Durante la última década la violencia en Rosario se consolidó y los números de muertos y heridos trepó por los aires. Los números de homicidios crecieron hasta superar los 200 asesinatos con cifras récord entre 2013 y 2015. El cuarto peor año en cuanto a los registros de crímenes fue 2020, con al menos 214 hechos. En estos últimos siete años hubo calles e intersecciones en los barrios rosarinos que se han convertido en referencia obligada a la hora de narrar esta problemática. Trazas donde se han registrado más de diez asesinatos o sectores en los que en pocos metros se perpetraron feroces crímenes.
Esta es una lista que sirve como herramienta para entender el porqué de la violencia sostenida en calles anárquicas donde la presunción es que la vida cotiza a la baja.
Alem al 4000. En los últimos siete años Alem al 4000, en el corazón de barrio Tablada, se transformó en la calle de la muerte. Desde noviembre de 2012 se sucedieron a lo largo de esos cien metros once homicidios, buena parte de ellos por ataques ligados a peleas territoriales y a la venta callejera de droga. Un territorio disputado por la banda de René Ungaro al clan Caminos, aunque también hubo pujas intestinas. Hasta el momento la última víctima conocida en esa cuadra es Ismael Cruz Guzmán, un joven de 28 años que fue tiroteado desde un auto. Recibió 14 disparos.
Garibaldi y Patricias Argentinas. Un punto en rojo en el mapa de calor de la violencia letal en Rosario tiene su epicentro en el cruce de Garibaldi y Patricias Argentinas.Mientras el Estado hace equilibrio en la zona, las bandas dirimen a sangre y fuego sus conflictos y los vecinos siguen contando muertos. Y si se toma todo el llamado “Cordón Ayacucho” —cinco manzanas de tierras fiscales comprendidas entre Ayacucho, Patricias Argentinas (prolongación de Colón), Doctor Riva y Uriburu— territorio conocido como “La U”, se registraron al menos 19 asesinatos en siete años.
El último crimen conocido sobre Garibaldi fue el de Gustavo Domingo Godoy, un hombre de 50 años que fue sorprendido en la puerta de su casa, en el pasillo donde residía, y fusilado con al menos once impactos de bala calibre 11.25.
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Manantiales al 3900. En los últimos 21 meses hubo media docena de crímenes en el tramo de Manantiales entre Biedma y 24 de Septiembre. Los últimos dos en vísperas de Navidad de 2020.
Desde hace tiempo los vecinos cuentan que la venta de drogas en la zona es monopolizada por Ariel “Viejo” Cantero, en un emprendimiento personal que estaría por fuera de Los Monos. Los vecinos hablan de él sin mencionar su apellido, en una zonas donde el “Viejo” suena con un gran peso específico.
Es un botón de muestra de como en los últimos dos años la zona sudoeste se incorporó al mapa de los territorios bajo sangre y plomo. Las últimas dos personas asesinadas, en un doble crimen, fueron Milton Sosa, de 21 años, y Pablo Ismael Brest, de 19.
Espora 100 bis (VGG). Hay en el barrio La Paloma de Villa Gobernador Gálvez un rectángulo comprendido por Ecuador, el río, José Ingenieros y Comandante Espora al 100 bis en el que se registraron catorce asesinatos con diversas motivaciones desde 2013. Ese año ocurrieron cuatro sobre José Ingenieros en el marco de la guerra de venganza desatada entre la banda de Los Monos y las huestes del Orlando “Pollo” Bassi. El resto se perpetró en los últimos dos años en el contexto de otra pelea, en este caso entre Carlos “Jerry” Gaeta y Héctor Daniel “Gordo Dany” Noguera.
Los últimos dos crímenes en la zona ocurrieron en agosto pasado cuando Alexis Chaparro y Nahuel Villar fueron emboscados cuando circulaban en una moto Honda CG 150.
Garibaldi y Rodríguez. Otra zona de Rosario bajo las disputas callejeras de bandas que pelean por el control territorial. En principio fueron los “de Rodríguez y Garibaldi” contra “los de Flammarión”. Pero con el tiempo al juego de incorporaron a la disputa tiratiros de la banda de “Los Gorditos” que lidera Brandon Bay. Fueron cuatro homicidios que suben a doce si se cuentan otros perpetrados en el radio de tres manzanas.
