“A Germán hace un año lo operaron de un tumor en la cabeza. No se lo llevó la enfermedad y se lo llevó una bala. Siempre veía esto en la televisión, nunca pensé que me iba a pasar a mí”. Cintia y sus hijas quedaron expuestas ante la peor de las bofetadas de la vida. El asesinato de un familiar amado en circunstancias de un robo. A las 6.50 de este martes Germán Patricio Díaz, de 42 años y padre de tres hijas, fue asesinado a balazos cuando estaba a punto de sacar su camioneta de un garaje, en el pasaje Maida al 4700 (misma altura de Presidente Roca) para comenzar su jornada laboral como contratista. “Eran dos en moto. Andan todo el tiempo. Pasan y pasan y cuando les gusta una presa, atacan. Al hombre le robaron el celular y la billetera. Este barrio (La Guardia) está a la buena de Dios. La policía no anda nunca, y cuando vienen siempre tienen una excusa. Hoy fue Germán, pero puede ser cualquiera de nosotros”, explicó un vecino de las inmediaciones.
Este martes a la mañana las palabras escaseaban en las inmediaciones de Estado de Israel al 1600, la última cuadra que caminó en su vida Germán Díaz. La viralización de su asesinato hizo que cada persona que lo conociera se acercara hasta la casa de la familia. Un punto de concentración que desde pocos minutos después de la confirmación del crimen operó como una especie de velorio a cielo abierto sin cuerpo presente. Fue Cintia quien se ocupó, en medio del dolor que le taladraba la existencia, de poner blanco sobre negro respecto al asesinato de su esposo.
La mujer relató que como lo hacía todos los días, Germán salió de su casa alrededor de las 6.50. Debía transitar unos 130 metros hasta la cochera en la que guardaba una de sus camionetas, en el pasaje Maida al 4700. En ese trayecto, se estima que en la esquina de Maida y Estado de Israel, fue abordado por dos hombres en moto que, como se suele ver infinidad de veces en grabaciones de cámaras de videovigilancia públicas y privadas, fue abordado con fines de robo. Por las huellas que quedaron en la escena del crimen se estima que Díaz caminó, o quizás corrió, hasta el portón del garaje donde guardaba la camioneta. Ahí fue atacado a balazos.
La camioneta
“Salió a buscar la camioneta, sentimos cinco disparos y al rato un vecino nos tocó timbre, nos gritó. Y ahí salimos como estábamos y lo encontramos tirado en el piso. Tenía un tiro en el cuello por lo que vi. Después no pude ver nada más”, explicó la mujer. Oficialmente se indicó que las dos personas en moto que atacaron a Díaz “aminoraron la velocidad” y “efectuaron disparos hacia la víctima que se trasladaba junto a otras dos personas”, se indicó en un parte de prensa de Fiscalía. Fue la propia Cintia que en la camioneta de su marido lo condujo hasta el hospital Roque Sáenz Peña.
Algunos vecinos de la zona indicaron que los delincuentes se movilizaban en una Honda Titan CG roja. Que al ver a Díaz y al menos otra persona que caminaba junto a él, bajaron la marcha, se les pusieron a la par y les preguntaron por una calle. Que la moto siguió circulando y que cuando Díaz y su compañero estaba en inmediaciones de Presidente Roca y Estado de Israel comenzaron a disparar sobre la víctima. Uno de los atacantes bajó, le sacó las pertenencias y luego huyeron por el pasaje Maida.
Por nada
“Lo mataron por nada. Le llevaron el celular y la billetera. El no alcanzó a sacar la chata, nos arruinaron la vida. Tenemos tres hijas y vivimos trabajando, los vecinos nos conocen”, explicó la mujer. Díaz recibió balazos en el cuello, el abdomen y la espalda. En la escena del crimen fueron levantadas siete vainas servidas calibre 9 milímetros. “A mi me despertó un disparo. Yo siempre me levanto a esa hora pero no salí porque no está para salir. No son épocas para estar saliendo a mirar. Después te ven (los ladrones) y te vienen a buscar”, explicó un vecino de la zona brindando la sensación térmica de cómo es la vida en los confines del barrio La Guardia con Tiro Suizo.
“Los que mataron a Germán son tipos que roban en moto, que andan con armas, y la policía nunca llega. Este es un barrio abandonado, los delincuentes hacen lo que quieren”, agregó la viuda del hombre asesinado. “Todos los días vivimos esto. No viene nadie, no hay patrulleros. Yo a esto lo veía en la tele o en las películas, nunca pensé que me iba a tocar a mí”, remarcó la mujer. “Germán era un laburante. Trabajó desde los 16 años. Vino del campo, sin nada. Todos los vecinos saben que trabajaba hasta las 11 o 12 de la noche, también los sábados, y si tenía que laburar los domingos, también”, dijo Cintia, relatando la historia de un trabajador como hay cientos en las barriadas rosarinas. Al menos dos vecinos referenciaron que sobre Estado de Israel al 1600, entre Maida y Presidente Roca, hay una boca de expendio de drogas.