Buenos Aires-
Integrantes de la Asamblea Ciudadana Ambiental de Gualeguaychú defendieron
hoy el uso de una tarjeta para controlar el paso de vecinos en los 10 kilómetros que
van desde el corte de la ruta 136 hasta el puente internacional San Martín, y
atribuyeron ese mecanismo a la necesidad de “optimizar y evitar demoras” a
quienes necesiten atravesar esa franja para ir a trabajar.
Asimismo, el asambleísta José Pouler expresó su esperanza de que en la
reunión que un grupo de ambientalistas mantendrán “en la primera quincena de
febrero” con la presidenta Cristina Fernández “puede salir algo positivo”,
aunque no en el corto plazo, “para cortarle el oxígeno a Botnia”, la pastera
instalada en Fray Bentos y otras plantas que quisieran ir a ese lugar.
“Esperamos tener una charla directa (con la mandataria) en la cual
uno le pueda expresar el sentir social que nos obliga a hacer todo esto que estamos
haciendo”, remarcó Pouler, en alusión al corte del paso internacional hacia Uruguay que
desde hace dos años y y medio llevan adelante los asambleístas de Gualeguaychú.
En diálogo con radio América, el ambientalista restó impacto al uso de la
llamada “tarjeta vecinal” que vienen utilizando los manifestantes para controlar
el paso de vecinos que necesitan atravesar el piquete.
“No hay que pensar cosas que no son”, subrayó Pouler y señaló
que ese “cartón”, en el que consta el nombre completo del portador, su lugar de
trabajo y la patente del coche que usa, “es para optimizar y evitar demoras y preguntas
a la gente” que necesita ir a la franja que va desde la interrupción de la ruta 136
hacia el puente.
Pouler lo explicó así: “Como entre el corte y el puente hay más de
10 kilómetros, en los cuales hay establecimientos rurales, un aserradero muy grande, cultivos de
arándanos, un coto de caza, colmenares, entre otros emprendimientos, empezó a dejarse pasar
a la gente que trabajaba de ese lado”.
Explicó que “como durante estos 14 meses de bloqueo económico y
turístico hacia el gobierno uruguayo incluyó un invierno muy duro, durante el cual mucha
gente sufrió enfermedades como pulmonías y neumonías, venía el recambio de gente” y se
necesitaba un sistema que permitiera a los asambleístas que reemplazaba a sus
compañeros identificar a quienes normalmente atravesaban el piquete “para ir a
trabajar”.
Al reivindicar todas las medidas de fuerza decididas por la Asamblea
contra la pastera de Botnia, Pouler advirtió que la “contaminación es en el largo tiempo,
progresivamente e irreversible en el momento que ocurra, o sea, que de acá a cinco, seis
años vamos a saber realmente cuál es la contaminación”.
Respecto de la reunión que ambientalistas mantendrán con la presidenta el
mes próximo, Pouler se esperanzó en que de ese encuentro “pueda salir algo positivo,
aunque no en el corto plazo”.
En ese sentido, destacó que “se están analizando en diferentes áreas
del gobierno la implementación de la Ley de la Madera y del Código Aduanero que sería como
quitarle el oxígeno a la pastera Botnia y a las que se quieran instalar porque ya no
podrían comprar estructuras de este lado ni de Chile porque no podrían pasar por
acá”.
“En el caso de Botnia -añadió- los insumos químicos los dejaría
automáticamente de adquirir, y con la Ley de la Madera tendrían que pensarlo muy bien el
resto de las pasteras si quieren venir a un lugar donde al cabo de dos años no van a tener
insumos”. (DyN)