La presidenta Cristina Fernández de Kirchner afirmó ayer que el paro de actividades convocado por la CGT y la CTA disidentes, que lideran los gremialistas Hugo Moyano y Pablo Mcheli, respectivamente, "fue un apriete", al tiempo que advirtió que se va "a bancar las que me tenga bancar, porque a mí no me corre nadie, y menos con amenazas o matones". Además, dijo que hay sindicalistas "que no son los que querían Perón y Evita".
La presidenta consideró que "el derecho de huelga es sagrado", pero sostuvo que "también lo es el derecho de cada trabajador a decidir qué es lo que quiere hacer", porque "la voluntad de los trabajadores no puede ser dominada por nadie".
"Me gustaría que todos los dirigentes (gremiales) estuvieran más preocupados por preservar las fuentes de trabajo", opinó, y dijo que en el pasado "se hacían huelgas en serio, donde no se movía una mosca en el país" y que "lo de hoy (por ayer) no fue una huelga, y ni siquiera un piquete: fue un apriete y amenaza, apenas eso".
Al encabezar el acto oficial por un nuevo aniversario de la Batalla de la Vuelta de Obligado, Cristina remarcó que "los argentinos tenemos que tener la libertad de elegir qué es lo que queremos hacer, no se puede someter a la extorsión o a la amenaza". En esa línea, cuestionó a quienes atacaron las instalaciones, durante al mañana de ayer, del tradicional Café Tortoni, en la porteña avenida de Mayo.
"No me extrañó, me sorprendió, pero luego recordé que los que fueron a atacar el Tortoni fueron los mismos que quemaron las urnas en la provincia de Catamarca y fueron los que me tiraron huevos en un acto de campaña en Catamarca en 2002", relató en clara alusión al dirigente gremial gastronómico Luis Barrionuevo.
Al recordar aquella anécdota, contó que el ex presidente Néstor Kirchner le dijo que él se hubiera "agarrado a trompadas y terminaba su carrera como presidente", a lo que ella concluyó: "Yo soy una mujer y no me agarro a trompadas, pero me voy a bancar las que me tenga que bancar. A mí no me corre nadie y mucho menos matones con patoteadas. Esos no son los dirigentes sindicales que querían Perón y Evita", ante el cerrado aplauso de los concurrentes al acto.
"La gente quiere laburar". "Por suerte (el paro) fue un fenómeno circunscripto a unos pocos sectores y el bloqueo fue fundamentalmente contra la Capital Federal. La gente quiere laburar, mejorar y cuidar sus fuentes de trabajo", enfatizó Cristina a orillas de las barrancas del Paraná.
La presidenta llamó a "cuidar lo que tenemos" y pidió "disculpas a los argentinos que hoy no pudieron volar en los aviones de Aerolíneas Argentinas porque uno de los gremios no prestó las funciones", hecho que calificó de "injusticia y falta de solidaridad".
En alusión a la conmemoración de la Batalla de Obligado, rindió homenaje a quienes lucharon en aquel combate y sostuvo que "la subordinación cultural y la falta de una identidad que había fue utilizada para imponernos la idea de que la soberanía era solamente los símbolos patrios".
"Los hombres que aquí defendieron la soberanía no lo hacían por un concepto territorial sino por el de autonomía y el poder decidir sobre el comercio y la navegación de sus ríos. Muchas Vueltas de Obligado hemos tenido desde entonces", añadió la jefa del Estado durante el acto.
Al finalizar su alocución, la presidenta pidió "memoria" de que "cada vez que nos han dividido han venido primero por el gobierno y después por el pueblo".
Cristina estuvo acompañada por mandatarios provinciales, miembros de su gabinete y una orquesta de las Fuerzas Armadas, que con su música y un show de fuegos artificiales concluyeron el acto.