Lucy Patané es una de las artistas clave de su generación. Compositora, multiinstrumentista y productora, acompañó y fue (y sigue siendo) parte de muchos proyectos antes de lanzar su carrera solista. Con gran parte de su vida vinculada a la música, a finales de julio estrenó “Hija de ruta”, su segundo disco. Este viernes 8, a las 21, lo presenta en REFI (Vélez Sarsfield 641), en una fecha compartida con la banda Poseidótica.
Oriunda de Bernal, en el sur del conurbano bonaerense, Lucy empezó a tocar a los nueve años en la banda de su hermana mayor Ana. Por eso, con menos de cuarenta años, cumple tres décadas con la música. Aunque las canciones hablan por sí mismas, una mirada más amplia a su ruta subraya su increíble versatilidad como artista. Como sesionista, tocó mucho tiempo con Diego Frenkel y también con Natalia Oreiro.
Actualmente, integra el dúo Lesbiandrama junto a Paula Maffía, una socia clave de su historia, junto a quien también conformó La Cosa Mostra y Las Taradas. Aunque la distorsión, el hardcore, y el metal siempre la rondaron, también tocó boleros, cumbia, pop, y quien la vio tocar en vivo alguna vez sabe que podría tocar prácticamente cualquier cosa.
En “Hija de ruta”, Patané retoma una cierta furia primordial que llena las canciones de crudeza. La urgencia de los tiempos se traslada al sonido, pero no a la producción. Lucy rompe la continuidad entre intensidad y desprolijidad, y construye una propuesta totalmente cuidada. A su vez, es un disco anti-sistema pero no desde un despojo adolescente, sino desde la espesura de la adultez surfeando en la materialidad de la vida. “Lo caro”, “Vinieron a buscar la paga”, “Las dudas y las deudas”, son algunos de los temas que ilustran este paisaje.
“La canción ‘Trámites burocráticos’ la gente canta con toda. Hay mucha bronca ahí. El disco al final termina hablando de esas cosas, pero no fue algo que busqué ni que pensé. La parte de las letras fue muy difícil. Había muchas canciones que tenían melodía pero no letra. Arrancar a hacer un disco nuevo me llevó tiempo, justamente porque ya no encontraba mucho qué decir”, contó Patané en diálogo con La Capital.
En un contexto de creciente precarización, la temática se impuso de forma vital por sobre cualquier pretensión conceptual. “Claramente tenía ganas de hablar de eso, que es lo que a mí me está atravesando un montón y siento que a todo el mundo: la guita, las deudas, el hartazgo ante un sistema que demuestra una y otra vez que no sirve, o no funciona, o no todos estamos adentro”, agregó Lucy.
La contundencia de las canciones da cuenta de esa sensación de saturación que busca estallar por algún lado. La imagen que apareció es clara: patear tachos. “Hay gente que hace música y puede en un contexto así hablar de otras cosas, de la diversión, del amor, de cuánta plata tienen. A mí no me sale. No me saldría aunque me lo planteara”, afirmó la artista. En este sentido, recuperó la experiencia de Las Taradas, que si bien tenía un repertorio más festivo con letras no particularmente “combativas”, la presencia escénica de una orquestina formada por tremendas artistas y su compromiso consistente con causas como la lucha por la despenalización del aborto, era eminentemente político.
Un disco como un camino
“Hoja de ruta” tiene colaboraciones sólo en dos canciones. En “Vienen a buscar la paga” participan MARTTEIN, Punga y Proyecto Gomez Casa, un tema poderoso y visceral. El disco cierra con una gema: “Estoy aburrida”, una tema que Patané grabó en cassette a los doce años en un portaestudio de su papá (también músico). Para darle entidad y honrar a esa pequeña compositora (que ya hacía arreglos y grababa distintas pistas), le creó un perfil de Spotify a Mini Lucy y la puso en la tapa del álbum.
“Se lo mostré medio en joda a Juanito El Cantor y Tomi Campione, los chicos que trabajaron conmigo en la producción, y me dijeron que iba al disco. Yo pensé que no tenía nada que ver, porque el disco es re serio, está super producido. Pero fue muy acertada la decisión porque siento que rompe un poco con la solemnidad, con toda la neura puesta en el audio y los arreglos. De repente termina con una pibita sembrando también la semilla de todo lo que vino después”, detalló la música.
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Aunque el título podría parecer una referencia a esta particular historia, nació de un error de tipeo del manager de Patané en un mail. “Hay que seguir a la hija de ruta”, escribió, en lugar de la hoja de ruta de Excel que organiza al equipo. Guiada por el instinto, Lucy eligió bautizar el disco en ese mismo instante. Los sentidos elaborados llegaron después.
“Nada estaba pensado. Yo de algún modo voy recolectando las señales que se me van presentando y ahí es donde las cosas empiezan a conectarse. Todo va pasando un poco a la vez y en un momento sentís que tenés un disco, porque podés ver todas esas piezas que fuiste recolectando y tienen un sentido. Los pienso así a los discos. Como si fuese por un sendero y a los costados me van apareciendo cosas, las voy juntando, y al final las miro, las archivo y las analizo”, aseguró.
Para mostrarlo en vivo, Patané armó una banda explosiva con habituales colaboradores suyos: Juanito el Cantor y Tomás Pérez Campione en guitarras (que produjeron el disco junto a Lucy), Santiago Mazzanti en bajo (de Lxs Rusxs Hijxs de Putx) y Roki Fernández (de Amor Elefante) en batería.
La presentación oficial fue a principios de septiembre en Niceto, en la ciudad de Buenos Aires. Desde entonces, pasó por otras localidades argentinas antes de viajar a Uruguay y Europa. Antes de llegar a Rosario, recorrerá la provincia de Buenos Aires, incluyendo su Bernal natal (en el partido de Quilmes). Según la propia Lucy, “Hija de ruta” va cobrando nuevas formas y texturas en cada encuentro con el público.
“Ese proceso está buenísimo, es de alguna manera como un segundo disco. Tocar cor los músicos, ver qué cosas realmente es necesario replicar como en el disco y cuáles no. Con la banda hicimos seis shows, que es un número, pero siento que está tomando vuelo recién ahora. En cada show, uno se va encontrando con sistemas de sonidos diferentes, posibilidades diferentes de ver cómo sonás. Ahí es donde la banda empieza a desplegar su versatilidad. El público es un factor súper importante porque ahí también te das cuenta qué cosas garpan más”, aseguró.
La respuesta de la gente al nuevo material hasta ahora fue contundente: pogo y letras vociferadas a los gritos. “Me recontra sorprendió, sobre todo en la presentación en Niceto. Estaba llenísimo y cuando armé la lista, metí temas del disco anterior porque pensé que la gente todavía no se iba a saber los temas del disco nuevo. Fue increíble porque la gente cantaba todos los temas nuevos. Fue muy emocionante. En cualquier situación, es muy flashero que una cosa que vos escribís en tu casa o en un estudio o donde sea, de represente sea cantada por un montón de personas. Es ridículo”, compartió.
Con casi la vida entera dedicada a la música, para Lucy es fundamental dejarse atravesar por la novedad perpetua de la ruta, incluso cuando parece conocida. “Me sigue sorprendiendo que cada show es diferente y en cada show me siento diferente. A veces estoy más nerviosa antes de salir, a veces no. Cada vez que puedo viajar, me sorprende mucho eso. No es lo mismo tocar en CABA, que en San Antonio de Areco, que en Barcelona o en Morón. Aparecen cosas distintas cada vez. En algún punto, sigo haciendo esto porque voy encontrando en cada cosa una experiencia nueva”, cerró.