El martes se cumplirán 25 años del asesinato del fotógrafo José Luis Cabezas y, en ese marco, el Sindicato de Prensa Rosario (SPR) y la Asociación de Reporteros Gráficos de la República Argentina (Argra) renovaron su reclamo de “justicia real”. Y enfatizaron: “Recordarlo es gritar «¡basta de impunidad!»”.
El 25 de enero de 1997, el reportero gráfico de la revista Noticias fue secuestrado, golpeado, asesinado e incinerado en un descampado de la Costa Atlántica.
“Ya son 25 años los que nos separan del terrible asesinato de Cabezas, quien mostró por primera vez el rostro de Alfredo Yabrán (se suicidó en mayo de 1998), empresario y socio privilegiado del menemismo. El 25 de enero de 1997 se hizo llegar un mensaje a toda la sociedad que pretendió ser aleccionador para cualquiera que osara incomodar a los dueños anónimos del poder, cuya deliberada invisibilidad les permitía operar cómoda e impunemente. Aquellas condiciones no podían ser jaqueadas de ningún modo”, destaca el comunicado del SPR y Argra.
En ese sentido, el texto añadió: “El «no» era tan determinante que a la fotografía (de Yabrán) de la playa que trascendió ese límite, se respondió con el horror. Cabezas fue brutalmente golpeado, recibió dos tiros en la cabeza y su cuerpo fue calcinado en una cava de General Madariaga, cerca de Pinamar”.
Escenario
“Ese poder no ha parado de crecer. Hoy es un entramado robusto, hiperconcentrado, donde lo económico, lo financiero, lo judicial y lo mediático se conjugan mucho más orgánicamente. Su objetivo sigue siendo el mismo, pero sus estrategias están adaptadas a los tiempos que corren. Sus representantes tal vez no rechacen que se los haga visible, como ocurrió con Yabrán”, indicaron el SPR y Argra.
“Además, el desarrollo tecnológico y de los dispositivos de la información universalizan algunos aspectos, pero sobre todo en tiempos de la enorme concentración comunicacional, con más o menos vuelo discursivo, se construye el relato único y las campañas de desinformación que disuelven al instante cualquier mirada que responsabilice al poder real por los derechos vulnerados a tantos argentinos”, completaron.
En esa línea, resaltaron: “La expertise para sesgar información, manipular datos, difundirlos y espectacularizarlos a través de la voz de quienes se prestan a la mentira y a la deformación de los hechos no tiene que ver con los conceptos de libertad de expresión y derecho a la comunicación que consagran los pactos internacionales. Tampoco con la responsabilidad social del trabajo periodístico, que en buena parte perdió hasta la capacidad de utilizar sus herramientas básicas, como la de repreguntar sin complacencias”.
“Cabezas era uno de nosotros, un trabajador de prensa empeñado, tozudamente, en lograr la imagen que quería mostrar y por lo que ya había recibido advertencias para que no siguiera buscando. Recordarlo a 25 años de su muerte, con tantas generaciones nuevas de periodistas que poco o nada saben de él, es una tarea obligada que nos atañe y que asumimos desde aquel terrible día de 1997”, argumentaron.
Al respecto, el comunicado concluyó: “Es defender el valor indispensable del trabajo periodístico en una sociedad tan mediatizada como desinformada, es bregar por el compromiso y la responsabilidad profesional, es luchar por un sistema de medios plural, equilibrado y diverso que sólo podrá garantizar el Estado a través de políticas públicas que construyan democracia informativa. Es también defender el derecho impostergable de toda la ciudadanía a la información”.
Actividades
Cabezas será recordado el martes en Pinamar con varias actividades previstas con motivo del 25º aniversario del crimen.
Gladys Cabezas, hermana del fotógrafo, explicó la actividad prevista para el martes, a las 10, en el monolito de esa ciudad balnearia: “Plantaremos un árbol, como lo hacemos todos los años para esa fecha”.
Asimismo, destacó que también ese día, a las 19, “en la cava donde lo encontraron muerto se plantará por primera vez un árbol y se hará un acto”. A las 20, , se inaugurará una muestra, con un video, en la Casa de la Cultura de Madariaga.