El desempleo en el Gran Rosario registró una nueva baja en el segundo trimestre
de 2008 y consolida una tendencia que se viene repitiendo en los últimos períodos. Según los datos
oficiales la desocupación afectó al 9,7 por ciento de la población económicamente activa (PEA) del
aglomerado, un retroceso de 1,5 punto porcentual respecto del mismo período de 2007 cuando había
alcanzado al 11,2 por ciento.
Los números que ayer difundió el Indec en base a los datos de la Encuesta
Permanente de Hogares (EPH), dan cuenta de una mejora en el mercado de trabajo de la región, que
pudo no sólo absorber la nueva oferta laboral y recuperar empleo perdido sino además crear nuevos
puestos de trabajo.
En números absolutos esta reducción de la desocupación en el Gran Rosario entre
abril y junio representan 6 mil desocupados que en el segundo trimestre de 2007. Por otra parte,
como la tasa de empleo creció 2,2 puntos porcentuales (pasó de 41,3 por ciento a 43,5 por ciento),
en el mismo lapso hay también 31 mil ocupados más.
Los datos del Indec también dan cuenta de que en el Gran Rosario el nivel de
actividad se ubicó en 48,2 convirtiéndose así en el aglomerado con la tasa más alta del interior
del país. En el segundo trimestre de 2007 se había situado en 46,5 por ciento. La reducción del
desempleo en la región, se da en el marco del aumento de la tasa de actividad de 1,7 punto (pasó
46,5 por ciento a 48,2 por ciento en un año). El indicador refleja el porcentaje de la población
total que participa del mercado laboral, teniendo trabajo o aspirando a tenerlo.
Durante el segundo trimestre de 2008 la población económicamente activa (PEA)
llegó a 600 mil personas mientras que los ocupados fueron 542 mil, los subocupados alcanzaban los
44 mil y los desocupados 58 mil habitantes de la región.
Crece la subocupación. En junio de 2007 la PEA suamaba 25 mil personas menos,
con lo cual el mercado de trabajo del aglomerado pudo absorber esta nueva oferta laboral, recuperó
empleo y creó nuevos puestos.
La subocupación demandante (quienes trabajan involuntariamente menos de 35 horas
semanales) se ubicó en el 5,8 por ciento, 1,2 punto más en un año y la no demandante (no buscan
trabajar más horas) fue de 1,5 por ciento, 0,5 punto más que en el período previo.
El economista Carlos Crucella, docente de la Universidad Nacional de Rosario
(UNR), explicó que esta situación que podría catalogarse como negativa obedece al conflicto entre
el gobierno y el campo que durante el trimestre vivió su momento más duro. "Es un poco preocupante
que creció el subempleo, había tasas bajas en el período anterior pero es posible que durante el
paro algunas empresas vinculadas a los sectores comercios y hotelería hayan reducido los horarios
de trabajo de su personal". Además, "en el conflicto la gente no vino a la ciudad a pasear o
comprar. En lugar de impactar en desocupación impacto en subempleo", precisó.
En ese sentido, agregó que la tasa de actividad puede haber crecido justamente a
causa de que aumentó el subempleo. "Puede ser que hayan salido miembros adicionales de la familia
para complementar el ingreso o también lo opuesto, pero no tenemos indicadores de salarios para
confirmarlo", dijo.
La foto del mercado laboral rosarino muestra una tendencia que se sostiene en el
tiempo. En el primer trimestre del año el desempleo en el aglomerado tuvo una significativa baja de
2,1 puntos en un año y afectó al 8,3 por ciento de la PEA. Con estas cifras la región comenzaba a
alinearse con el promedio nacional que alcanzaba, en ese lapso, una desocupación del 8,4 por
ciento.