El momento más tenso en la relación entre el gobernador Maximiliano Pullaro y los ministros de la Corte Suprema: el encuentro en la Casa Gris un domingo a la mañana en septiembre de 2024.
Después de dos años marcados por momentos de alta tensión, Maximiliano Pullaro y los integrantes de la Corte Suprema de Justicia de Santa Fe abrieron una nueva etapa de diálogo. En la previa de las fiestas de fin de año, el gobernador y los miembros del Máximo Tribunal compartieron una cena, en la que abundaron las anécdotas sobre la política santafesina y se abordaron distintas situaciones del Poder Judicial.
La reunión se realizó este lunes en la casa Amenábar, una vivienda que depende del Poder Ejecutivo provincial y que está ubicada detrás de la Casa Gris.
La cena surgió a pedido de los cortesanos. Roberto Falistocco se lo propuso a Pullaro y el gobernador se ofreció como anfitrión.
El balance de la reunión entre Pullaro y los integrantes de la Corte Suprema
“La reunión fue excelente, hubo muy buen ambiente”, dijo a La Capital uno de los comensales. El menú: asado con ensalada.
Pullaro llegó con el ministro de Gobierno, Fabián Bastia, y el secretario de Justicia, Santiago Mascheroni. La Corte tuvo asistencia casi completa: además de Falistocco se sentaron a la mesa el presidente del tribunal, Rafael Gutiérrez, y los ministros Daniel Erbetta, Margarita Zabalza, Jorge Baclini y Rubén Weder. Sólo faltó el que tuvo la idea del encuentro, Eduardo Spuler, por un problema personal.
Según pudo reconstruir este diario, en la cena se conversó largo y tendido sobre la historia política santafesina desde 1983 al presente. También hubo tiempo para hablar de Newell’s y el regreso de Ángel Di María a Central.
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La cena de camaradería en diciembre entre los titulares de dos de los tres Poderes de la provincia es la imagen opuesta del desayuno con agua que les ofreció Pullaro a los cortesanos un frío domingo de invierno, en septiembre de 2024.
Allí el conflicto entre el gobierno y la Corte alcanzó su punto más alto. Antes y después de ese encuentro tenso, el Ejecutivo sostuvo que la administración de Justicia era “ineficiente” y empujó por la renovación del máximo tribunal. Sobre todo después de que la nueva Constitución fijó la edad máxima en 75 años.
Desde la Corte, en tanto, defendían su gestión e incluso tenían preparado un escrito para rebatir un eventual decreto de Pullaro para cesar en el cargo a los ministros que superaran la edad límite.
La Corte Suprema, en un momento de transición
Hace tres semanas el nudo se desató. Luego de que Spuler informara que abandonará el cargo en septiembre, Falistocco y Gutiérrez anunciaron que dejarán la Corte en noviembre del año que viene. A eso se suma la salida de Eduardo Bordas, el histórico secretario de Gobierno de la Corte, que manejó durante tres décadas y media recursos, obras y designaciones.
La resolución deja contentas a ambas partes. Por un lado, los ministros salientes se van por la puerta grande, con sus tiempos y de manera ordenada. Por el otro, el gobernador evita intervenir sobre otro Poder del Estado y entra a su último año de gobierno con el proceso de renovación de la Corte ya terminado.
“Demostramos que tenemos palabra. No tenemos problemas personales, ellos dieron lo mejor de sí en estos años. Nosotros no tenemos enemigos”, aseguraron desde la Casa Gris.
La terna busca un equilibrio entre estamentos y geográficos: Alurralde es juez y del norte de Santa Fe, Maciel viene de la política y del centro de la provincia, y Genghini es la representante de los colegios profesionales y de Rosario.
La propuesta en simultáneo y con tanta anticipación le permite a Pullaro desactivar la desgastante danza de nombres y, al mismo tiempo, mantener la armonía en el esquema de acuerdos entre sectores del radicalismo que integran el corazón del gobierno.
La agenda que viene entre la Casa Gris y la Corte Suprema
Sobre el final de la cena Pullaro y los integrantes de la Corte conversaron sobre varios temas pendientes en la Justicia.
Uno que sobrevoló es el Consejo Asesor de la Magistratura, el nuevo órgano creado por la Convención Constituyente para designar jueces, fiscales y defensores. Falta su reglamentación por ley, aunque prima la idea de que debe ser un dispositivo austero y ágil, lo opuesto al Consejo de la Magistratura a nivel nacional.
Otro tema en carpeta y sobre el que se explayaron más es la falta de jueces en los fueros laboral y de familia, que sobrecarga a los magistrados y alargan los tiempos de los procesos. En la Casa Gris señalan que en el interior de la provincia puede haber “situaciones puntuales” pero admiten que el mayor foco de conflicto está en los juzgados de Rosario y la ciudad de Santa Fe. “Están detonados”, reconocen.
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