La familia de Marcos Guenchul reclamó este viernes que Priscila Denoya, quien fue pareja del personal trainer asesinado y condenada a prisión perpetua por el crimen, cumpla su sentencia en la cárcel. Al parecer, la mujer está a cargo de tres menores y se encuentra atravesando un nuevo embarazo, por lo que está detenida en su casa.
Marcos Guenchul fue asesinado el 23 de julio de 2019 en Sucre y Mendoza de dos disparos. Por el crimen fueron condenados a cadena perpetua Priscila Denoya, Santiago Caio Soso y Maximiliano Rodrigo Panero.
Sin embargo, Denoya se encuentra cumpliendo prisión domiciliaria por encontrarse a cargo de tres menores y estas cursando un nuevo embarazo. La madre de Guenchul, Marcela Ontiveros, solicitó que la trasladen a la cárcel. ". “Para mí, la Justicia se va a cumplir cuando esté presa", afirmó la mujer en diálogo.
Ontiveros además aseguró que "es una lucha" y que es el tercer juicio que atraviesa esta causa. "Ahora es la apelación que hizo Priscila en contra de su condena. Quiere que se revoque la perpetua", aseguró a Canal 3.
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El entrenador Marcos Guenchul fue asesinado con un tiro en la cabeza cuando salía de trabajar.
Si bien desde Fiscalía le aseguraron que la domiciliaria se encuentra monitoreada, la madre de la víctima no encuentra consuelo en esta situación. “Me parece descabellada esta locura, lo que está pasando. Si Denoya sigue embarazándose va a pasar toda su vida en domiciliaria. No entendemos que no haya una Justicia que diga «Hasta acá, basta». Esta persona está en una situación que tiene que resolver todavía y arrastra a un montón de criaturas, de niñas, a un destino incierto".
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Cómo fue el crimen de Guenchul
Marcos Guenchul fue asesinado minutos antes de las 22 del martes 23 de julio de 2019. El entrenador de 32 años había salido de su trabajo en el gimnasio Progress Fitness de Mendoza al 4900 y caminaba hacia la parada de un colectivo que pensaba tomar para ir a la casa de su novia. Sin embargo, antes fue abordado por un hombre que a punta de pistola lo forzó a doblar por calle Sucre y caminar unos 30 metros antes de efectuarle dos disparos, uno mortal a la cabeza, sustraer una mochila y escapar.
La hipótesis inicial del homicidio en ocasión de robo mutó a partir de las imágenes que habían sido captadas por cámaras de vigilancia de la zona. Así entró en escena un auto Peugeot 208 que había estado 40 minutos estacionado en una esquina hasta que Guenchul salió del gimnasio. De ese vehículo no sólo bajó el hombre que encañonó y terminó asesinando al entrenador, sino que además pudo verse cómo el rodado iba avanzando a la par del homicida y su víctima mientras éstos caminaban por Sucre.
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Esa primera pista que aportó la presencia del auto condujo a Caio Soso. El vehículo fue hallado en una cochera de los padres de ese muchacho que trabajaba como técnico en seguridad e higiene y que fue detenido días después del crimen en el aeropuerto de Ezeiza a punto de tomar un vuelo con destino a El Líbano. Una evidencia importante contra Soso fue que su celular se había activado en una antena cercana a la escena del crimen a la hora en que se cometió.
Tras dos meses detenido, Soso pidió declarar ante el fiscal. Dijo que su cómplice había sido Maximiliano Panero, el ex maquinista vial de 40 años acusado como sicario. En esa ocasión Soso argumentó que no había intención de matar a Guenchul, sino hablar con él “para que entendiera y no molestara más a Priscila”. Para entonces ya se sabía que la víctima y Priscila Denoya mantenían un conflicto por el régimen de visitas de Tiziana, la hija de entonces 3 años que tenían en común. La mujer también terminó involucrada cuando el fiscal consideró que, según las evidencias que había colectado, había actuado como instigadora.