Lunes 25 de Enero de 2021
Leonel Vladimir Zapata, un vecino de barrio Tablada de 27 años, fue asesinado la madrugada del domingo en Garibaldi al 200. Cinco balazos lo alcanzaron en la cabeza, el pecho, un brazo, un pie y la espalda. Cuando llegó el personal del Sies al lugar el muchacho ya estaba muerto. Las once vainas servidas calibre 9 milímetros que había alrededor del cadáver fueron unas de las pocas pistas que los investigadores consiguieron en la escena del hecho. El decimoprimer homicidio en lo que va del año en el departamento Rosario fue el corolario de una semana áspera en esa zona de Tablada.
Según un testimonio conseguido por Fiscalía fue un hombre que iba a pie quien se acercó a Zapata y le disparó cuando éste estaba en la vereda de Garibaldi al 200, casi en el cruce con Patricias Argentinas. Sin embargo en principio no hubo datos sobre el atacante, por lo cual la fiscal de Homicidios Dolosos en turno, Gisela Paolicelli, ordenó medidas investigativas para esclarecer el hecho.
Durante la tarde del domingo había varios vecinos de la zona tomando fresco como una de las pocas alternativas para paliar el calor infernal. El punto en común entre cada uno fue el silencio. "No lo conozco, ni idea. Sé que fue ahí, pero más información no te puedo dar porque no tengo ni idea", dijo a este diario una muchacha que salía de un pasillo angostísimo que desemboca justo en frente del lugar del crimen. En una casa de al lado un grupo de hombres dijo que estaban durmiendo, que a esa hora de la madrugada "los más pibes andan en la calle".
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Son pocos los rastros de Leonel Zapata que hay en el barrio. La mayoría de los vecinos consultados no lo conocía, solo dijeron que hacía más o menos un mes que se había instalado en la zona. El clima de silencio y cautela también puede explicarse por el temor, evidente en los vecinos que prefieren hablar en voz baja.
Por fuera de este homicidio en particular un punto en común en el vecindario es el comentario sobre un contexto de violencia que tuvo una serie de hechos en las últimas semanas. El sábado una de las noticias fue la balacera que una familia de Ivanowsky al 100, a menos de trescientos metros del lugar de este crimen, recibió de parte de personas que gatillaron desde un auto en movimiento. Unos días antes en la misma zona la división Explosivos de la policía desactivó una granada que un joven tiró sobre una casa de Chacabuco al 3900 después de dispararle a la dueña. Y un día antes en Ayacucho y Centeno una nena de 12 años resultó herida al quedar en medio de un ataque a balazos.
Este domingo el comentario de los vecinos fue sobre las sensaciones a raíz de estos hechos que se acumularon en tan pocos días. "No queda otra que acostumbrarse", dijo una chica sentada en la puerta de su casa. Acostumbrarse significa, por ejemplo, modificar los hábitos del vecindario de acuerdo al contexto. Tal como lo contó un hombre que tomaba fresco con ella: "El barrio está jodido. Acá a las ocho o nueve de la noche nos metemos adentro. Cerramos las puertas, nos ponemos a ver televisión y no sale nadie más". "Cuando salís al otro día te enterás de lo que pasó", agregó. El temor, explicó, también surge por la oscuridad en la que se sumerge la cuadra cuando cae la noche: "No hay luz en la calle, estamos pidiendo luz porque no se ve nada".
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Cuando un vecino murmulla es porque no hay confianza con el de al lado. Las señas de una mujer hacia una vivienda lindera fueron suficientes para dar a entender que se trataba de un punto de venta de drogas. Y por eso la cautela al hablar. En ese aspecto se explica algo del contexto que, más allá de la violencia expresada en los homicidios, hace a la cotidianidad del barrio.
Los números de los homicidios, sin embargo, son el principal indicador de que esta zona de Tablada se mantiene como una de las más violentas de la ciudad desde hace años. El recorrido por el archivo indica que desde el 2013 hubo más de un asesinato por año en las cuadras alrededor de Garibaldi al 200. Muchos de ellos estuvieron ligados a broncas entre bandas que se referencias con los nombres de las calles, aunque otros también fueron el resultado de peleas entre vecinos.
En febrero de 2013 Nicolás López, de 18 años, fue asesinado de tres balazos que le dispararon desde una moto en la esquina de Centeno y Ayacucho. En agosto de ese mismo año y precisamente en Garibaldi al 200 fue asesinado Nicolás Brambilla, de 19 años, cuando fue con un amigo a un búnker. Tres meses más tarde fue Leonel Segovia, de 14 años, quien recibió tres balazos desde una moto cuando caminaba por Centeno y Chacabuco.
En enero de 2014 en Necochea y Ameghino, a dos cuadras de Garibaldi al 200, fue asesinado Alejandro Costoya, de 33 años, con cuatro balazos. En marzo del mismo año mataron en Garibaldi y Necochea a Javier Oscar Reynoso, "el mudo", de 33 años, vinculado a la barrabrava de Rosario Central y mencionado en investigaciones por venta de drogas. Sobre el final de ese año Jorge Pérez, 36 años, fue asesinado con un disparo en la cabeza en la puerta de su casa de Centeno y Patricias Argentinas.
En febrero de 2015 Leonel Zalazar, 20 años, fue acribillado con nueve balazos en un pasillo al cual por entonces se ingresaba por Garibaldi al 200 o por Centeno a la misma altura. En abril de 2016 fue asesinado con siete balazos Fabricio Fernández, de 17 años, en la puerta de su casa, otra vez Garibaldi al 200. En marzo de 2017, nuevamente en Centeno y Ayacucho, mataron a tiros a Mario Muñoz, un muchacho de 24 años.
En los últimos tres años continuaron las muertes en esa zona. A José Pérez, de 37 años, lo mataron en abril de 2018 en un ataque a balazos desde en Garibaldi al 200. En diciembre de 2019, en un búnker de esa misma cuadra, fue encontrado el cadáver baleado de Maximiliano Acevedo, que según los investigadores tenía entre 20 y 25 años. En enero de 2020, en un pasillo de Garibaldi a la misma altura, fue asesinado a balazos Ángel Avaca, de 32 años, hijo de un policía condenado en la causa por asociación ilícita a la banda Los Monos. La historia reciente y no tanto dan cuenta de que en esta zona la muerte violenta no es novedad para los vecinos.