"Vos sos el que te peleaste conmigo". En un tono intimidante, más afirmando que preguntando, un muchacho encaró a uno de los dos jóvenes que el domingo a la mañana habían salido de un after del barrio de Echesortu. Antes de que alguno de los chicos balbuceara una respuesta, el agresor pulsó el gatillo de una pistola nueve milímetros y desató un vendaval de balazos. Un tiro mortal terminó con la vida de uno de los muchachos y su acompañante fue alcanzado por uno de los proyectiles. El herido fue internado en el Hospital de Emergencias, aunque su vida, según una fuente policial, no corre peligro.
Con relación a la motivación del caso, un portavoz de la Fiscalía de Homicidios que investiga el episodio indicó que el incidente se desató cuando el agresor acusó a los dos jóvenes de "haberlo molestado" en el interior del local.
Cuando había terminado la noche del sábado, Daniel Gonza, de 19 años, y Diego M., de 23 años, concurrieron al bar Newton, un local que funciona como after hour en Avellaneda al 1100, entre la cortada Marcos Paz y Mendoza. El vocero policial consultado señaló que, cerca de las 9 de la mañana del domingo, los dos jóvenes decidieron regresar a sus viviendas de la zona oeste, pero, al parecer, ignoraban que desde hacía un rato un muchacho esperaba pacientemente el momento que ellos salieran del local.
Sin piedad. Apenas atravesaron la puerta del bar, Gonza y su amigo se toparon con quien los aguardaba, que increpó a uno de los jóvenes. "Vos sos el que te peleaste conmigo", dijo. A quemarropa, ante la mirada atónita de las personas que caminaban por la zona, el agresor abrió fuego con una pistola calibre 9 milímetros al joven desarmado. Ya a esa hora habían abierto sus puertas los dos bares tradicionales de Mendoza y Avellaneda y el puesto de diarios y revistas ubicado en esa misma esquina. Pasado el mediodía de ayer, el portavoz consultado indicó que en el interior del after no hubo incidentes, pero en septiembre pasado el local había sido clausurado por la Municipalidad (ver aparte).
Carrera alocada. La tremenda balacera se inició en el cruce de Avellaneda y Marcos Paz casi al mismo tiempo que los dos chicos iniciaron una alocada carrera para protegerse de los balazos por Marcos Paz al 4100 en dirección a Río de Janeiro. En esa esquina, Diego M. se desplomó en la vereda. Un proyectil le había perforado una pierna. Un amigo lo subió a un vehículo y lo llevó al Hospital Clemente Alvarez, donde quedó internado, aunque fuera de peligro.
Desesperado, Gonza corrió por Río de Janeiro hacia Mendoza. A escasos metros del colegio San Francisco Solano, cruzó la calle y continuó el escape por la vereda impar de Mendoza hasta Avellaneda. Allí se derrumbó muy cerca de la garita de la parada de los colectivos. El encargado de un bar distinguió el cuerpo del muchacho tirado en la vereda y a las 9.11 del domingo se contactó con el Sies. "El muchacho cayó herido a las 9 y cinco. Al principio estaba consciente, pero después no hablo más", contó.
Un rato después, un móvil sanitario municipal trasladó al muchacho al Heca, pero su vida se apagó poco después de ser operado en el centro asistencial. Un balazo nueve milímetros le había atravesado una de las piernas y perforado la arteria femoral, lo que devino en una hemorragia incontenible.
Como muestra inequívoca de la tremenda balacera que desató el agresor había un reguero de sangre que comenzaba en Avellaneda y Marcos Paz y continuaba por esta arteria en dirección a Río de Janeiro. En la escena del hecho, los efectivos de la Policía Científica recogieron seis vainas servidas nueve milímetros. Un canillita de la cuadra indicó que escuchó las estampidas, pero no presenció el momento en que los dos jóvenes fueron baleados.
El cruento suceso ocurrió en jurisdicción de la comisaría 6ª y es investigado por la Policía de Investigaciones bajo la supervisión del fiscal Florentino Malaponte. En la esquina de Mendoza y Avellaneda hay una videocámara municipal, pero hasta anoche no había trascendido qué imágenes había registrado del episodio.
Reabierto tras una clausura
Voceros policiales señalaron que el bar Newton había reabierto unas semana atrás luego de la clausura impuesta por el municipio hace dos meses. En septiembre la Secretaría de Control y Convivencia Ciudadana cerró en forma preventiva Newton. La medida se dispuso a raíz de irregularidades. “Tiene siete infracciones (por Newton), entre ellas denuncias de vecinos”, había explicado en ese momento Fernando Leva, subsecretario de Control Municipal.