No habrá ninguno igual. No hace falta ser un fanático de Emerson Lake & Palmer para disfrutar de uno de los bateristas más exquisitos y creativos que dio la historia del rock sinfónico. Carl Palmer’s ELP Legacy debuta el 1º de marzo en el teatro El Círculo, donde Palmer estará acompañado de Paul Andrew Bielatowicz, en guitarra y Simon Leo Fitzpatrick, en bajo. Escenario dialogó en exclusiva con Carl Palmer, a días de su show en Rosario, y fue tan preciso y potente con sus respuestas como aquellos pasajes de “Tarkus” o “Pictures At An Exhibition”: “Hoy los grupos y artistas van y vienen, son como «el sabor del mes». Nosotros estábamos construyendo un legado musical”. No habrá ninguno igual, basta verlo tocar para comprobarlo.
—¿Cuál considerás que es tu sello distintivo como baterista?
—Es difícil hablar de mí mismo como baterista. Diría que siempre he puesto tiempo y energía en la práctica de las partes especiales que he creado para nuestras canciones. Siempre trato de ser diferente e innovador y trato de utilizar los mejores elementos de bateristas que me influenciaron, como Buddy Rich y Gene Krupa.
—¿Qué tuvo Emerson, Lake y Palmer (ELP) para convertirse en uno de los grupos más importantes del mundo en el rock sinfónico?
—Presentamos algo nuevo y diferente. Los jóvenes aficionados al rock a menudo obtienen su primera exposición a la música clásica de ELP. Nuestro álbum “Pictures At An Exhibition” fue rechazado por primera vez por la compañía discográfica porque era una pieza de música clásica hecha por una banda de rock. Hasta dijo que ni los niños lo comprarían. Al final, lo sacamos y vendimos 4 millones de copias, así que obviamente estaban equivocados.
—¿La pérdida de tus dos compañeros de ruta, y ambos en 2016, te inspiró para lanzar esta gira con la música de ELP?
—He estado de gira con mi banda ELP Legacy haciendo la música de ELP desde 2001. Con ELP dejamos de trabajar juntos en 1998, aunque nunca rompimos oficialmente, e incluso nos volvimos a juntar en 2010. Sin embargo, quería seguir trabajando y tocando esta música, así que formé un fuerte trío sin teclados, sólo guitarra, bajo y batería. La idea era tocar esta música de una manera nueva y diferente. La muerte de Keith y Greg renovó la atención de la gente en ELP y mi banda les rinde homenaje en el show.
—¿Qué es lo que más te gusta de otros brillantes bateristas del género, como Bill Bruford, Alan White o Phil Collins?
—Todos son grandes bateristas y amigos míos y también todos somos diferentes. Soy muy técnico y tengo una extensa educación musical. A partir de mi ingreso a ELP comencé a estudiar y leer música, quería aprender a tocar todos los estilos e incluso ahora también enseño de vez en cuando. Repito: todos somos diferentes, pero estos bateristas, al igual que yo, tocamos música complicada, por lo que en ese sentido somos similares.
—¿Recordás el momento puntual en que decidiste que la batería sería el instrumento que elegirías para expresarte como artista?
—Yo tenía 12 años. Mi papá me llevó a ver una película llamada “Drum Crazy”, que en América se llamó “La historia de Gene Krupa” con Sal Mineo en el papel de Krupa. Recuerdo que estaba enamorado de los tambores y después de esa película nunca más miré hacia atrás. Primero toqué música de orquesta y jazz, pero cuando The Beatles golpeó en la década de 1960 decidí que quería tocar rock.
—Para los fans, los tres primeros discos “Emerson, Lake & Palmer”, “Tarkus” y “Trilogy” son insuperables, pero ¿cuál es para vos el disco preferido del trío y por qué?
—Tendría que ser “Brain Salad Surgery” (de 1973), ese fue el mayor registro de ELP en mi opinión. Todos esos registros resisten hoy el paso del tiempo, pero ese era único y tan sólido como una declaración musical, creo que fue nuestro mejor disco.
—¿El rock británico siempre estuvo un paso adelante del rock americano?
—El rock británico, como Beatles y Stones, se basó en el rock’n roll de los años 50. Cuando comenzamos a tocar el rock progresivo a finales de los años 60 con King Crimson, ELP, Génesis y Yes éramos más que una mezcla de música folk clásica y británica, con la intensidad del rock’n roll. Nuestra música fue más influenciada por Europa que por América.
—¿El rock de la Argentina tiene identidad o sólo es una ramificación del género surgido en Gran Bretaña y Estados Unidos?
—No sé lo suficiente para responder, pero lo poco que he oído creo que es excelente. He escuchado algunas músicas de la Argentina y es realmente muy bueno, especialmente las bandas de rock progresivo under. Obviamente, todas han escuchado lo que estábamos haciendo en la década de 1970.
—¿Ya tocaste con grandes figuras, pero a qué músico hubieses soñado acompañarlo en la batería?
—No hago muchos trabajos de sesión, pero he tocado para Roger Daltrey (vocalista de The Who) y algunos otros. Amo a David Gilmour y Jimmy Page, creo que haría un proyecto artístico con cualquiera de ellos.
—¿Creés que el rock sinfónico actual no tiene sucesores de aquel legado de los años 70?
—Hay buenos músicos y bandas, como Dream Theater, Steven Wilson y Tool, y puedo nombrar más. Actualmente hay bandas más jóvenes que hacen esta música muy bien.
—Siempre se dice que no hubo rock como el de los años 70. ¿Sos de la idea de que todo tiempo pasado fue mejor?
—Hay un montón de cosas nuevas geniales por ahí. La diferencia está en los 60, principalmente en los70 y también en los 80, que estábamos construyendo catálogos completos de música. Todos tuvimos una serie de álbumes exitosos. Hoy, los grupos y artistas van y vienen, son como “el sabor del mes”. Nosotros estábamos construyendo un legado musical.