El más recordado de los asesinatos en este sector fue el de Pablo Maximiliano Silva, un pibe de 14 años que jugaba al fútbol en la 8ª división del club Juan XXIII y fue sorprendido mientras miraba un picado en la canchita de Garibaldi y Pueyrredón en noviembre de 2018.
Tarragona al 1100 bis. En inmediaciones del histórico punto de venta de drogas conocido como “búnker del medio”, que supo ser regenteado por el fallecido Roberto “Tuerto Boli” Padilla y los detenidos Gustavo “Tuerto” Cárdenas y Gustavo “Toro” Martinotti, se registró en siete años una docena de asesinatos en un radio de dos manzanas.
Las disputas por el control territorial hicieron de ese sector de la zona norte se convirtiera en una caja de Pandora. El asesinato más recordado en este sector ocurrió el 25 de mayo de 2016. La víctima fue Julio César Navarro, de 52 años, reconocido como “Cara de goma” o “Tito”, lugarteniente de Andrés “Pillín” Bracamonte en la barra de Rosario Central.
Colón al 3800. Otro territorio histórico de barrio Tablada que hasta la guerra desatada por la venganza por el asesinato de Claudio “Pájaro” Cantero estaba ocupado por los hermanos “Teto” y “Chamala” Vázquez, sindicados como referentes en la producción y venta de drogas en el barrio. Es un zona vecina a “La U” y por ende, a las costumbres y peleas por territorio. El 22 de marzo de 2018 al menos dos sicarios patearon la puerta de una casa, ubicada frente a la vivienda que supo ser del “Teto”, y asesinaron con balazos calibre 9 milímetros a Rodolfo Omar “Petete” Palavecino, de 42 años, Fabricio Heredia, de 36, y Marcelo Delfor González, de 45. Un triple crimen ejecutado en el corazón de Tablada.
Olavarría 1100/1660 bis. En la periferia más empobrecida del barrio Empalme Graneros, al norte de Juan B. Justo, por Olavarría se produjeron en el lapso de tiempo observado siete homicidios en el tramo de esta calle que va del 1100 bis al 1600 bis. Una cifra que trepa a 17 asesinatos si se analizan la misma cantidad de cuadras por Garzón y los pasillos que suelen comunicar esas trazas.
El más reciente de los homicidios ocurrió el viernes 27 de noviembre de 2020 en un pasillo de Olavarría 1500 bis donde asesinaron a Claudio Alejandro Román, de 40 años. Según la investigación fue ultimado por dos ciudadanos colombianos que trabajan como recaudadores de incobrables para prestamistas de la misma nacionalidad.
Sánchez de Thompson 200 bis. La traza de Sánchez de Thompson entre el 0 y el 200 bis es de las más representativas de los monoblocks ubicado a ambas manos de Grandoli. Territorio que soportó varias batallas protagonizadas por René “Brujo” Ungaro, la banda de Los Funes, la gente de Milton Damario, Alexis Caminos y del asesinado Ariel “Tuby” Segovia y sus huestes, entre otros. Sobre esa traza entre Lorenzini y Nalé Roxlo se produjeron nueve homicidios en siete años. Pero esa cifra trepa a 23 si se amplía el rectángulo delimitado por Lola Mora y Alice.
El último asesinato resonante fue el de Sergio Gustavo Suárez, acribillado en el interior de su casa la noche del lunes 7 de diciembre. Conocido como “Pitu Larva”, tenía 36 años y estaba sindicado como transero independiente en un territorio que se presume en manos de René Ungaro.
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Felipe Moré entre Virasoro y Uruguay. Felipe Moré es una calles extra bulevares cuya escenografía está rodeada de pobreza. En los últimos siete años desde Uruguay hasta Virasoro se produjeron 10 asesinatos. Pero si se toma toda la franja lindera a las vías del ferrocarril en las barriadas de Villa Banana y Avellaneda Oeste es cifra trepa a 18 crímenes. Uno de los últimos en esa zona ocurrió el viernes 25 de septiembre pasado cuando Richard Adderli Romero, un ciudadano paraguayo de 32 años que vivía en una más que humilde casa de pasillo sobre el pasaje 1115 al 4900, fue asesinado con seis disparos.