Otro colectivo de intelectuales llamó a votar por Sergio Massa, entre los que se encuentran Beatriz Sarlo, Graciela Fernández Meijide y el profesor y escritor rosarino Rubén Chababo. El grupo, que venía alertando sobre las propuestas antidemocráticas del libertario, salieron a apoyar al candidato de UP. "La conducta pública de Milei y de buena parte de su equipo es contraria a la cultura democrática que propiciamos para fortalecer una comunidad política pluralista y pacífica", afirmaron.
Además de Sarlo, Meijide y Chababo, los firmantes son Carlos Altamirano, Pablo Alabarces, Oscar Cetrángolo,Roberto Gargarella, Adrián Gorelik, Claudia Hilb, Roy Hora, Alejandro Katz, Federico Lorenz, Mariano Llinás, Lucas Martin, Federico Merke, Mario Pecheny, Martín Plot, Hinde Pomeraniec, Maristella Svampa, Patricia Tappatá, Hugo Vezzetti y Natalia Volosin.
"En vísperas de la segunda vuelta en que la ciudadanía elegirá el próximo gobierno, ratificamos el compromiso que hemos suscripto luego de las PASO y que, como resultado de las elecciones en primera vuelta, nos lleva a votar a Sergio Massa contra Javier Milei. Consideramos que el diagnóstico que trazamos en nuestra declaración anterior sigue vigente", arranca el escrito.
Asimismo, pronunciaron: "La conducta pública de Milei y de buena parte de su equipo es contraria a la cultura democrática que propiciamos para fortalecer una comunidad política pluralista y pacífica; su explícita negación del pacto de los derechos humanos habilita un retorno de formas de violencia política y estatal que creíamos superadas; y su propuesta plebiscitaria de gobierno anticipa una práctica cesarista y autoritaria violatoria de la constitución nacional".
"Seguimos creyendo que es necesario establecer un cordón democrático contra los peligros de una deriva autoritaria encarnados por Milei, posibilidad hoy representada por el triunfo de Massa", destacaron.
Además, el colectivo expresó que "si bien entre quienes firmamos esta declaración hay importantes desacuerdos en muchos temas, nos une la convicción de que no hay futuro común bajo un gobierno de Javier Milei".
Y concluye: "Esperamos que la ciudadanía comparta mayoritariamente nuestro compromiso para la segunda vuelta, pero no alentamos por ello ningún triunfalismo. En estas elecciones no hay vencedores; hay una sociedad derrotada, sumida en una crisis a la vez social, económica y política de enorme gravedad. Las fuerzas democráticas deben asumir la responsabilidad por el fracaso de muchas de las promesas del ciclo iniciado hace 40 años, y comprometerse a trabajar juntas para reparar los daños producidos. La consagración de un nuevo pacto democrático capaz de dejar atrás décadas de fracasos y frustraciones debería constituir un programa mínimo para el próximo gobierno".
Alerta por el ascenso de Milei
Este grupo, después de las PASO, había alertado a la sociedad por el triunfo de Milei. "Las sociedades democráticas se ponen a prueba en los momentos de crisis terminal. El triunfo en las PASO del movimiento libertario que lidera Javier Milei es uno de esos momentos, una conmoción de los fundamentos del pacto democrático instituido en 1983 porque, más allá de las múltiples razones que explican la decisión de un sin duda heterogéneo electorado, es la primera vez en 40 años de democracia que candidatos con discursos que promueven la violencia social y política, el desconocimiento de toda idea de equidad y, muy especialmente, la reivindicación de la dictadura militar, llegan con grandes posibilidades de triunfo a una elección presidencial", expresaron en un comunicado en septiembre.
Y alertaron: "La experiencia brasileña, tan cercana, demuestra que la división de los sectores democráticos de la sociedad (su propia grieta) fue lo que hizo posible la aparición y el triunfo del bolsonarismo, que durante cuatro años le infligió un retroceso costosísimo, y que sólo pudo ser derrotado con la unión de aquellos que parecían enfrentados de forma irreversible. Lo que estamos proponiendo no es una solución para todos los gravísimos problemas que tiene el país; es simplemente el intento de ahorrarnos cuatro años en los que dichos problemas no harán más que agravarse, y lo harán en una dirección inédita y de impensables consecuencias para la frágil democracia y la dolorida sociedad argentinas".