Mientras la política continúa jugando a la indignada, vecinos de tres barrios de la zona sur comenzaron a denunciar, como pueden y utilizando los escasos elementos a su alcance, que sus barrios comenzaron a ser blanco de otra escalada narco. Son vecinos de la zona de “La U” en Tablada, de los monoblocks de Lola Mora y Grandoli (vecinal Las Heras) y del Parque del Mercado. Gente curtida, ubicada en sectores de zona sur expuestos desde hace dos décadas a una violencia callejera sostenida, que cuentan como pueden que ante el vacío de poder generado por muertes y encarcelamientos, los territorios en los que habitan son el objetivo de uno de los pesos pesados con mayor poder de fuego de este momento, más allá de estar preso en la cárcel de Piñero: “René Ungaro se quiere quedar con todo este mercado de drogas y por eso manda a tirar a sus muchachos”, explicó un residente de Tablada. “Ya estamos cansados, por eso lo hacemos público y que Dios se ocupe de todo esto”, agregó una residente del Parque del Mercado.
A un lado y otro lado de la avenida Grandoli hay vecinos que coinciden en que René “Brujo” Ungaro movió a sus “gerentes” para ordenar, conquistar y disciplinar territorio. Del lado de Tablada su gestor callejero es el apodado “Luquita”, yerno de “La Chana”, sindicada como una histórica vendedora de drogas en inmediaciones de “La U”, como se le dice en la zona al denominado “Corredor Ayacucho”. Algunos residentes mencionan que en la zona también operan tiratiros de otro histórico como Fernando “Enano” Morel.
De Grandoli hacia el Paraná, en los pagos del Parque del Mercado, el apodo y nombre que queda bajo la lupa es el de Ariel Sebastián “Teletubi” Acosta, viralmente conocido a partir de su fuga del Centro de Justicia Penal en diciembre de 2019.
En seis autos por "La U"
“La U” es un territorio de cinco manzanas de tierras fiscales limitado por las callese Ayacucho, Patricias Argentinas (prolongación de Colón), Doctor Riva y Uriburu. Es uno de los sectores de Tablada donde los vecinos más se han acostumbrado a las pujas callejeras, uno de los puntos más violentos de la geografía rosarina.
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Sólo en la última semana “La U” se ganó un espacio en las crónicas policiales a partir de una nena de 12 años baleada en el estómago en Ayacucho y Centeno; dos vecinos baleados en Chacabuco y Doctor Riva; una granada de mano de fabricación española arrojada frente a una vivienda de Chacabuco 3900; una mujer de 83 años y su hijo de 58 heridos en un ataque a tiros la madrugada del sábado pasado cuando tomaban fresco en la puerta de su casa de Ivanowsky al 100; finalmente, el asesinato de Leonel Vladimir Zapata, de 27 años y recientemente llegado al barrio, en Garibaldi al 200, a la que vecinos llaman “la cuadra de las balas”.
Según los residentes aseguran que poco cambió en “La U”, que sigue siendo un lugar plagado de bocas de expendio en el mapa de la venta de drogas de Tablada. “Hay muchos que ya venden para René Ungaro, como La Chana. Ahí están la hija de ella, Priscila, que es la mujer de Luquita; pero también está Miriam, «La Caro», Camilo el hijo de “La Camote». Y Luquita formó una banda que anda en seis autos distintos. Llegan como si fueran un grupo comando. Se bajan y disparan con «metra». No les importa nada. Dicen en el barrio que en el caso de la nena baleada en Ayacucho y Centeno se les metieron en la casa. Pudo ser una tragedia. Que estamos a nada de que pase”, recordó un vecino.
“En esta zona de Tablada si tenés que hacer algún trámite importante o ir al centro de salud, lo tenés que hacer entre las 6 de la mañana y el mediodía. Porque después de las 12 estás en manos de Dios, ya es cuando se suben a los autos y empiezan a dar vueltas. Y te cagan a tiros. La gente dejó de denunciar los ataques a balazos porque la cana ni va a los lugares a ver que pasó. Eso quiere decir que la policía también juega. Una señal feísima de donde estamos parados”, dijo una vecina.
