Los tres sospechosos de haber intervenido en el crimen del inspector César Carmona frente a la sede de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) fueron detenidos en una serie de allanamientos realizados entre la tarde del sábado y la madrugada del domingo en Puente Gallego, Vía Honda y la zona noroeste. El hecho ocurrió el jueves por la tarde frente a las instalaciones de la repartición policial, en Lamadrid al 500, cuando Carmona bajó de su auto y dos personas lo acribillaron. Entre los detenidos está Agustín Alfredo Almirón, un joven de 22 años apodado “Calamar” e hijo de un policía condenado que tenía un pedido de captura por otro asesinato, el del chofer de un sindicalista en la provincia de Buenos Aires. La principal hipótesis es que se trató de un ataque en contexto de robo.
Antes de quedar bajo sospecha por el crimen del policía Carmona, Almirón tenía pedido de captura juzgado Nº 1 de Garantías de Pergamino. Estaba prófugo por el asesinato del chofer de la Uatre Mauricio Cordara en la ciudad de Colón, un caso que tiene a seis rosarinos imputados. Lo encontraron en una casa del barrio Puente Gallego. Los otros detenidos son Fernando Cabrera y Alan Nahuel Aragón, apodado “Gordo Alan”, ambos también de 22 años. Sin bien los detalles de la acusación se conocerán en la audiencia imputativa prevista para este martes, trascendió que el fiscal Alejandro Ferlazzo les asigna distintos roles en el atentado.
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Foto: gentileza AIC
Para llegar a ellos, una llave fueron los autos usados por los atacantes esa tarde: un Citroën C3 que usaron para seguir y emboscar a Carmona, que luego abandonaron en Sánchez de Bustamante al 400 y un Volkswagen Gol Trend gris utilizado para sacar del lugar a los agresores, que fue hallado en Grandoli y Caracas. El hallazgo de los dos vehículos permitió cotejar huellas digitales y rastros que llevaron a los allanamientos y las detenciones del fin de semana.
Así, el sábado a la tarde efectivos de la AIC realizaron una serie de allanamientos indicados por el fiscal Ferlazzo tras cotejar las huellas halladas en el Citroën y en el otro vehículo. Cerca de las 19 ubicaron a Fernando Cabrera. en una vivienda de José Ingenieros al 8300 donde secuestraron un teléfono celular Samsung, precintos varios, dos camperas negras, dos corta candados, un rollo de cinta adhesiva, dos pasamontañas y dos destornilladores
Por otra parte, el domingo a la madrugada en Camilo Aldao al 3800, barrio Vía Honda, detuvieron a Alan Nahuel Aragon. y secuestraron teléfonos celulares. Por último, minutos más tarde en Piamonte y Ovidio Lagos cayó Agustín Alfredo Almirón, alias Calamar. En esta casa se secuestraron dos pistolas calibre 9 milímetros con cargadores y 24 cartuchos. Del operativo participaron la Brigada de Homicidios, la Operativa y de Inteligencia de la AIC.
Los investigadores evaluaban si los arrestados tienen vinculación con la banda liderada por el clan Romero, que operó en distintos delitos en el extremo norte, Nuevo Alberdi, y que estuvo bajo la mira de la División de Inteligencia de la AIC por el homicidio del chofer de un dirigente de la Uatre ocurrido en noviembre del año pasado en Colón. Un dato que no escapa a la pesquisa es que en esa repartición se desempeñaba Carmona, de 50 años y con la categoría de inspector.
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La principal hipótesis oficial respecto al móvil del ataque es que se trató de un crimen en un contexto de robo. El policía fue atacado el jueves a las 15.03 cuando salía de realizar adicionales en una financiera de Italia al 800. Dos hombres a bordo del Citroën lo siguieron hasta la puerta de la AIC y lo emboscaron para robarle una mochila. Le dispararon trece tiros: dos en el pecho y seis en las piernas. Luego huyeron y abandonar el auto a unas siete cuadras al sur del lugar del crimen.
