Si hay un lugar en el mundo donde queda demostrado que la diversidad de nacionalidades y religiones pueden convivir en una misma ciudad sin ser un obstáculo para el desarrollo social y el crecimiento personal, Toronto es sin dudas un ejemplo.
Si hay un lugar en el mundo donde queda demostrado que la diversidad de nacionalidades y religiones pueden convivir en una misma ciudad sin ser un obstáculo para el desarrollo social y el crecimiento personal, Toronto es sin dudas un ejemplo.
Más del 40 por ciento de los casi 2,5 millones de personas que habitan la moderna y más importante ciudad canadiense (seis millones con los alrededores) nacieron en el extranjero, pero no por eso dejan de sentirse extremadamente ligados a un país que les dio cobijo y posibilidades de mejorar su calidad de vida.
Toronto es una moderna urbe a orillas del lago Ontario que ofrece una gran variedad de posibilidades para los turistas de todas las edades. Tiene una gran movida cultural y artística para los jóvenes a través de recitales y otros espectáculos. Después de Londres y Nueva York es la ciudad con más actividades teatrales del mundo. También cuenta con grandes espacios para el deporte de aventura, desde el tranquilo "Paddleboard", que se practica al subirse a una tabla de surf e impulsarse con un remo por el calmo lago, hasta el excitante desafío de colgarse a 436 metros de altura en la CN Tower en una atracción llamada "Edge Walk", por la que se camina sujetado con una arnés por la cornisa de la torre.
Toronto es una ciudad con mucho verde en los meses de primavera y verano que ofrece interesantes paseos y áreas ecológicas, como "Evergreen Bricks Works". Es una antigua fábrica de ladrillos que fue convertida en un mercado de intercambio de productos agrícolas de granjeros de la zona, además de un centro comunitario para la exploración de la naturaleza, el medio ambiente y la enseñanza de una buena y natural alimentación. Una visita de medio día, con la posibilidad de paseo en bicicleta incluido, no es mala idea.
La ciudad, cuyo mayor ingreso económico se obtiene por los servicios financieros, tiene un cierto aire a Nueva York, aunque los especialistas en turismo aseguran que esa no es una acertada definición. "Manhattan es única, Toronto puede ser comparada con Chicago, tanto por su tamaño como por su clima invernal", sostienen los que viven aquí.
Si bien el invierno es crudo en Toronto, todo está preparado, desde la vestimenta hasta la infraestructura edilicia, para soportarlo sin mayores dificultades. La ciudad cuenta con una red de galerías subterráneas de 27 kilómetros al que se conoce como "Path". Funciona todo el año y a través de él se llega a las estaciones del metro, a edificios públicos o a hoteles. Son una especie de galerías comerciales bajo tierra que ofrecen todo lo necesario para la vida diaria, desde un medicamento en la farmacia hasta alimentos en un mercado o ropa en un negocio de marca famosa. Los habitantes de la ciudad lo utilizan también en verano porque la conexión entre los puntos de interés es muy buena y rápida.
El Downtown. La zona central de la ciudad es un área inmensa que comprende varios sectores. El centro geográfico del Downton es el Eaton Centre, cuyo sector destacado es una gran plaza seca, la Dundas Square, en la esquina de las calles Dundas y Yonge Street. Allí se ofrecen todos los años recitales al aire libre a través de festivales (llamado Luminato) con la participación de distintas bandas locales. En la zona abundan los negocios comerciales a la calle y también un shopping de varios pisos.
Una nota de color muy particular en la plaza la ofrecen distintos grupos religiosos que intentan convencer a la gente a seguir sus creencias a través de sermones que nadie escucha porque el sonido de la música los tapa. Hace unos días, grupos de musulmanes, católicos y de una secta difícil de reconocer su origen competían por los fieles, separados por escasos metros de distancia. Estuvieron así varias horas e incluso intercambiándose diferentes posturas sobre la vida y la religión, pero siempre sin violencia. Hacia el oeste del Eaton Center, en una caminata de media hora, se llega a la avenida Spadina. Sobresale en esa calle el barrio chino, uno de los varios con que cuenta la ciudad.
Pero no es la única colectividad de origen extranjero en Toronto. En distintas zonas se encuentran los barrios turco, griego, coreano, portugués, etíope y de tantas otras nacionalidades que sustentan a la multicultural ciudad. Por la avenida Spadina se puede tomar el tranvía hacia el norte y llegar a la exclusiva calle Bloor West. Caminar a pie desde allí hacia el este sirve para encontrar una de las zonas comerciales más elegantes de la ciudad. En el medio del recorrido, aparece Yorkville, un elegante barrio muy florido de restaurantes, bares y centros comerciales. Hay también dos zonas de la ciudad que últimamente han logrado mostrarse como casi imprescindibles para visitar. Son el “West Queen West” y “Junction” para los que les interesa el arte, el diseño y la vida nocturna.
Allí se pueden encontrar hoteles con habitaciones con decorados todos distintos y una amplia gama de bares con bandas en vivo. Hacia el sur de la zona central de la ciudad se ubican el área de entretenimientos y el espacio más antiguo de Toronto, que incluye un histórico distrito donde funcionó una vieja destilería fundada en 1832 y que hoy luce totalmente reciclado. Vale la pena visitar el lugar por su arquitectura, esculturas, la oferta de arte y tiendas, como también para probar una exquisita cerveza canadiense. Otro de los paseos imperdibles por la ciudad es llegarse hasta la costa del lago Ontario, en la zona que se denomina “Waterfront”. Además de la posibilidad de tomar un barquito y recorrer el lago, la costa es un lugar muy agradable para una caminata. Toronto es muy extensa, pero descubrirla a pie todo lo que se pueda es una acertada decisión.