Transitando por Belgrano e Irigoyen, pleno centro sanlorencino, efectivos de Prefectura detuvieron a Jehiel Fabián "Tito" Marino, señalado como número 2 en la estructura de mando de la banda de Ramón Alberto “Willy” Velázquez, sindicado transero del Cordón Industrial detenido el pasado 22 de abril en Serodino. Marino, apresado a escasos 150 metros de la Jefatura de policía de San Lorenzo, había podido esquivar la mano de la ley el pasado 8 de abril cuando se hicieron allanamientos en la ciudad de San Lorenzo, Serodino, Andino, Fray Luis Beltrán, Capitán Bermúdez y una celda de la cárcel chaqueña de Presidencia Roque Sáenz Peña donde estaría preso otro integrante de la banda. Así, ya son once las personas a disposición de la fiscal federal Adriana Saccone y del juez federal Carlos Vera Barros. Fuentes de la investigación indicaron que Tito fue indagado en las últimas horas.
La caída de la banda de Willy Velázquez comenzó con una denuncia anónima que alertó a la Justicia de que en distintos puntos del Cordón Industrial se vendía droga y se aceleró con el asesinato de Olga Viviana Sagastizabal, uruguaya de 58 años y afincada en 20 de Junio al 500 de Puerto General San Martín. “Vivi”, como se la conocía, vendía droga y según confiaron fuentes de la pesquisa “trabajaba para un tal «Gendarme»”, que se reparte el mapa de la droga de Puerto San Martín y San Lorenzo junto con “Willy” Velázquez, “Pipi” Leys y la banda de “Los Santafesinos”, según se estableció en el esquema investigativo por el crimen de Rodrigo Gigena, ocurrido en el barrio Norte de San Lorenzo en agosto de 2019. Así estaba el mapa narcocriminal del norte de San Lorenzo y sur de Puerto San Martín para ese momento de la historia.
Ese esquema voló por los aires con la irrupción del temible Brandon Gabriel Bay, líder de "Los Gorditos" que desde su celda planteó una guerra sin cuartel en los barrios Norte de San Lorenzo, Iturralde y San Sebastián de Puerto San Martín. Y la presencia del recientemente detenido Daniel "Dany" Godoy, archirrival del asesinado del ex barra de Newell's Marcelo "Coto" Medrano.
“Entre ellos está todo bien. Cada cual conoce los límites. Pero los que quieren entrar y ocupar esa zona son rosarinos. Son varios, pero el que dirige es un tal «Dany Godoy», relacionado con la barra brava de Newell's. Muy violentos”, indicó un informe elaborado por lo que hoy es la Agencia de Investigación Criminal (AIC).
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Vivi resultó baleada mientras miraba televisión en su casa la tarde del lunes 5 de abril. Tres días más tarde efectivos de Prefectura comenzaron a talar la resistencia de la banda de “Willy” Velázquez. En el organigrama de la banda que manejan los investigadores, Tito ocupa un lugar predominante en la segunda línea de conducción como proveedor y distribuidor de drogas principalmente en el Cordón Industrial. Su caída dejó a la gavilla herida de muerte.
Willy y Pipi
Desde mediados de junio de 2017 dos gavillas que trabajaban en Puerto San Martín y San Lorenzo entraron en colisión. Una era reconocida como la banda de “Pipi” Leys, detenido en junio de 2017 por la Policía Federal en una investigación por drogas en la que había sido apresado Coto Medrano. Según la acusación Pipi era socio en la operatoria de Medrano en la zona norte de Rosario y el cordón industrial. Al ser indagado le atribuyeron liderar junto con Coto una banda que, entre otros delitos, vendía drogas en Rosario, San Lorenzo, Granadero Baigorria y Puerto San Martín. La otra era la banda de Willy Velázquez.
Ambos aparecieron mencionados en por lo menos media docena de investigación, hasta mediados de 2019, por abuso de armas e intimidación pública. Por esos tiempos un muchacho preso en el pabellón 4 de Coronda decidió dar el salto y comenzó a disputar poder y territorio a las marcas ya conocidas. Era Brandon Bay.
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“Los Gorditos” surgieron en el complejo Fuerte Apache de barrio Tiro Suizo de Rosario y se desplegó sobre la villa Flammarión y sus alrededores; Brandon es sobrino de Diego Bay, ex pareja de Vanesa Barrios, esposa del líder de Los Monos Máximo Ariel “Guille” Cantero. Mucho de lo que se conoce sobre la banda de Willy es a partir de la investigación de como Bay salió a la conquista de territorios en los límites de San Lorenzo y Puerto San Martín.
En la imputación a Bay como líder de una asociación ilícita realizada por los fiscales de la Agencia de Criminalidad Organizada y Delitos Complejos de Rosario Matías Edery y Luis Schiappa Pietra en junio de 2020, un testigo de identidad reservada relató que la banda de Velázquez le pagaba a la policía para trabajar a sus anchas. “De los pagos se encargaba un efectivo de la policía que iba a cobrar. Willy y otras personas le pegaban a la policía que trabajaba en la comisaría 7ª (barrio Norte). Cuando se iban de vacaciones o de allanamientos dejaban un mensaje de pagarle al comisario”. Los pagos eran semanales: 35 mil pesos a la comisaría 7ª y 28 mil a Gendarmería.
Según se reconstruyó en una audiencia del miércoles 10 de marzo pasado en los tribunales de San Lorenzo, el 6 de agosto de 2019 Bay le había bajado el pulgar a uno de los vendedores que Willy tenía en el barrio Norte de San Lorenzo. El apuntado era un hombre morrudo, robusto, grandote de unos 45 años. De acuerdo a la acusación, “siguiendo las órdenes de Brandon Bay” (alojado entonces en Coronda) se armó un auto para realizar un ataque sicario ejemplificador. En un Ford Focus gris con vidrios polarizados iban “Pera” A. al volante; Yazmín y el apodado “Pochi”, sentados del lado derecho. Ajeno a todo, Rodrigo “Rodri” Gigena, de 26 años y bailarín de una academia de cumbia cruzada, caminaba hacia el kiosco de su madre.
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"Pasaron en un Focus jugando a ser dios, tirando con 9 milímetros. Parece que se venían disparando con otros y cuando pasaron por delante la granjita le tiraron al Rodri, que no tenía nada que ver", contó un testigo del hecho. Con un balazo en el abdomen, Gigena murió dos días más tarde. “Había un grupo de personas de Rosario que querían quedarse con el negocio y que lo habían amenazado a él y su familia para que deje de vender para «Willy» Velázquez”, declaró una testigo contextualizando la realidad sobre el objetivo real del ataque. Rodrigo Gigena fue otra muerte absurda en la guerra por el control de las calles y territorios de la región.