Solidaridad, amor, comunidad, justicia social, memoria. Jorge Fandermole puso en valor esas palabras cuando habló del significado de estos 40 años de democracia. Fue en la primera de las dos funciones realizadas este miércoles 13 de diciembre, con lleno total, en el teatro El Círculo. Adrián Abonizio, Fabián Gallardo, Juan Carlos Baglietto, Silvina Garré, Rubén Goldin y Jorge Fandermole -léase La Trova Rosarina- ofrecieron junto a Lito Vitale un espectáculo a todas luces conceptual.
Es que cada tema fue elegido para evocar la buena música que sonó en este país desde el 83 hasta estos días, en un cancionero que no sólo abarcó gran parte de los clásicos de la discografía solista de cada uno de los artistas locales citados, sino también otros hits que siguen sonando en el inconsciente colectivo, con una particular sintonía fina hacia esas palabras que el Fander destacó y que fueron el disparador de esta nota.
La noche abrió el fuego y el juego con “Actuar para vivir”, con un arreglo de voces cuidado y de alto efecto emotivo. De aquí en más, esa fue la constante, porque el público, mayormente gente que iba de los 45 a los 70 años, no solo cantó de punta a punta algunas canciones sino que también se respiró emoción con clásicos como “Sueño de Valeriana”, “En blanco y negro” o “Era en abril”.
Luego de un inicio donde Baglietto y Garré debatieron si la denominación de Trova Rosarina le pertenecía a la periodista Sibila Camps, según Juan, o a su colega Víctor Pintos, según Silvina, se dio paso a las canciones de otros autores admirados por ellos y por el público, desde ya. Así llegaron “Spaghetti del rock”, de Divididos, a cargo de Abonizio y Goldin; “Razón de vivir”, de Víctor Heredia, con la dupla Gallardo y Fandermole; y la intimista “Zamba para mi tierra”, de Litto Nebbia, con Garré y Vitale.
El segundo bloque incluyó a León Gieco con “Todos los días un poco”, en una versión coral realmente lograda; “Maribel se durmió”, de Luis Alberto Spinetta, en donde se lució Goldin; y “No soy un extraño”, de Charly García, que no sólo brilló por ese aire de tango tecno propio del tema, sino por el preciso solo de Fabián Gallardo, quien estrenó para esta noche la guitarra del luthier rosarino Marcelo Carro, y levantó al público con un cierre que evocó a Santana en “Oye como va”.
“Seguimos con esa pasión y amor intactos”, dijo Silvina. Y vaya si se notó. Desde “El témpano”, con el dúo Baglietto-Abonizio; que volvió a levantar al público cuando Juan la clavó arriba en “salís a trabajar”; hasta “Historia de Mate Cosido” y el “Tema de Rosario”, de Lalo de los Santos, con un efectivo arreglo de aire de candombe.
Para terminar, mientras la gente hacía cola afuera para la segunda función, llegó “Nuevo tiempo”, de Iván Lins: “Un nuevo tiempo/a pesar del peligro/igual nos reunimos/cantando en la plaza/con garra y con raza/por sobrevivir”. Parecía que la canción había sido creada un puñado de días atrás para esta Argentina golpeada. Y por si fuera poco el bis fue “Yo vengo a ofrecer mi corazón”. Para celebrar los 40 años de democracia y aunque haya que capear temporales, ¿quién dijo que todo está perdido?