“La última sesión de Freud” se coronó con un Estrella de Mar a la mejor obra de la temporada y el actor rosarino Luis Machín obtuvo la estatuilla, entregada por el jurado Raúl “Bigote” Acosta, a mejor actor de drama por el protagónico de la citada obra. Machín dedicó el premio “a toda la gente que difunde y trabaja por la cultura argentina”, al Instituto Nacional del Teatro, al Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales, el Instituto Nacional de la Música, y el Fondo Nacional de las Artes, “todos encargados de difundir la cultura nacional y enorgullecernos en el mundo”.
Andrés Ciro Martínez y su banda Ciro y Los Persas se quedaron con el Estrella de Mar de Oro, en la edición 2024 de los premios que se realizó en el Hotel Provincial de la ciudad de Mar del Plata. En una ceremonia marcada por las expresiones de artistas y productores en defensa de la cultura y la actividad teatral y artística, el propio Ciro destacó la función del arte como “alimento para el alma”, y aseguró que “después del alimento del estómago, alimentar el alma es muy importante para un pueblo y todo apoyo que se le pueda dar al arte rinde dividendos”.
En su primer desembarco en la cartelera marplatense en más de 30 años, Machín revalida su gran presente en la escena nacional de domingo a miércoles en el teatro Bristol, donde interpreta al padre del psiconálisis en un diálogo desafiante y profundo con C.S. Lewis, autor de “Las crónicas de Narnia”, pero sobre todo un ex ateo convertido al catolicismo, representado por Javier Lorenzo. “La última sesión de Freud”, que ya pasó por Rosario, continúa sus funciones en la sala porteña Picadero los viernes y sábados, y es además para Machín una plataforma que refuerza su deseo de que “la cartelera marplatense vuelva a tener una oferta que no sea solo de comedia”.
En un arranque del año atravesado por la incertidumbre que vive el mundo artístico por el proyecto de la ley “Bases” que amenaza, entre otros, la supervivencia del Instituto Nacional del Teatro, el actor rosarino reconoció en diálogo con Télam que vive tiempos de “pesimismo” y “enojo, con propios y ajenos”.
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Luis Machín, casi irreconocible en su lograda interpretación del inventor del psicoanálisis en “La última sesión de Freud”.
La obra pone a discutir ni más ni menos que a la ciencia y a la religión. ¿Qué supone eso hoy?
Me parece extraordinario, porque habilita a pensarse en una diferenciación tan grande como esa. Si tenés a alguien que te dice que Dios existe por esto y esto, y otro dice que no y no, ¿dónde convive eso? En el encuentro. Ni Freud se fue de este mundo pensando que se iba a encontrar con sus seres queridos, ni Lewis que todo es células y materia. Yo pienso mucho en si servirá esto para que alguien piense que escuchar un poco al otro con tiempo tiene algún valor. Aunque en el fondo yo creo que es una batalla perdida, hay que seguir dándola.
¿Cómo te llevás vos con esos encuentros que pueden darse en el escenario político actual?
Muchas veces no me dan ganas. A veces rehúyo, porque no son debates. Porque a una gran parte de la sociedad le han quemado la cabeza. Es muy difícil. Yo con algo que diga en esta nota no puedo modificar nada, contra un slogan que dé alguien más relevante, un presidente de la Nación que ponga que los actores han chupado de la teta del Estado durante 20 años. Contra eso no puedo hacer nada, más que “La última sesión de Freud” en este momento.
¿Qué creés va a pasar por ejemplo con el Instituto Nacional del Teatro?
Soy pesimista. No sé si va a desaparecer, porque hay que hacer presión para que no suceda, al igual que el Incaa o el Fondo Nacional de las Artes. Creo que no son tan boludos como para que eso desaparezca. Pero van a encontrar la forma de desfinanciarlo, como van a encontrar la forma de privatizar todo, hasta YPF. Ahora, en qué va a derivar es otra cosa. Esto termina mal. Porque no hay sociedad que pueda resistir semejante atropello. Creo que con las facultades delegadas, (Javier Milei) va a hacer todo lo que dijo que no iba a hacer, así de sencillo.
¿Cómo te parás como ciudadano frente a eso?
En este momento tengo mucho enojo. Con propios y ajenos. No hago más un videíto para nadie. Porque muchos de esos lugares donde me piden, han votado a este Gobierno. Yo como figura pública dije un montón de cosas para que esto no suceda, y me putean en arameo en las redes. No quiero volver a caer en la trampa de las redes. En este momento estoy enojado y me ha afectado muchísimo. Yo estuve diez días internado después de las elecciones. El domingo fueron las elecciones; el martes me internaron. Se me detonó el cuerpo. Podría haber quedado hemipléjico. ¿Y si me pasaba eso? ¿Mi familia, mis hijos? Entonces voy a elegir donde dar la batalla, voy a perfilar para ir hacia un territorio donde lo considere válido.