El Circo Servian ya tiene confirmado su desembarco en Rosario. El debut de su nuevo espectáculo será el viernes 26 de abril y habrá chance de disfrutarlo hasta el 5 de mayo, aunque hay chances de prolongar la estadía unos días más si se ratifican los pronósticos de éxito de convocatoria. Más de 110 personas, entre artistas y personal de la parte técnica trabajan a destajo para ultimar detalles de un espectáculo que se desarrollará en una carpa gigante con capacidad para 1.800 espectadores. El lugar donde funcionará esta "maquinaria" de entretenimiento y de ilusiones es el predio de la rotonda de avenida Francia, sobre el parque Scalabrini Ortiz.
Tras doce años de ausencia de Rosario, la compañía ofrecerá 14 presentaciones de “El gran sueño”, con una puesta en escena que busca concientizar sobre el cuidado del medio ambiente. Las entradas que se pueden conseguir desde los 4 mil pesos y se ofrecen a través de www.ticketek.com.ar o en las boleterías del circo. Para suscriptores de Tarjeta BLC, hay un beneficio exclusivo del 20% de descuento y además sorteo de entradas.
La novedad extra que ofrece la compañía de la familia Servian es la incorporación de tres artistas rosarinas al elenco estable del circo. Se trata de jóvenes que fueron seleccionadas durante un casting que se realizó el sábado pasado". La convocatoria para la prueba fue un éxito. Participaron cerca de 150 postulantes de diferentes disciplinas, que llegaron no solo de Rosario sino también de localidades vecinas e incluso desde el norte de la provincia de Buenos Aires.
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El Circo Servian tiene una trayectoria de más de 30 años, pero la historia familiar con el arte circense se empezó a escribir mucho antes.
Martín Lugones es el mánager de la compañía y, en diálogo con La Capital, remarca las expectativas puestas en el desembarco del circo que tiene proyección internacional y del estado de ansiedad de la "troupe" por renovar el contacto con el público de Rosario, tras la incorporación de tres jóvenes representantes de la ciudad en distintos pasajes del show. “La audición fue el sábado pasado y, a pesar de las adversas condiciones del tiempo, fue maravillosa. Se hizo en la Escuela de Formación Artística Anna Pavlova, y hubo 150 participantes que vinieron distintos lugares. Más allá del resultado, nuestra intención fue que el público venga a sentir la experiencia de audicionar y de estar en contacto con la gente de circo”, señala.
Lugones no oculta la grata sorpresa que tuvieron los coreógrafos y asistente del staff del circo al encontrarse con artistas locales tan bien preparados y listos para sumarlos a la troupe. En ese sentido, menciona a las afortunadas que se subirán a las tablas de Servian desde la misma noche del debut rosarino: Candela Barroso (acróbata de piso) y Abril Vázquez y Catalina Iglesias (bailarinas). Entre la últimas, la primera es egresada del Teatro San Martín y la segunda "es una verdadera revelación con apenas 18 años de edad", define el mánager.
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El Globo de la Muerte, una de las atracciones que ofrece Servian.
El circo Servian lleva más de 30 años de actividad en Argentina “y en el mundo”, dice Lugones. Pero la historia en el rubro de las actuaciones callejeras bajo una carpa, creando ilusiones en chicos y grandes, comenzó a escribirse mucho tiempo antes. Lo que hoy es un gigante de lona y que mueve una estructura técnica impresionante, primero fue el emprendimiento de una familia que llegó desde algún lugar no precisado de la ex Yugoslavia. Lugones dice que no hay datos exactos del lugar desde donde partieron los Servian hacia esta parte del mundo.
Los pioneros fueron los bisabuelos de los actuales dueños y directores del circo. Lo único concreto es que esos inmigrantes “llegaron en modo saltimbanquis”, viajando desde ese lugar de Europa del este, para transmitir la cultura del circo en Argentina, rememora Martín. Primero, brindaron funciones callejeras con los escasos recursos que tenían a su alcance, para luego ir creciendo de a poco con la incorporación otros elementos del circo y también con la contratación de otros artistas. Así podría resumirse el nacimiento del espectáculo que Rosario podrá ver dentro de poco.
Ya transformado en un circo hecho y derecho, con todas las luces, Servian pasó a representar los tradicionales shows con animales que solían verse en aquella época lejana. Lugones recuerda que “en un momento llegó a tener muchísimos animales, era casi un zoológico sobre ruedas. Pero los tiempos cambiaron, también hubo un cambio de paradigma de shows y se dictó una ley que prohibió el uso de animales en los circos. La compañía supo encontrar la vuelta en eso de cautivar al público con más arte y se enfocó en producciones basadas en los actos circenses combinados con representaciones teatrales y coreográficas, "siguiendo la línea de Cirque Du Soleil, que es la empresa más emblemática del rubro circense”.
Lugones agrega que de esa manera Servian llegó a la sexta generación circense. "Los dueños viven en el circo y llevan adelante a esta empresa, que es más que eso, es una familia. Somos más de 110 personas que vivimos en el circo y que nos vamos mudando de ciudades cada dos meses aproximadamente. Si bien esa condición puede parecer algo difícil de sobrellevar, con los años fuimos creando mecanismos cada vez más aceitados, especialmente en la logística para seguir adelante; estamos acostumbrados. Además de nosotros, en cada lugar contratamos a trabajadores locales para acondicionar el predio y levantar la enorme carpa que tenemos”, sostiene.
Y concluye: “Lo más lindo que tiene vivir en el circo, más allá de las mudanzas, es conocer nuevos públicos. Eso también forma parte de los climas de trabajo. Además, se forman o agrandan familias en el circo. Para nosotros Rosario es una buena plaza de espectadores, pero también nos trae gratos recuerdos. La última vez que estuvimos acá nació Matteo, el hijo de uno de los dueños, que tiene domicilio en Rosario en el documento”.