El tribunal integrado por los jueces Facundo Becerra, Mariano Aliau y Carlos Leiva condenó este miércoles a la pena de 20 años de prisión a Maximiliano Rodrigo Panero y Caio Santiago Soso, quienes fueron acusados de "homicidio agravado por el uso de arma de fuego" del entrenador personal Marcos Guenchul, en tanto Priscila Denoya fue absuelta por el beneficio de la duda, y se dispuso su libertad.
En sus considerandos, el tribunal encontró a Soso como instigador del homicidio agravado por el uso de arma de fuego y a Panero como el ejecutor del crimen de Marcos Guenchul. En tanto, Priscila Denoya fue absuelta por el beneficio de la duda por el voto de dos de los jueces del tribunal.
Todos los jueces descartaron el encuadre de homicidio triplemente calificado que solicitaron tanto los fiscales Adrián Spelta y Gisela Paoliccelli como la querella.
Familiares y amigos de Guenchul concurrieron a la sede del Centro de Justicia Penal, ubicada en Sarmiento y Virasoro para aguardar la sentencia del tribunal. En el lugar, Marcela, la madre de Marcos, expresó en la previa su deseo de que los acusados recibieran la pena de prisión perpetua: "Lo que esperamos es prisión perpetua para las tres personas acusadas. Si se cumplen las condenas de prisión perpetua, como esperamos, va a terminar este proceso judicial que nos va a traer paz. Después está el proceso interno que se va a quedar conmigo para siempre, porque a Marcos no me lo devuelve nadie", agregó con emoción.
El crimen
Marcos Guenchul fue asesinado minutos antes de las 22 del martes 23 de julio de 2019. El entrenador de 32 años había salido de su trabajo en el gimnasio Progress Fitness de Mendoza al 4900 y caminaba hacia la parada de un colectivo que pensaba tomar para ir a la casa de su novia. Sin embargo, antes fue abordado por un hombre que a punta de pistola lo forzó a doblar por calle Sucre y caminar unos 30 metros antes de efectuarle dos disparos, uno mortal a la cabeza, sustraer una mochila y escapar.
La hipótesis inicial del homicidio en ocasión de robo mutó a partir de las imágenes que habían sido captadas por cámaras de vigilancia de la zona. Así entró en escena un auto Peugeot 208 que había estado 40 minutos estacionado en una esquina hasta que Guenchul salió del gimnasio. De ese vehículo no sólo bajó el hombre que encañonó y terminó asesinando al entrenador, sino que además pudo verse cómo el rodado iba avanzando a la par del homicida y su víctima mientras éstos caminaban por Sucre.
Video crimen Marcos Guenchul
Esa primera pista que aportó la presencia del auto condujo a Caio Soso. El vehículo fue hallado en una cochera de los padres de ese muchacho que trabajaba como técnico en seguridad e higiene y que fue detenido días después del crimen en el aeropuerto de Ezeiza a punto de tomar un vuelo con destino a Líbano. Una evidencia importante contra Soso fue que su celular se había activado en una antena cercana a la escena del crimen a la hora en que se cometió.
Tras dos meses detenido, Soso pidió declarar ante el fiscal. Dijo que su cómplice había sido Maximiliano Panero, el ex maquinista vial de 40 años acusado como sicario. En esa ocasión Soso argumentó que no había intención de matar a Guenchul, sino hablar con él “para que entendiera y no molestara más a Priscila”. Para entonces ya se sabía que la víctima y Priscila Denoya mantenían un conflicto por el régimen de visitas de Tiziana, la hija de entonces 3 años que tenían en común.
La mujer también terminó involucrada cuando el fiscal consideró que, según las evidencias que había colectado, había actuado como instigadora. Con una hija de 27 días, fruto de su relación con Soso, le dictaron prisión preventiva efectiva y quedó tras las rejas imputada como instigadora de un crimen triplemente calificado por el vínculo, la promesa remuneratoria y el concurso premeditado de dos o más personas.
Desde entonces quedó en la cárcel, luego de que la Cámara Penal rechazara un pedido de prisión domiciliaria para que pudiera seguir cuidando a sus dos hijas.