Miguel Lifschitz y Antonio Bonfatti aprovecharon el relanzamiento del Centro de Estudios Municipales y Provinciales en Buenos Aires —abrió nueva sede en plena avenida Corrientes al 1300, en el centro porteño— para marcar el punto de largada de un nuevo esfuerzo por unir "progresismo y campo popular". Ya pensando en 2019.
Proyecto ambicioso, y necesariamente reformateado por la realidad política, el radicalismo (aliado principal del socialismo en las últimas décadas), por obvias razones, ha comenzado a salirse de foco para el PS. Que ahora vuelve la vista sobre el peronismo.
Por el flamante Cemupro porteño —que tendrá un proyecto amplio, ambicioso, con agenda política y cultural bajo la dirección de Marcelo Romeu— ayer se vieron caras no habituales, hasta hace pocos años (o meses), en territorio socialista. Por caso (entre otros), dos ex ministros del gobierno de Néstor Kirchner, Daniel Filmus y Alberto Fernández. También estuvo Daniel Arroyo, hoy en el Frente Renovador, otrora kirchnerista.
Se escucharon, en un día de furia para la economía argentina, definiciones tajantes del gobernador Miguel Lifschitz, duro como nunca contra Cambiemos. "Lo del gobierno nacional expresa mucho más que una crisis, se trata del fracaso de un modelo económico, social y político: el neoliberalismo. Una concepción que expresa el manual del fracaso, desde hace años, en sus distintos formatos, y en todo el mundo. Y en la Argentina también", expresó el gobernador, en plena crisis del plan económico nacional.
Consultado por LaCapital sobre su interpretación por la escalada del dólar, Lifschitz cree que el gobierno se vio sorprendido y que el dólar "se les escapó".
A su turno, el presidente del partido a nivel nacional, Antonio Bonfatti —cerró la lista de oradores—, planteó la urgencia de articular un frente político con todos los sectores que se opongan al gobierno de Macri. "Con generosidad, sin calificar al otro, asumiendo que tal vez todos hemos cometido errores, si no, no estaríamos en la situación que estamos" (por el gobierno de Macri).
Al referirse a los orígenes del Cemupro, Bonfatti señaló que "nace como iniciativa de un partido político, el socialismo, que entendió que había que abrirse a nuevas miradas y voces que vayan más allá de lo partidario para estudiar y mejorar la realidad".
"Los que estamos acá sabemos que el Estado cuando se lo administra bien puede resolver problemas y transformar para bien la vida de la gente", agregó el titular del PS.
"Este es un espacio para invitarlos e invitarnos a pensar, a planificar, a construir juntos una fuerza política capaz de transformar la Argentina, sin mezquindades", señaló.
Luego de la modesta experiencia electoral de 2015, apostando a un "progresismo" difuso que naufragó en la polarización entre Macri y Scioli, ahora el PS quiere sondear con más audacia los límites de su frente posible. El 2019 está cerca y lejos, según como se lo quiera leer. De todos modos, en el armado grande con el que sueña el PS hay varias preguntas con respuestas distintas, según quien las conteste. ¿Con qué peronismo podrían converger?, ¿el kirchnerismo está fuera o dentro del límite imaginario que se traza el partido de la rosa?
Esto recién empieza.