La inflación de los trabajadores marcó una suba del 2,9% en noviembre y de esta forma confirmó que el 43% de los asalariados son pobres, según la última medición del Instituto de Estadística de los Trabajadores (IET) de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET) y el Centro para Concertación y el Desarrollo (CCD). La suba estuvo motorizada por alimentos y bebidas (+3,3%), que es el capítulo que más incide en la canasta.
En once meses de 2024 la inflación acumula un 123,3%, mientras que en los últimos doce meses escaló a un 177,9%. Por séptimo mes consecutivo, la inflación interanual se desaceleró”.
En 2024 el 43% de los ocupados se convirtieron en pobres, cifra que alcanza el 77,8% en los desocupados. La pobreza en los trabajadores viene en aumento sostenido desde 2017, cuando alcanza al 18% de los asalariados. En sólo 7 años más de 6 millones de trabajadores cayeron por debajo de la línea de pobreza. “La caída en los ingresos generó un fenómeno muy perverso: el de estar incluido en la producción siendo pobre en la distribución”, señaló el ex ministro de Educación y director general del CCD, Nicolás Trotta.
Al analizar los resultados del estudio que incluye datos sobre el crecimiento de la pobreza entre los trabajadores, Trotta hizo un balance sociopolítico. “La caída en los ingresos generó un fenómeno muy perverso: el de estar incluido en la producción siendo pobre en la distribución. Esta caída sostenida empezó en la segunda mitad del gobierno de Macri y el último gobierno peronista no pudo revertirla. Ahí está la causa principal de la deuda interna que dejamos. Ahí está la llave que abrió la tranquera que frenaba el regreso del individualismo neoliberal. Pero ahí también está, por su contrario, el norte de la reconstrucción justicialista. Que no es otro que una vida digna material como eje de un sujeto pleno en su totalidad”, consideró.
En el informe los analistas del IET advierten que “la inflación de noviembre estuvo motorizada por alimentos y bebidas (+3,3%), que es el capítulo que más incide en la canasta. Las mayores alzas se registraron en productos estacionales como frutas (+5,5%) y verduras (+4,4%). El resto de los capítulos tuvo alzas entre el 2 y el 3%, lo que muestra una menor dispersión en las subas de precios compara- do contra otros meses. educación (2,9%) y comunicaciones (2,9%) subieron en la misma magnitud que el nivel general. en tanto, vivienda (2,8%), otros bienes y servicios (2,8%), salud (2,7%), recreación y cultura (2,5%), indumentaria y calzado (2,5%), equipamiento y mantenimiento del hogar (2,4%) y transporte (2%) tuvieron incrementos por debajo del promedia”.
Más trabajadores pobres
El coordinador del IET, Fabián Amico, abundó en las explicaciones del documento sobre la evolución de los precios con relación a los salarios. “Tradicionalmente, existe en la economía argentina una relación inversa entre tipo de cambio real y salario real. Sin embargo, hoy se produce una apreciación del tipo de cambio real, pero los salarios reales no alcanzan a recuperarse y muestran una tendencia el estancamiento. La razón reside en el fuerte aumento de los precios regulados por el gobierno (servicios públicos y privados). Cualquiera que sea la contribución de estos precios regulados al índice general de precios, es evidente que una parte no menor de la inflación registrada después de la gran devaluación de diciembre del año pasado fue resultado del ajuste esos precios dispuesto por el gobierno. Eso se tradujo, al mismo tiempo, en un menor salario real y un tipo de cambio real más bajo. Parece una paradoja, pero una buena parte de la apreciación del tipo de cambio real es el resultado del ajuste de precios dispuestos por el propio gobierno”, detalló Amico.
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Justamente, la segunda parte del informe se detiene a analizar la pobreza por ingresos dentro del universo de los trabajadores. Según explica el documento “en 2024, el 43% de los ocupados fueron pobres, cifra que alcanza el 77,8% en los desocupados. Dentro de los trabajadores, hay grandes diferencias mientras que en los asalariados registrados y en los no asalariados calificados la pobreza es inferior al 30%, en los asalariados informales y en los no asalariados de baja calificación ronda el 60%”.
“La pobreza en los trabajadores viene en aumento sostenido desde 2017, producto del deterioro del poder adquisitivo. En dicho año, el 18% de los ocupados era pobre. Que la pobreza en los ocupados haya pasado al 43% significa que cerca de 6 millones de trabajadores cayeron debajo de la línea de pobreza en los últimos siete años”, enfatizan los especialistas del IET.