Pasadas las 12.30 de este miércoles frente a un polirrubro de Solís y Julio Korn, en el barrio Ludueña, se detuvo un auto gris del cual bajó un hombre joven. El muchacho se acercó a la ventana por la que la dueña del local atendía y le pidió una gaseosa. Cuando la mujer le dio la espalda para buscar la botella recibió cuatro tiros que la tumbaron al piso. El sicario, en tanto, volvió al auto donde lo esperaba un cómplice y huyeron del lugar. La víctima fue María del Carmen Vidal, de 57 años, una vecina muy querida por los habitantantes del lugar que ayer no salían del asombro y la indignación. “Son una familia de trabajo que hace 30 años vive en el barrio. No sabemos qué pasó. El quiosco tenía sus vidrieras tapadas con chapas porque el 25 de enero les habían baleado el frente y decidieron atender por una ventana. Además de los chapones pusieron cámaras. Hoy abrieron y mataron a Mary”, contó una mujer consternada.
Si la estadística sirve de algo, el homicidio de María del Carmen es el número 25 en lo que va de 2023. En barrio Ludueña, además, fueron asesinadas otras dos personas en estos 32 días. En Solís al 300 fue emboscado Alan Carlini el 7 de enero, quien murió en el acto tras recibir varios impactos de bala. El otro fue Hugo López, de 44 años, que falleció un día después tras haber sido atacado en Einstein al 5500.
En lo que hace al homicidio de Mary, alrededor de las 12.30 de ayer llegó a la seccional 12ª, que se levanta a unos 300 metros de donde se produjo el hecho, una pareja que no dio sus datos y avisó que en Julio Korn y Solis habían baleado desde un auto el local color naranja. Después se supo que alguien bajó de ese auto y fue directo al local. Cuando los policías fueron al negocio se encontraron con los vecinos ayudando a la víctima. Inmediatamente se comunicaron con el SIES y a las 12.55 llegó al lugar una ambulancia cuyo médico constató que la mujer había fallecido y que presentaba cuatro disparos en la espalda.
Los efectivos de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) que trabajaron en el lugar secuestraron cinco vainas servidas calibre 9 milímetros y dos plomos deformados. Minutos después llegó al comercio que se encuentra en la planta baja de la casa familiar el fiscal de la Unidad de Homicidios Dolosos Ademar Bianchini, quien quedó a cargo de la investigación.
“Por el momento no puedo formular ninguna hipótesis. La víctima era parte de una familia conocida de hace 25 o 30 años, gente de trabajo. No habría elementos para formular una hipótesis drástica”, dijo el fiscal Bianchini a la prensa. Y agregó que “una persona joven a cara descubierta llamó para ser atendido, como cualquiera. La señora abrió la ventanita rebatible, tomó el pedido y cuando se dio vuelta le dispararon.”
El mismo comercio donde fue asesinada María del Carmen había sido atacado hace una semana. El 25 de enero alrededor de las 15 pasó por Julio Korn y Solis una moto con dos hombres que dispararon al menos 11 veces sobre la mampostería del local. La misma Mary le dijo ese día a los policías que se “encontraba en su domicilio cuando comenzó a sentir varios disparos y luego, al salir, pudo constatar la presencia de varios impactos sobre el portón y la fachada de la casa”. Además dijo que no sospechaba de nadie y los efectivos de la AIC secuestraron 11 vainas servidas 9 milímetros y ocho esquirlas de balas.
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La familia Vidal lleva más de 30 años viviendo en esa casa que fueron reformando y con el tiempo le agregaron la planta alta. Marcelo, el viudo de Mary, fue colectivero durante muchos años y se jubiló hace un tiempo, así que decidió invertir en el local comercial un dinero que recibió al retirarse.
Al recorrer y preguntar por el hecho en el barrio los vecinos de Mary no salen del asombro: “Es una familia que no se da con mucha gente, no más que un saludo. Todos los chicos, al igual que Mary y Marcelo, son trabajadores desde siempre. No podemos creer que la hayan matado así”, dijo una vecina.
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María del Carmen Vidal tenía 57 años y este miércoles volvió a abrir su negocio.
No obstante, tampoco podían creer la balacera de la que fue víctima la familia hace una semana atrás, como si hubiese sido una advertencia. “Fue a la tarde, escuchamos muchos tiros y salimos a ver qué pasaba. Mary estaba en la casa y salió a la puerta cuando escuchó los disparos. No les dejaron ninguna nota con amenazas ni los habían llamado por teléfono ni ningún mensaje. Ellos no sabían qué podía ser. Desde ese día tenían cerrado. Pusieron chapones para cubrir las ventanas, una cámara de vigilancia y recién hoy abrieron. Mary decía que no tenía miedo, que pudo ser una confusión. Por eso abrieron de nuevo, estaban tranquilos y seguros de que no les iba a pasar nada”.
El negocio, que a primera vista parece grande, no es más que un salón pequeño y rectangular atiborrado de mercadería. La tarde del miércoles, en el piso del negocio se podían ver las manchas de sangre y parte del material usado por la policía para las pericias. La familia de María del Carmen prefirió no tomar contacto con la prensa y permanecía en la puerta de su casa tan sorprendida como sus propios vecinos. El color del negocio es llamativo, un naranja fuerte, al igual que el de otros quioscos del barrio y algunas viviendas. “Tal vez no era para ellos, se confundieron y mataron a una inocente”, arriesgó otro vecino.
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Los habitantes de la cuadra cuentan a quien preste oídos que “el barrio es un desastre. La policía viene día por medio a Solís al 200 bis a sacarse fotos en un paredón que está frente al negocio de Mary, vienen tipo 17.30 y a las 18 se van, después de esa hora ya no se ven policías por ningún lado. La Gendarmería igual, se muestran un poco, caminan y a las 19 o 20 no se los ve por ningún lado tampoco. En la comisaría no se puede confiar, hace unos días quemaron unos autos en la puerta de la seccional 12ª que eran de una agente de la policía. No sirven para nada. Se escuchan tiros a cada rato y en las cortadas del barrio mejor ni meterse, en todas se venden drogas”, dijo una vecina muy enojada.
Otra mujer sostuvo que “la buena gente vive encerrada entre rejas. Los chicos no pueden salir y uno mismo cuando cierra la puerta mira para todos lados por si pasa una moto y dispara. No es justo”.
El atentado incendiario en la seccional 12ª que dejó cuatro autos dañados ocurrió pocas horas después de que balearan el negocio de Mary. Fue la madrugada del jueves 26 en la esquina de Solis y Casilda cuando una persona prendió fuego a un Volkswagen Gol Trend que estaba estacionado frente a la dependencia policial y que pertenecía a una agente que estaba de guardia. Las llamas se expandieron y afectaron a otros tres autos: un Chevrolet Cruze, un Peugeot Partner (ambos vehículos secuestrados en causas judiciales) y un Chevrolet Corsa de un agentes que cumplía turno en la seccional que pudo rescatarlo a tiempo con pocos daños. Por ese hecho, la policía demoró a tres jóvenes, entre ellos un menor de edad, pero no resultaron imputados.
Este miércoles los vecinos de Ludueña pedían a gritos cambios y “un poco de tranquilidad. Mary era una gran persona, toda la familia. No tiene que pasar ésto”, dijo una mujer que vive pared por medio del polirrubro que se convirtió en la escena de un crimen.