París.— El nuevo gobierno socialista de Francia comenzó a trabajar ayer con fuertes gestos de austeridad, marcando su debut con un recorte salarial del 30 por ciento para el presidente François Hollande y todos sus ministros. Hollande también intentó distanciarse del estilo excéntrico de Nicolas Sarkozy al ordenar a los miembros de su gabinete que reduzcan los costos de transporte, rechacen las vacaciones gratis y devuelvan los regalos caros.
La reducción de sueldo fue aprobada durante la primera reunión ministerial del equipo de 34 funcionarios, un día después de que el gobierno de Alemania concediera aumentos salariales para sus ministros y para la canciller Angela Merkel. Francia, la segunda mayor economía de la zona euro, se encuentra en pleno estancamiento, con una tasa de desempleo cercana al 10 por ciento.
La reducción salarial dejará al presidente ganando un poco menos de 15.000 euros mensuales. El recorte, implementado por decreto, entrará en vigor de inmediato, y además requerirá de una ley que será aplicada con retroactividad hasta mediados de mayo en el caso de Hollande.
Un comunicado del gobierno indicó que los recortes bajarían el salario bruto de los ministros a 9.940 euros mensuales, desde los 14.200 anteriores. El sueldo para Hollande y el primer ministro, Jean-Marc Ayrault, se reducirá a 14.910 euros por mes, en relación a los 21.300 previos.
De esta manera, el mandatario francés ganará menos que Angela Merkel (unos 17.000 euros mensuales), casi lo mismo que el primer ministro británico David Cameron (14.800) y mucho menos que el presidente del gobierno español Mariano Rajoy (6.515).
Como para reforzar la imagen de austeridad, Hollande firmó y dio a firmar a los 17 ministros y 17 ministras un estricto código de ética, según el cual los funcionarios del gobierno tienen que predicar con el ejemplo y evitar cualquier conflicto de intereses.
De acuerdo a este código, los ministros deben usar trenes en vez de aviones cuando un viaje no supere las tres horas, respetar estrictamente las reglas de tránsito y declarar intereses financieros para su publicación, además de rechazar ofertas de vacaciones y regalos costosos. Cualquier regalo que tenga un valor mayor a los 150 euros debe ser devuelto.
Nicolas Sarkozy, el antecesor conservador de Hollande, se vio forzado a tomar medidas sobre los gastos de viaje de sus ministros el año pasado, después de un escándalo sobre unas vacaciones privadas que un ministro de Relaciones Exteriores aceptó en Túnez.
Muchos votantes llegaron a asociar a Sarkozy con un estilo de alto perfil debido al antecedente de su mujer como modelo, sus adinerados amigos empresarios, sus vacaciones caras y su afición por los relojes costosos. Cuando llegó al poder en 2007, una de las primeras medidas que tomó Sarkozy fue subirse el sueldo en un 170 por ciento.
"Estamos firmes". Mientras tanto, el nuevo ministro de Finanzas de Francia, Pierre Moscovici, reiteró ayer la demanda de Hollande a Berlín y a otras capitales de la zona euro para redefinir el pacto fiscal acordado en marzo, a fin de añadir medidas a favor del crecimiento junto a los compromisos de reducción del déficit.
"Lo que hemos dicho es que el tratado no será ratificado tal como está", dijo Moscovici. "Estamos firmes en esto", sostuvo.
El ministro, un socialdemócrata moderado como Hollande, también afirmó que los socialistas no renegarán de su compromiso de equilibrar los libros franceses para 2017. "Francia está en el corazón de Europa y queremos permanecer ahí. Estamos convencidos de que la deuda fiscal es una enemiga del país. Nuestra tarea será reducir los déficits y la deuda. Esta es la tarea que abordaremos primero", señaló.
Cumbre del G-8
Los líderes de Francia, Alemania, Italia y el Reino Unido acordaron ayer en una videoconferencia la postura que llevarán a la reunión del G-8 que arranca hoy en Camp David, EEUU. Angela Merkel afirmó que “hubo una gran coincidencia en que la consolidación fiscal y el crecimiento no son opuestos, sino que ambos son necesarios”.