¿Qué hacés Tito, en qué andás? La pregunta es remanida cuando se observa la figura de Andrés Rebottaro, aquel ex jugador campeón en Newell’s y también entrenador. El de bigote prominente que aún conserva intacto y ese caminar cansino de un tipo bonachón. “No estoy haciendo nada. Hace casi dos años, desde que volví del sur (Deportivo Madryn) no trabajé más. No salió nada y tampoco tengo muchas ganas. No hubo nada para decir seguimos”, contó el ex defensor en el contacto con Ovación, donde no sólo repasó su presente sino que dio su opinión de la selección nacional y hasta recordó aquella etapa como entrenador rojinegro. “Aquellos que tuvimos la chance de trabajar en Newell’s con el presidente López para muchos lo hicimos con la dictadura”, sostuvo y enseguida resaltó que “ninguno de aquella época está en Ñuls”.
La vorágine con la que se vive deja en el camino muchos protagonistas del fútbol. Por el lógico paso del tiempo todo se va renovando y los experimentados también llegan hasta un punto en el que el cansancio los conduce a parar la pelota. Detener la marcha dentro de un deporte cada vez más intenso, exigente y exitista.
El sur me castigó mucho. Por estar solo, el clima, la gente, no tener lugar para entrenar y no hacer lo que uno quiere. Eso me cansó, más allá de que uno sabe cómo es todo. Hubo muchos problemas con los lugares de trabajo, adaptarse, trabajar en arena, en sintético. No es lo mismo, más aún cuando estás acostumbrado a otra cosa, como Mendoza, Tucumán, Córdoba y Mar del Plata.
¿Extrañás estar dirigiendo?
La verdad es que no sé qué pasaría si recibo algún llamado. Tampoco me he preocupado mucho. Estoy tranquilo.
¿Hay cosas que no te gustan y eso te condujo a estar harto?
Sí. El hecho de ir a lugares donde no podés realizar lo que pretendés. Te dicen que sí a todo y después te encontrás con otra cosa diferente. También hay que adaptarse al jugador. La cabeza es otra cosa.
¿El futbolista está más mañoso o da poca bola?
Te da poca bola porque tienen más información y lo que le decís ya lo tienen porque lo leyeron o creen que lo saben. Cuesta un poco hacerles entender ciertas cosas. Después uno debe adaptarse a ellos. El celular no se les cae del bolsillo. Se los tenés que sacar en los entrenamientos o vestuarios. Son cosas que no son normales, más para uno que hace tiempo que estás en esto.
Muchos ex jugadores que son técnicos reniegan de eso. La tecnología ayuda, pero también hay cosas negativas.
Hoy le podés informar detalles del rival, pero si no lo ven en un video es como que no le decís nada. Hay otros lugares donde no tenés los medios para hacerlo. Hoy pasa todo por ahí. Por más que hables y corrijas hay que demostrarlo con el video.
Existe también en muchos cierto hartazgo por cuestiones que pasan en el fútbol y que con el paso de los años son notorias. Como pasó con San Jorge de Tucumán, donde supuestamente fueron perjudicados. ¿Se gana en los escritorios?
Sí, hoy más. Si bien en nuestra época se comentaba esto u otra cosa, hoy todo es más notorio, más aún en el ascenso. Piensan que no trasciende o que no pasa nada y ocurren cosas. El hecho de pensar que los partidos se ganan en la cancha... en determinados momentos pasan por otro lado. Te encontrás con situacions muy evidentes. Los jugadores esperan que los dirigentes o dueños del club trabajen en eso. No soy partidario de esas cuestiones, nunca lo acepté y me lo han propuesto. Eso lleva a que te canse.
¿Qué te propusieron?
En realidad me llegaron comentarios con respecto a qué es lo que pasaba con fulano, mengano o zutano. De donde venía, que había contactos y se podía hablar. Todo eso a mí no me gusta. Después llega a oídos del jugador y dice “para que trabaja”. Y luego sale un directivo y dice que el partido lo ganó él. Entonces...
Estas situaciones siempre se mencionaron, pero se decía que era un mito. Algo que con el paso del tiempo dejó de serlo y es una realidad.
Es así. Por ejemplo, lo que pasó con Estudiantes de Río Cuarto, donde un jugador salió a contar todo. Si uno sostiene que es verdad o es mentira al jugador lo sancionás. Algo hubo. Lo de San Jorge es igual. Viajaron sabiendo que iban a tener problemas en Mar del Plata y a los 15’ los tuvieron. No se esperó hasta los 80’. Se aseguró de entrada. Todo es evidente. Y sigue para adelante y no pasa nada. Lamentablemente el fútbol está así. En la selección sucede lo mismo. Hay técnicos que piensan en dirigirla en algún momento. Para qué se trabaja, te preocupás o preparás si después hay uno que no dirigió nunca y asume. No tengo nada contra Scaloni, pero ¿cómo es esto? Es el país donde vivimos. ¡Cómo puede ser que teniendo a Messi, el mejor del mundo, acá no lo disfrutamos! ¿Cuál es el problema? ¿Messi? No pasa por ahí la cosa, sino por otro lado. Hay que armar un equipo, un proyecto y que se saque lo mejor de él con la camiseta albiceleste.
Te cambio de tema para hablar de Newell's. Mucho se dice que los que estuvieron en la época de Eduardo López quedaron marginados. ¿Sentís eso?
Sí. Incluso aquellos que tuvimos la chance de trabajar en Newell’s con López de presidente para algunos lo hicimos con la dictadura. Eso se dice, lamentablemente. No es sólo en mi caso. Los que estuvieron en esa época no están en Ñuls. Yo lo siento así.
¿Cómo fue la época de López para vos, lo sentiste dictatorial?
No. A mí personalmente en lo que me tocó vivir no tuve problemas. Me cumplió en todo. Cuando ascendimos con Argentino a la B Nacional me llamó y me dijo de hablar del premio y yo le dije que plata no quería, sólo dirigir a Newell’s cuando hubiese una posibilidad. Y ese fue el premio, que es lo que me faltaba en Ñuls porque había estado en todos lados: inferiores y reserva.
¿Te sentís olvidado o relegado?
No, porque uno entiende y sabe cómo es la cosa. Mientras estás en actividad te usan. Y siendo jugador pasa lo mismo, ya que cuando no servís, chau. Hubo y hay otra gente, con otra forma de pensar, otras amistades y otro grupo de muchachos que comenzaron a trabajar. Sí me llama la atención que los que estuvieron en aquella etapa no hay ninguno trabajando en el club.
¿Cómo lo ves a Newell’s en la actualidad?
Está complicado por el promedio y debe hacer un buen torneo. Necesita refuerzos, sin dudas. El tema económico es otro problema porque no se puede traer jugadores para decir “es un refuerzo de nivel”. A Newell’s le faltan cuatro o cinco futbolistas importantes.