Las principales industrias del plástico del país nucleadas en la Asociación Civil Ecoplas (que agrupa a técnicos y la industria petroquímica) salieron con los botines de punta contra la decisión de los supermercados locales de no entregar bolsas de plástico a partir del próximo 1º de abril. "Cada consumidor que hasta ahora podía trasladar sus compras en bolsas plásticas, le será negado un derecho adquirido y no entregarlas reviste un interés económico del sector por sobre lo ambiental", apuntó Mario Tonelli, el director ejecutivo de la entidad. Advirtió que esta reducción "seguramente producirá pérdidas de puestos de trabajo y una crisis en las pymes del rubro".
La ordenanza aprobada en octubre pasado por el Concejo Municipal fue el saldo de una década de duros debates en torno a la reducción del impacto ambiental como consecuencia de los envases plásticos y como parte del plan de reducción de residuos domiciliarios.
Mensualmente los supermercados de la ciudad distribuyen más de 4 millones de bolsas plásticas. La norma impulsada por el PRO y aprobada en el Palacio Vasallo imponía a los súper la entrega gratuita a cada cliente de 4 bolsas (con otro formato y tamaño) en reemplazo de las actuales durante un año consecutivo. Si hacen falta más, el cliente debe pagarlas.
Así, el Ejecutivo dispuso que su vigencia operará a partir de mayo, pero la Cámara de Supermercados y la Asociación de Supermercadistas optaron por no entregarlas un mes antes de la puesta en marcha de la polémica ordenanza.
En su reglamentación no se estableció una obligatoriedad en la entrega de los envases certificados por las normas Iram. Y como contrapartida, se montó una campaña de difusión en locales y espacios públicos para cambiar la bolsita plástica por el tradicional changuito o bolsos de tela, los que ya fueron repartidos a razón de unos 500 mil en forma gratuita.
Con un mes por delante de cuenta regresiva decretada por los supermercadistas, Ecoplas —cuyos socios e integrantes son los principales productores de la industria del plástico— considera que la decisión de las cadenas minoristas de no entregar las bolsitas a partir de abril afectará sustancialmente los hábitos de compra.
Puestos de trabajo. Pero la entidad va más allá y enciende el alerta en el campo laboral. En diálogo con LaEN_SPACECapital , Tonelli fue tajante: "Va a quedar gente desocupada y las pequeñas empresas corren el riesgo de cerrar, ya que tendrá un impacto en la mano de obra ocupada en el rubro".
Justamente, desde el sector denuncian que "no se respeta la ordenanza que sí permite el uso de bolsas plásticas; no su eliminación total" para aclarar que la norma aprobada en octubre pasado por el Concejo Municipal "no limita al consumidor su derecho a elegir cómo trasladar sus compras".
En otro orden, Ecoplas afirma que los rosarinos perderán "un derecho adquirido" al advertir que ya se presentaron las primeras denuncias en la Oficina Municipal de Defensa del Consumidor.
Tonelli insistió: "Es una decisión unilateral de carácter comercial que no tiene que ver con el medio ambiente sobre un derecho y un servicio que se presta al consumidor. Además, el precio de la bolsa está incluido en los artículos; y nunca se regaló porque está incluido en el costo de los supermercados".
La gerenta de Ecoplas, Verónica Ramos, también se sumó a las críticas. "Se está confundiendo y desinformando a la población, porque la ordenanza no dice que esté prohibido entregarlas. Quizás no lo van a hacer porque la primeras cuatro bolsas son de entrega gratuita. La verdad no se entiende una decisión tan extrema que cae en un reduccionismo comercial".
Tres puntos. Para defender el uso de las bolsas de mayor grosor y volumen que quedaron estipuladas en la norma local, la entidad especializada en plásticos y medio ambiente se basó en tres puntos.
Primero el reemplazo de las actuales bolsas por las dispuestas en la ordenanza de mayor tamaño "que pueden cargar más mercadería y contribuye a la minimización".
En segundo término la reutilización de las bolsas identificadas con los colores naranjas (para sólidos como vidrio, plástico, papel, cartón) y las negras (para orgánicos) "cumplirían un papel ambiental fundamental" en la división del residuo domiciliario en orgien.
Y en tercer lugar, el reciclado del plástico de la bolsa para que se transforme en materia prima plástica "generando mano de obra". Según datos de la entidad, la bolsa del super reciclada ahorra un 85 por ciento de energía en comparación con una nueva y emana un 80 por ciento menos de gases que provocan el efecto invernadero.
El ente que tiene como socios a industrias del sector no evitó criticar las bolsas de tela que repartieron los supermercadistas. "En forma equivocada, están entregando bolsas reutilizables de friselina que regalan y que luego cobrarán a un precio que es elevado. Se ensucian o manchan y son caldo de cultivo para contaminaciones cruzadas en los alimentos", remarca en un párrafo de uno de los partes de prensa.