El viernes por la noche un chico de 19 años llegó a una casa en De La Salle al 6600 y luego de hablar con la dueña de la vivienda le dejó una amenaza escrita. Los gritos de susto de la mujer alertaron a un grupo de personas que había a unos metros y que lograron retener al joven que intentaba escapar. Lo golpearon al punto de provocarle un corte en la cabeza, por lo cual fue trasladado al hospital y luego quedó detenido. Este lunes lo imputaron pero quedó en libertad. Los familiares que viven con él aseguran que el chico es estudiante y esperan "que esta experiencia muy dura sea para aprender".
Tomás Luciano T., de 19 años, llegó pasadas las 23.30 del viernes a una casa ubicada en De La Salle al 6600, zona noroeste de Rosario. Luego de llamar a la puerta atendió la mujer que vive allí, a quien el joven le preguntó si se encontraba su marido. Ella le dijo que no, por lo cual el muchacho le entregó un cartón con una leyenda. "Comunicate con la mafia porque los próximos tiros son para tu mujer y tu hija, vamos a matar a todos, sabemos todo de todos", decía el mensaje, acompañado de un número telefónico.
La señora, muy nerviosa por el temor al recibir la amenaza, comenzó a gritar. A la vez, el joven empezó a correr para huir pero fue interceptado por un grupo de personas que andaba por la zona. Lo retuvieron y le pegaron, lo dejaron tendido en el suelo hasta que llegó un móvil policial para aprehenderlo. Antes de ser derivado a una comisaría tuvieron que llevarlo al Hospital de Emergencias Clemente Álvarez, donde le dieron siete puntos de sutura en la cabeza por un corte que le había provocado la golpiza.
Este lunes la fiscal Gabriela Bassagaisteguy le imputó el delito de amenazas coactivas y pidió que se le dictara prisión preventiva. El juez Carlos Leiva no hizo lugar al pedido de prisión y dispuso la libertad del imputado con una serie de condiciones. En principio, que resida en el domicilio familiar sin que pueda cambiarlo sin previo aviso a la fiscalía, la prohibición de acercamiento a 500 metros del domicilio de la familia víctima y de contacto de cualquier tipo con las víctimas, además de presentarse todos los días hábiles hasta el 17 de marzo de 2022 para dejar su firma en la Oficina de Gestión Judicial del Centro de Justicia Penal.
"Fue un error"
El joven imputado vive en su casa de De La Salle al 6600 con sus hermanos, la abuela y la madre. Este martes ante la visita de La Capital atendió la abuela, quien contó que el chico se había ido con su madre a firmar al Centro de Justicia Penal. "Yo creo que fue un error, una equivocación. El jamás tuvo problemas", contó la mujer.
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"Yo mucho no quise indagar en el tema, porque él está muy mal. Quería pedirle perdón a la familia", agregó la abuela del chico. "Él es un chico normal, no tiene vicios, pero siempre hay gente mala que ensucia la mente de los chicos", opinó la mujer.
Hasta el momento no se conoce el contexto en el cual se produjo la amenaza. Sí está claro que es un hecho típico, una modalidad habitual que generalmente antecede a los ataques a balazos contra viviendas. En ese sentido lo singular esta vez fue que se logró detener a la persona que dejó la amenaza.
Desde ahí surgen los interrogantes: ¿bajo las órdenes de quién este joven de 19 años sin antecedentes se involucra en un conflicto de este tipo? Si detrás de esta amenaza hay una estructura criminal, ¿cómo es que un joven llega a formar parte de ella? ¿Actuó bajo presión? ¿Cuántas vidas además de la de la familia afectada por la amenaza corren riesgo?
La abuela del chico se mostró apenada por los comentarios que comenzaron a correr a partir de conocida la noticia de que a su nieto le habían dado la libertad. "Se dijeron muchas barbaridades, cómo van a hablar así. Él cometió un error, pero no pueden actuar así", dijo la mujer. "Lo golpearon mucho, no era necesario que le hicieran eso. Lo único que sé es que yo a mi nieto lo tengo vivo, porque a lo mejor pudo no salir vivo", agregó.
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El chico, según contó su abuela, cursa el quinto año en una escuela técnica y suele hacer changas. "Esta es su casa, se va a quedar acá. Nosotros somos una familia humilde pero somos una familia. Esperemos que esta experiencia muy dura sea para aprender", agregó la mujer.
Por qué la libertad
Silvana Lamas, defensora pública que asesoró al imputado, indicó que la decisión del juez Leiva de dejar en libertad bajo condiciones al joven se dio porque no estaban dadas las condiciones que estima el artículo 220 del código penal que determina las prisiones preventivas. La pena en expectativa es baja, el joven no tiene causas anteriores, no portaba arma de fuego, no hay posibilidad de entorpecimiento probatorio ni peligro de fuga. "No tiene ni celular el pibe", indicó la defensora.
"Más allá de considerar que se trata de un hecho grave, el chico se comprometió. El juez le impuso libertad pero con muchas restricciones", explicó Lamas. "Casos como este tenemos todos los días y los jueces si tienen que dejar al imputado en prisión preventiva lo hacen", indicó.