La verdad no se negocia para Rosana. "Sangro cada una de las palabras que canto", dice la cantante canaria que toca hoy, a las 21, en City Center (bulevar Oroño y avenida Circunvalación). En diálogo con este diario, Rosana, que presenta su disco "¡¡Buenos días, mundo!!", contó por qué sueña con un mundo mejor.
—El título de tu disco propone que el mundo se atreva a soñar despierto?
—Hombre, es que creo que llegó ya el momento de hacer y apostar por otro tipo de mundo. Es un saludo al mundo que espero y deseo, y creo que es lo que merecemos desde hace mucho tiempo para todos. Y propongo eso ante el mundo obvio que está ahora, que ya hace un tramo grande que lo tenemos.
—"Podrán decir que soy un soñador, pero no soy el único", decía Lennon. ¿Lo tuyo va en ese mismo sentido?.
—Totalmente, sí, es eso, y es muy significativo. Eso demuestra que hace mucho tiempo que el mundo quiere cambiar. Desde el momento en que hay gente con este tipo de imágenes y deseos, se confirma que la necesidad de cambio es evidente, y que cada día se hace más latente.
—Tus letras, en el fondo, tienen un mensaje político.
—Yo creo que uno ve lo que quiere ver. A veces hay gente que te explica tus canciones y te aporta prismas que tú nunca te planteaste sobre esa canción, por lo cual una de las cosas más mágicas y bonitas de las canciones es que cada uno encuentra en una misma historia un montón de protagonistas. Lo que sí mis canciones no están escritas a propósito con un mensaje específico, mis canciones están absolutamente hechas desde la necesidad de conmunicar lo que pienso y lo que siento.
—El factor humano es clave en tus canciones, y en tus shows, donde mostrás un acercamiento atípico hacia tu público.
—Lo necesito, para mí es una necesidad imperiosa el contacto con el ser humano, me reconozco y me declaro enamorada del ser humano y de la gente. Y lo digo un montón de veces: cuando hablo de la gente no hablo sólo de los que les gusta mi música, hablo de la gente en general. El ser humano es algo espectacular, y yo tengo una fe sin límites por el ser humano. Cuando quedo con la gente en un concierto es como cuando quedo con mis amigos y exprimo al mil por mil ese momento, ese rato, como si fuera a acabar el mundo cuando termine el concierto, lo hago por necesidad, propósito y deseo. Me parece súper bonito que gente tan diferente se junte alrededor de una canción y que todos tengan por un rato más cosas en común que en contra.
—¿Qué les ponés a tus canciones de amor para que se corran de las melosas canciones románticas?
—No sé qué es, pero lo que sí sé es que sangro absolutamente cada una de las palabras que canto. Para mí el amor es una de las palabras mas grandes, y no lo digo en alusión al amor de pareja, sino el amor en mayúculas, en letra de imprenta y luminoso; el amor en general, y creo que hay tantas maneras de definirlo, en las pequeñas cosas, en las cosas importantes y en las formas distintas de sentirlo.
— ¿No hay un ingrediente en tus temas con el que no se negocia?
—Sí, hay un ingrediente, hay un sólo ingrediente que tienen mis canciones por sistema, y es que yo me exijo a conciencia, que cada cosa que escribo la siento de verdad. No hacer canciones por oficio para mí es una necesidad, como lo es no engañar a la gente, ni darle una canción hecha desde el conocimiento del saber, ni repetirme, sino desde la verdad. Aunque eso implique que lo que siento ahora no esté tan en consonancia con lo que mi público espera que haga. Pero yo les doy la verdad, porque de todas las cosas que les doy, estoy segura que lo que esperan siempre de mí es que les cuente la verdad.