Sin códigos
“Les disparan a casas de familias que tienen hijos presos. Pero presos con cartel, no cuatro de copas. Y les disparan igual. Imaginate qué siente el vecino común. No hay código. Hace dos semanas a una almacenera de Patricias Argentinas y Doctor Riva le cagaron a tiros el frente del negocio porque estos (Luquita y los suyos) andaban paranoicos y como la mujer entró con la moto rápido a la casa se comieron cualquiera”, indicó un vecino.
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“Hay familias que tienen sus hijos presos que no los están yendo a visitar porque tienen miedo que los embosquen en la ruta. Estos tipos están dispuestos a todo”, agregó un residente.
“Se acuerdan los periodistas cuando decían que «Torombolo» (por Guillermo Adrián Pérez, muerto en febrero de 2008 a punto de cumplir 24 años) tenía al barrio Tablada de rehén. Torombolo era un tipo con códigos. Tenía un problema y se la agarraba con esa persona. Acuérdense cuando tuvo la pelea con “Mingo” (Domingo) Selerpe. Era entre ellos. No venían y te baleaban la cuadra. Pero los guachos de ahora no tienen códigos. Si ven a la hermana, la madre o la abuela del tipo con el que tienen la bronca, la matan a tiros. Vienen como un grupo comando en autos con vidrios polarizados y te tiran con «metra» contra las casas. No tienen código para nada”, explicó una vecina de “La U” a quien en dos meses le balearon tres veces la vivienda “y la policía nunca pasó a ver”, según relató.
Vivir con miedo
El lunes el hartazgo llegó a las entrañas de los monoblocks del Parque del Mercado. Vecinos hastiados montaron un piquete en las inmediaciones de Sánchez de Thompson y Laferrere para hacer visible una nueva ola, otra más, de violencia callejera en los confines con el Municipal, también conocido como “Pimpilandia” en honor al fallecido barra leproso Roberto “Pimpi” Caminos.
Un denominador común entre “La U” y ese sector _la torre 6 a la altura de Sánchez de Thompson al 212 bis_ es el miedo. “¿Qué querés que hagamos? ¿Que esperemos en nuestras casas a que nos caguen a tiros y nos las usurpen? Acá hay gente que se tuvo que ir, que perdió todo. Gente laburante que les tuvo que dejar las casas a estos tipos. Vivís con miedo. No sabés dónde están, pero están. Puede ser en un pasillo, en las escaleras o en la terraza de las torres de donde también te disparan”, indicó un vecino.
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La idea predominante que manifiestan las bandas en este sector es la usurpación para generar aguantaderos y el reclutamiento de soldaditos y dealers. “Hostigan a los pibes para que vendan falopa o para que «soldadeen» para ellos”, explicó un morador.
En estas calles el apodo que sobresale es el de Teletubi Acosta, que desde la cárcel de Piñero reparte amenazas por teléfono y redes sociales. Varios audios con sus amenazas se viralizaron. “Soy Tele”, se presentó en uno de los chats amenazantes.
La violencia urbana no es nueva en todo este territorio que en los últimos siete años fue escenario de distintas batallas entre quienes responden a Ungaro (con sus aliados “Teletubi” y los Funes) contra los herederos de Pimpi Caminos, encabezados por su hijo Alexis en alianza con el asesinado Rubén “Tuby” Segovia. Una saga que pocos años atrás tuvo como saldo más de 30 homicidios y que ahora aparece actualizada.
Y como si se tratara de partes de guerra, los vecinos contaron que “coparon el otro Fonavi”, por los monoblocks de Lola Mora y Grandoli, que en el invierno de 2018 fue intervenido por distintas instituciones municipales, provinciales y nacionales.
“Les exigen plata a los comerciantes, como pago de un impuesto, y tienen amenazados a todos. Pero acá no eso no va a pasar porque no lo vamos a permitir”, indicó una vecina. “Acá los picantes están presos o muertos. No hay quienes les hagan frente a estos tipos que están re locos, re zarpados y súper cebados", indicó un pibe de los monoblocks.