La madrugada de sábado en Rosario fue atravesada por la violencia más salvaje. Un doble crimen se registró en la zona de Campbell y Cisnero, en el sur del barrio Triángulo. Dos hombres en moto pasaron por un búnker de venta de estupefacientes que funciona hace algunos meses, uno de ellos se bajó y comenzó a los tiros. Daysi Jazmín Durán, de 16 años, y un hombre aún no identificado murieron en el lugar, en tanto otras dos personas que estaban en la esquina mencionada recibieron heridas de bala pero están fuera de peligro. Todos los indicios apuntan a una pelea entre una banda que sería una "franquicia" de la organización Los Monos y otra que intentó abrir una línea nueva.
Cisnero, Pamaló y Campbell son calles expulsadas del mapa de Rosario. Perros hambrientos, venta de drogas en cada esquina y chicos descalzos. En la tarde del sábado, a pocos metros de donde se produjo el doble asesinato, dos hombres jóvenes venden algo que podría ser cocaína a 2 mil pesos, todo por unos pocos gránulos entregados en la palma de la mano de los consumidores. Está tan naturalizado el negocio que al búnker cerrado y con un manchón inmenso de sangre en la puerta aún acudían compradores en bici, carros y autos, y allí se enteraban. "¿Le dieron a una pibita? No tenía nada que ver", comento un comprador habitual.
El doble crimen sucedió alrededor de la 1 de este sábado. A esa hora y por calle Cisnero, una calle de mejorado y barro donde una filtración de un caño de agua roto agrega un poco de limpieza, las horas se confunden y entre los consumidores que llegan a comprar y los mismos vecinos, la calle es muy transitada durante las madrugadas. Por el lugar pasó una moto con dos ocupantes, el acompañante se bajó y disparó contra el búnker.
Daysi no pudo escapar ni correr. El lugar es una especie de garaje cerrado por una cortina de comercio. En tanto, la persona muerta y no identificada, una vez herida, logró correr unos diez metros hasta meterse en un pasillo que desemboca en Pamaló. La moto en que se movían los asesinos siguió camino y en la esquina de Cisneros y Pamaló, donde funciona un kiosco y estaban comprando cigarrillos otros dos vecinos, dispararon varias veces. Esas dos personas recibieron también balazos en distintas partes de su cuerpo.
Una tumba sin nombre
El hombre muerto estuvo allí tirado hasta las 9 de la mañana del sábado, hora en que pasó la mortera a levantar el cuerpo. En la madrugada el cuerpo fue husmeado por perros, vecinos curiosos y ratas. El muerto no era del barrio.
La niña de 16 años fue trasladada al Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca) y falleció más tarde. Una versión sitúa a Daysi como quien "controlaba el comercio en el búnker", pero los vecinos desestimaron esta hipótesis de la investigación policial.
En tanto, los heridos fueron una mujer de 28 años y tres hombres 20, 60 años y 32 años.
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En la esquina de Campbell y Cisnero está el oratorio "Caacupé". Al lado, por Cisnero, se venden drogas. A unos diez metros del primer punto de venta hay otro lugar donde se venden drogas y a veinte metros del primero está el búnker donde ocurrieron las dos muertes. Desde allí se abastece a los vendedores barriales. "Este búnker es de Los Monos y lo maneja una tal Samantha. Ella no vive en el barrio, vive en la zona de Pellegrini y Francia, en el barrio «Patito»", cuentan los vecinos. "A cualquiera nos pueden matar, este es territorio de Los Monos", aseguran.
Aparentemente, eso fue lo que pasó. "La nena era una piba que nada que ver. El viernes le hicieron la despedida de quinto año en la escuela técnica de Provincias Unidas y Godoy", contó una vecina en referencia a la Escuela Técnica 547 "Héroes de Malvinas". "Era una piba que estaba en la puerta del búnker, pero porque estaba ahí no más, era re buena y no tenía nada que ver", comentó a La Capital una adolescente que la conocía.
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La guerra por la franquicia
En marzo de 2024, la Fundación de Investigaciones en Inteligencia Financiera (Finint), publicó un extenso informe realizado por Juan Félix Marteau, Sebastián Martinenco y Guido Brunetti en el que se detallaban mapas de las concentraciones de asesinatos y, más aún, qué capos controlan qué barrios y territorios, y su forma de operar, con negocios paralelos a la venta de droga como extorsiones y amenazas.
El informe de Finint detalla los intereses de la banda de Los Monos y otras en los barrios Godoy, Triángulo, Empalme Graneros y Ludueña, entre otros. En base a datos de inteligencia, expedientes judiciales, datos oficiales y fuentes abiertas, se explica que el control de “Guille” Cantero es el más extenso a nivel territorial. Con más de un siglo de condenas y preso en Marcos Paz, es un hombre que "franquicia los territorios" y esto es aparentemente lo que sucede en barrio Triángulo.
En el informe, se detalla: "La metodología que usa este criminal (según se desprende de las investigaciones judiciales) para establecer la franquicia es la siguiente: se establece el pago de un canon semanal que deberá abonar el “franquiciado” para poder operar en un determinado territorio previamente delimitado, el insumo (la droga) la suministra el que hace uso de la franquicia y el «franquiciante» (Guille Cantero) aporta la «marca» (el franquiciado opera en nombre del líder de la banda criminal) y la protección, ya que debe garantizar que el territorio esté liberado de competidores y de la policía”.