A las 16, luego de seis horas de debate, cuando el tema ya parecía convertido en un debate surrealista —porque un intenso chaparrón dispersó temprano a los pocos simpatizantes del mandatario que lo vivaban en la calle y el país miraba ajeno las pizarras de cotizaciones ante otra disparada del dólar— 25 diputados rechazaron la pretensión del mandatario y 24 votaron a favor. El PJ, Cambiemos y el interbloque Igualdad le dijeron que no. Para habilitar el tratamiento sobre tablas le hicieron falta sólo 2 votos aunque luego para aprobar el proyecto de ley hubiera necesitado dos tercios: 34 votos, que nunca llegaría juntarlos.
No hubo un solo legislador de la más de la veintena de los que hablaron que no se haya declarado partidario de una reforma para actualizar la Constitución provincial que rige desde 1962 sin cambios. Pero la mayoría consideró que el apuro y el poco ortodoxo tratamiento de hacerlo sobre tablas para un trámite de tal trascendencia le restaba seriedad y ponía a la reforma entera en pos de intereses que para algunos están directamente ligados a las aspiraciones individuales o a las chances electorales del gobierno actual.
No obstante, el debate —no sin contundencia— tuvo un altísimo nivel. Ahora el proyecto del Ejecutivo, que fue el único habilitado para debatir hoy, volverá a la comisión de Educación donde deberá lograr dictamen y en la que hay otros tres proyectos diferentes presentados por distintas bancadas.
En eso consiste el tratamiento sobre tablas: un mecanismo que permite saltear el debate de comisiones y los consensos a los que deben arribarse en sus dictámenes. La reforma ya tiene dictamen de la comisión de Asuntos Comunales. Está a consideración de la comisión de Educación. Restará luego que pase por las comisiones de Asuntos Constitucionales, Legislación General, y Presupuesto y Hacienda.
El paso por esas cuatro comisiones para luego tratarse recién en el recinto, además de que una aprobación hubiese llevado el tratamiento al Senado, no hubiera permitido jamás que le den los tiempos a Lifschitz para postularse de nuevo, esto en caso de que la reforma llegase a habilitarlo a una reelección. En marzo se abre el cronograma electoral de las elecciones de 2019. De allí el apuro del oficialismo en la intentona de ayer que resultó fallida.