Según esta versión, el policía llevaba una mochila que no apareció en el Ford Fiesta Kinetic en que se desplazaba. Se presume que los atacantes estimaron que allí había dinero y planearon robarle la mochila en una típica salidera. Esta versión es la que tomó más cuerpo desde Fiscalía y fuentes oficiales: la de un crimen en un robo frente a una sede policial. Por los indicios recogidos por Fiscalía, Fernando Cabrera sería quien rompió una de las ventanillas del Fiesta para llevarse una mochila, ya que tenía heridas en una mano.
Otra hipótesis que se evaluó relacionaba el homicidio con un atentado a balazos contra la misma dependencia policial el pasado 25 de agosto, hecho que fue acompañado por un mensaje: ”Nico Camino, Erik Masini y fiscal Ederik dejen de matar gente hinocente (sic) o si no vamos a matar policías, juez y fiscales”, decía el cartel escrito a mano. Por ese hecho fue detenido a los cinco días Lautaro N. (21) quien al ser interrogado contó que había una oferta de 400 mil pesos para quien atacara a la AIC o matara un policía. Carmona había participado de esa investigación.
Uno de los principales capturados, Calamar Almirón, tenía un pedido de captura por el crimen da Mauricio Cordara en enero pasado. Calamar es hijo Germán Almirón, un policía arrestado por haber facilitado en enero de 2014 la fuga de un miembro de la banda de Los Monos del edificio de la Jefatura de la Policía de Rosario a cambio de dinero. Ese ex agente luego fue detectado en escuchas telefónicas cuando hablaba con un preso para planear el asesinato del juez Juan Carlos Vienna, quien llevó adelante la causa contra la organización. Por esos hechos Germán Almirón fue condenado en 2017 a 6 años de prisión.
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En tanto se presume que los detenidos formarían parte de una línea de la banda de Los “Romero”, un clan familiar que se inició con robos, entraderas, usurpaciones y extorsiones en el barrio Nuevo Alberdi, en los márgenes de la ruta 34, y se volcó a la venta de drogas. La gavilla está encabezada por “Lichi”, preso desde octubre de 2018 y condenado a 20 años de prisión.
Los Romero se aliaron en 2018 con otra banda regenteada por Emanuel Sandoval, alias Ema Pimpi, ex hombre del narco Esteban Alvarado que tomó protagonismo por el ataque a tiros contra la casa del el ex gobernador Antonio Bonfatti en 2013. Pimpi fue asesinado el 25 de octubre de 2019 en un ataque comando en una mansión de la zona norte. El clan Romero era investigado tras los últimos ataques y amenazas a sedes estatales.
La tarde del 27 de enero pasado en la estación de servicios de Mendoza y Cullen nueve efectivos de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) se abalanzaron sobre dos hombres en un Fiat Palio color cobre que esperaban para cargar nafta en uno de los surtidores. Uno de ellos se llama Iván Alonso y tiene 19 años. Tenía pedido de captura emitida por la fiscal de Colón Magdalena Brandt como coautor del asesinato de Mauricio Cordara, el chofer del gremialista Pablo Ansaloni asesinado el 18 de noviembre en esa ciudad del norte bonaerense. Para la investigación es la persona que manejaba el Palio rojo que llevó y trajo al sicario a la escena del crimen.
El otro sobre el cual pesaba otro pedido era Calamar Almirón. Los investigadores contaron que Alonso y Almirón, sindicado como ejecutor del crimen, son parte de un grupo de jóvenes pobres con instrucción precaria que forman parte de una de las bolsas de trabajo de tiratiros y sicarios que operan en Rosario. Su casa en Cullen al 700, en barrio Belgrano, había sido allanada el 10 de enero pasado.
La investigación por el crimen de Cordara derivó en dos causas: una por el crimen, que se sigue en Colón, y la otra por una banda de ladrones de autos que facilitaron el vehículo para cometer el homicidio. En la causa por el asesinato ya fueron imputados seis rosarinos: entre ellos el convicto de la cárcel de Piñero Angel Ochoa, sindicado como el vendedor del Palio rojo; Fernando Burgos, apuntado como el comprador que les facilitó el Fiat a los asesinos, y Angel “Negro Blas” Sosa, que guardaba el Palio en una cochera de México al 900 bis, en barrio Larrea.