero eso fue hace mucho tiempo. Ya no andaba en nada, era una buena persona". En la casa velatoria de la zona del parque Independencia, los deudos estaban rodeados de varios muchachos vestidos con camperones y casacas del club leproso y ni la familia Cuevas ni los apesadumbrados hinchas quisieron decir nada a LaCapital sobre Gerardo, a quien sus amigos llamaban "Carita" y que algunos investigadores ligaban anoche a sectores cercanos a la barra brava del club rojinegro.