Unos pocos minutos antes del choque con Barracas, Newell’s oficializó el arribó de su cuarto refuerzo, el zaguero Saúl Salcedo, a través de sus redes sociales. De los otros tres que ya estaban insertados en las filas rojinegras, dos arrancaron como titulares, el volante central Juan Ignacio Méndez y el extremo Fernando Cardozo, y el mediocampista ofensivo Gabriel Carabajal, entró sobre el final y protagonizó una intervención clave poniendo con gran precisión y lucidez esa pelota larga al área del Guapo que derivó en el gol del triunfo agónico leproso.
Así, en el primer desafío, en el comienzo formal del ciclo que conduce Sebastián Méndez, las incorporaciones que ya habían llegado pudieron demostrar que pueden transformarse rápidamente en aportes de valía para un plantel que necesitaba este tipo de revulsivos, este tipo de sacudones en fase positiva para aclarar el panorama y acelerar reacciones.
A la vez, todo indica que el último en venir saltaría rápido al once inicial por la lesión de Ian Glavinovich, quien sufrió un golpe en la pierna izquierda y no pudo estar a disposición en el choque con Barracas en el Palacio Tomás Ducó.
Eran las inserciones que reclamaban las deudas y las carencias que venía acarreando Newell’s en esta temporada. Eran los indicios tan buscados. La señal basal de despegue pretendida.
No como en otros ciclos, no tan lejanos, donde los refuerzos tardaron en aparecer, o directamente nunca surgieron y tuvieron que dejar el club envueltos en una irritante intrascendencia.
En el inicio del proceso del Gallego, los refuerzos están asomando de una manera muy distinta. La directiva rojinegra (en este caso encabezada por la gestión del director deportivo Ariel Michaloutsos) puso la mira de forma más directa en los puestos donde se necesitaban valores de mayor calibre y trajo futbolistas en condiciones futbolísticas y anímicas de salir a la cancha, jugar y reanimar a los demás, desde sus acciones y desde sus incidencias.
Y los jugadores están respondiendo donde deben responder: dentro de la cancha. Les están mostrando al Gallego Méndez que pueden representar una gran ayuda, una importante estructura de soporte, para potenciar las virtudes individuales y colectivas que tenía algo adormecidas este Newell’s.
Sumaron
Juan Ignacio Méndez, vino del Fortín de Liniers, y el Gallego lo conoce muy bien de su reciente paso por ese club. El DT tuvo en claro desde su llegada que los mayores déficits estaban ubicados en el mediocampo y, en ese escenario, el exVélez mostró que puede imprimirle más intensidad, más dinámica y más carácter, a una zona vital, donde se libran las principales batallas en la mayoría de los partidos del fútbol argentino.
Nacho Méndez nunca negoció la entrega y estableció una muy buena conexión con Julián Fernández, con quien compartió las tareas de contención y de inicio de juego en el conjunto leproso. Y además exhibió cualidades técnicas, atrevimiento y hasta se animó a llegar al área rival.
Es un cinco natural, de formación, y dejó en claro su vocación de estar al servicio de las propuestas tácticas del entrenador, que ya expresó que sus planteos se apoyan más que nada en las características del adversario.
En tanto, el polifuncional paraguayo (provino de Olimpia) Fernando Cardozo también esbozó credenciales de presentación más que aceptables. Su rendimiento fue de mayor a menor pero, sobre todo en la primera etapa, por derecha, aportó recorrido, versatilidad para sorprender por diferentes sectores, y ganas de tratar de llegar a la finalización de las jugadas.
En el complemento, el Gallego lo mandó por izquierda y no pudo lucir igual de participativo. Fue uno de los que pareció sentir las exigencias del pleito durante el segundo tiempo. Por eso, salió a los 74’, y en su lugar entró Jeremías Pérez Tica.
Tuvo un cabezazo que se fue muy cerca del caño derecho rival, tras un centro desde la otra banda de Panchito González. Estuvo a milímetros de transformarse en la apertura rojinegra.
Fue otra performance positiva para la apuesta leprosa.
Por su parte, el volante ofensivo Gabriel Carabajal, el tercer refuerzo que estaba en condiciones reglamentarias de ser de la partida, en pocos minutos también demostró que estaba a la altura de lo que requería la puja.
El exArgentinos Juniors entró a los 85’ por Banega, y ese traje, esa misión, no le quedó para nada grande. En el centro de la cancha, ya en tiempo adicional levantó la cabeza y puso un pase largo y exacto a Pérez Tica, que terminó en el gol rojinegro, la agónica conquista de un triunfo merecido que se hizo esperar hasta la expiración del pleito.
Por dar el salto
Y el que está en las gateras, a punto de saltar al ruedo, es el marcador central paraguayo Salcedo, quien también arribó desde Olimpia y está a la espera de la luz verde para poder ponerse la casaca rojinegra.
Con la lesión del defensor Ian Glavinovich, quien sufrió un traumatismo en la pierna izquierda por el que no pudo actuar ante Barracas Central y fue reemplazado en esa ocasión por el joven de la casa Tomás Jacob, todo indica que el zaguero guaraní podría estar desde el arranque el próximo martes, a las 18.45, ante Independiente Rivadavia de Mendoza, por la 7ª fecha de la Liga Profesional, en el Coloso, integrando la zaga junto a Gustavo Velázquez.
Salcedo llegó al parque Independencia precedido de buenas críticas, que destacan su rapidez, se capacidad de salto y de cabeceo, y sus condiciones para el juego de salida desde el fondo. En este marco, tendría muy rápido la chance de refrendarlo.
Tras la celebrada victoria sobre Barracas, el Gallego Méndez en conferencia de prensa volvió a destacar su conformidad con el armado del plantel y a la vez advirtió que aún hace falta un centrodelantero. “El club hizo un buen mercado de pases. Estoy conforme con el plantel que tenemos y no tengo dudas de que vamos a dar pelea. Ahora viene una seguidilla importante de partidos. La conformación del plantel es la correcta y creo que estamos bien para encararla”, se encargó de remarcar el DT.