Franco Velázquez tenía 25 años y falleció la noche del viernes en el Hospital de Emergencias tras agonizar durante tres días producto de una brutal golpiza. Su nombre pasará a engrosar la larga lista de homicidios registrados en Rosario en lo que va de 2020, aunque no será un crimen más. Los motivos que llevaron a la muerte del joven están en una etapa primaria de la investigación, pero distintas fuentes coinciden en que fue víctima de un linchamiento tras ser involucrado en el robo de un auto y pactar un encuentro con el dueño del mismo para devolvérselo a cambio de una suma de dinero. La fiscal Marisol Fabbro, quien se hizo cargo del caso tras el deceso del muchacho, anunció que pedirá que la autopsia que se realizará en el Instituto Médico Legal se haga bajo el Protocolo de Minnesota ya que “en toda la cadena de circunstancias que siguieron al hecho el joven estuvo bajo custodia de la policía de la provincia”.
La información oficial sostiene que la noche del martes un hombre de 42 años circulaba a bordo de un Volkswagen Vento por Montevideo y Pedro Lino Funes cuando al aminorar la marcha se le acercó un muchacho que, con un revólver en la mano, lo amenazó y lo obligó a bajar del vehículo. Tras ello el ladrón huyó a toda velocidad en el rodado.
Horas más tarde, cuando la víctima del atraco hacía la denuncia, el ladrón se comunicó con él y le exigió la entrega de una suma de dinero para recuperar el vehículo. Así las cosas, ambos pactaron un encuentro para el miércoles en Pasco al 5000, en un asentamiento junto a las vías del viejo ferrocarril Belgrano.
A la hora pactada, el dueño del VW Vento llegó al lugar junto a su pareja a bordo de un Chevrolet Corsa gris y escoltado a la distancia por agentes del Comando Radioeléctrico. Y es en ese momento cuando las historias toman caminos diferentes según quién las relate.
El conductor del auto denunció en la Fiscalía que al arribar se topó con el mismo muchacho que le había robado el auto y que antes de descender del rodado fue amenazado nuevamente con un arma de fuego, incluso que el muchacho gatilló un par de veces pero las balas no salieron. Y que ante ello, asustado, aceleró el vehículo, realizó una mala maniobra y se incrustó contra la pared de una casa vecina.
Además, agregó el conductor en su presentación, pasado el cimbronazo del choque bajó del Corsa en el que había arribado y vio como un grupo de personas se había arremolinado en torno al muchacho que lo amenazó y lo golpeaban sin piedad. Cuando los policías del Comando finalmente se acercaron, rescataron al joven malherido de la muchedumbre y pidieron asistencia médica para trasladarlo al Heca, donde falleció la noche del viernes.
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Ese relato, dijeron fuentes de la Fiscalía, fue corroborado con el testimonio de la dueña de la casa contra la cual se estampó el Chevrolet Corsa al tratar de escapar. La mujer dijo que salió a la vereda tras escuchar el estruendo y que vio al conductor del auto a un costado del mismo, a una mujer sentada en el vehículo y a un grupo de personas pegándole a un joven en el piso.
Por decisión del fiscal de Flagrancia Luis María Caterina, que actuó en un primer momento, el conductor del auto robado fue demorado algunas horas y prestó declaración ante la policía, un testimonio que no tiene validez legal si para las actuaciones iniciales del caso. Desde ese punto de vista la fiscal Marisol Fabbro, quien tomó el caso tras la muerte de Franco Velázquez, manifestó ayer que “por el momento no hay elementos que me lleven a dudar del hombre al que le robaron el auto y por eso no quedó detenido; y tampoco hay pruebas que me permitan precisar que el joven acusado del robo fuera atropellado por el auto que conducía ese hombre, como sostuvo el padre del muchacho muerto en algunos medios de comunicación”.
En ese sentido, hay que recordar que el VW Vento robado fue encontrado por la policía el viernes en una casa de pasaje Cerrillos al 3900, donde fueron detenidos los hermanos Lucas Nahuel C., de 26 años; y Tomás Joel c., de 17. El primero de ellos fue imputado por la fiscal Fabbro por encubrimiento agravado por haber recibido y ocultado con ánimo de lucro el auto y quedó detenido por el plazo de ley.
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Julio es el padre de Franco Velázquez y horas antes de que su hijo falleciera contó una historia diferente a la que por ahora domina el ámbito oficial. “A mi hijo lo quieren hacer partícipe necesario de un hecho en el que no tiene nada que ver y quiero que el delincuente que lo atropelló pague por lo que hizo”.
En un verdadero estado de conmoción, don Julio explicó a Canal 3 que su hijo “fumaba marihuana de vez en cuando y que cuando todo ocurrió Franco había ido hasta un quiosco para comprar droga. Como no había y tenía que esperar se compró un porrón y se quedó tomando una cerveza con la señora que le alquila la casa en la que vive. En ese momento llegaron al quiosco dos pibes, que para mí son los que habían robado el Vento y uno de ellos se acercó a hablar con mi hijo porque se conocían de cuando habían estado presos juntos”.
Así estaban las cosas en Pasco al 5000 cuando apareció en el lugar el Chevrolet Corsa gris conducido por el hombre al que horas antes le habían robado el VW Vento. “Cuando mi hijo vio que atrás de ese auto llegaban dos móviles del Comando se asustó, dejó el porrón de cerveza y salió corriendo, pero el tipo del Corsa aceleró, lo atropelló y lo reventó contra la pared de la casa. Después se juntaron los vecinos, pero nadie me dice que le pegaron. Sus heridas son porque el tipo lo pasó por encima con el auto”, dijo el hombre visiblemente nerviosos ante las cámaras de televisión.
Además, Julio explicó que “la policía se portó muy mal con mi hijo, le metieron un arma que él no tenía, le pegaron, le quebraron los dedos y le patearon la cabeza para hacer creer que lo linchó la gente y hacerlo cargo de algo que él no hizo. Pero no fue así. Si mi hijo se va de este mundo quiero que se vaya limpio, no quiero que esto quede así. Voy a pelear para que el delincuente que lo dejó malherido lo pague”.
En tanto, una de las hermanas de Franco reconoció que el muchacho “cometió errores en su vida pero ya los pagó”. “Nosotros somos una familia de bien, pueden venir a preguntarnos y hablar con nuestros vecinos. Queremos que se haga justicia por lo que le pasó a mi hermano, hay un montón de testigos que nos dan la razón, que aseguran que Franco no participó del hecho. Solo pido que se encuentre a él o los culpables de ésto y que cumpla una condena, que sea castigado con la ley si es que la Justicia existe”.