El expresidente de Uruguay José “Pepe” Mujica, alejado de la política por la pandemia de coronavirus, aseguró que las diferencias históricas que dividen a los argentinos dificultan la vida política y destacó la necesidad de que se encuentren “acuerdos mínimos” para poder vencer, entre otras cuestiones, con “el viejo fantasma de la debilidad de la moneda”.
Mujica señaló que aseguró que el gran desafío del presidente Alberto Fernández es el “problema de la grieta y de ver todo en blanco y negro” y señaló que el primer mandatario argentino tiene voluntad de cerrar las viejas heridas de la política argentina y hallar un camino de solución a la crisis económica que, con la pandemia, se agudizó más.
"Argentina tiene un problema de grieta y de ver todo en blanco y negro”, reflexionó Mujica sobre la realidad del país, y añadió: "Creo que Fernández tiene el mejor espíritu de encontrar acuerdos mínimos y una paciencia notable. Agarró un país con una crisis formidable, pero el viejo fantasma de la debilidad de la moneda está jugando en contra".
Pepe Mujica: "Néstor era un tipo formidable"
Asimismo, se mostró sorprendido por las protestas anticuarentena que se llevaron a cabo en la Argentina y las vinculó con el fanatismo político. “La única medida que había disponible era la prevención. Es una guerra contra un amigo invisible y aunque nos duela mucho, no hay otra forma. Todas estas cosas frenan a la Argentina, es la grieta que divide todo", indicó.
En ese sentido, exhortó a los argentinos a buscar "cuatro o cinco puntos de acuerdo, y así se darán cuenta que los desacuerdos no son tantos". Comparó la situación con Uruguay y su reconciliación con la oposición. "En la vida hay que mirar para adelante, y hay que convivir pensando en el mañana. Las heridas del pasado, hay que aprender y saber que hay cuentas que no te las paga nadie, sino vivimos de espaldas al porvenir".
Finalmente, recordó a Néstor Kirchner, de quien mañana se cumplen diez años de su muerte. "Desgraciadamente con Néstor hable cinco veces, pero siempre me pareció un tipo formidable. Un hombre con una visión moderna de las relaciones latinoamericanas y envidiable su concepción de los derechos humanos. Me apena que cuando estaba en condiciones de dar lo máximo, se le acabó el rollo de la vida".
"Tenía mucho para darle a la Argentina y profundizar el modelo, pero dejó su salud en su presidencia", concluyó.