Arranca el partido. Gol discutido del equipo local. Protestas dentro y fuera de la cancha. Paliza al lineman. Suspensión del encuentro. Tres minutos duró esa secuencia el domingo pasado en Correa, localidad ubicada 58 kilómetros al oeste de Rosario. La rápida y brutal crónica se vivió cuando se disputaba la segunda fecha del torneo Clausura de primera entre el Club Atlético Correa y Barraca de Armstrong.
Quien abrió el tanteador y disparó el escándalo fue el 7: Nicolás Muzzio, de Correa. Los visitantes pedían que se cobre una mano previa de Muzzio antes de patear, pero el árbitro Lucas González convalidó el gol.
Desde el banco del Matador de Armstrong comenzaron a llover los insultos y fue allí que el árbitro habló con el juez de línea Marcelo Pereyra. Identificado el arquero suplente Matías Durán, como el agresor verbal, le sacó tarjeta roja a Durán, quien vestía pechera amarilla y sin titubear comenzó a correr hacia el juez de línea. Un compañero, con el 10 en la camiseta de la Cañonera Roja, lo intentó persuadir pero él que corría enceguecido por el lateral de la cancha parecía no oír. Sólo miraba a su víctima, Pereyra, a quien le sacó el banderín, lo cacheteó dos veces y le pegó una patada en la cara. El juez agredido perdió el conocimiento. Se suspendió el partido. Todo quedó filmado por TV y se viralizó en las redes sociales. Todo en sólo 3 minutos.
El agresor salió de la cancha escoltado por fuerzas de seguridad y fue demorado hasta el día siguiente en la comisaría 5ª de Correa. El agredido fue llevado en ambulancia al hospital de Cañada de Gómez, a 17 kilómetros de la cancha, con traumatismos varios. Y el lunes fue dado de alta. Por ahora el club Barraca decidió desafectar a Durán del plantel y no permitirle asistir a los partidos que juegue el equipo de local y en la Liga Cañadense evalúan una pena ejemplar para el jugador.
El lunes pasado, según se estipula en el protocolo arbitral, el árbitro presentó el informe de los hechos. El implicado tiene una semana para ofrecer su descargo y tras ese lapso el tribunal de penas de la liga dictaminará la semana próxima el futuro del partido y las sanciones pertinentes. Así lo adelantó a Ovación quien es presidente de la liga desde hace seis años, Luis Luque.
"El año pasado vivimos un hecho similar. En el partido de primera entre Atlético Montes de Oca y Asociación Deportiva Everton Olimpia (Adeo) de Cañada de Gómez. Dos hermanos, uno técnico y otro arquero suplente, agredieron al árbitro a golpes y patadas. Se les dieron dos años y medio de suspensión al jugador y tres al técnico", contó Luque.
No fue el único antecedente que citó. El presidente de la liga recordó también la segunda final del mes de diciembre entre Defensores de Armstrong y Argentino Las Parejas, en cancha de Defensores y ante 4 mil personas. El árbitro salió con los dos jueces de líneas para disputar el segundo tiempo y voló un proyectil que impactó en la cabeza del lineman, quien terminó hospitalizado. Hubo sanción de cuatro fechas de suspensión para el club, multa económica y se dio por perdido el partido para Defensores por lo que se consagró campeón Argentino de Las Parejas.
"Creemos que esta vez también será una pena dura la que se aplicará para el jugador. Pedí que sea del mayor rigor posible, el máximo de sanción: no se descarta que se le impida el ingreso a los estadios de la liga por unos años", dijo Luque.
El dirigente precisó que cada partido se juega con presencia de efectivos policiales y que en las finales se echa mano a 70. También hay presencia médica, no así de ambulancias: sólo cuentan con ellas algunas localidades.
"Correa, Montes de Oca, Villa Eloísa deben dejar sus móviles sanitarios con los bomberos o en los hospitales, por eso el domingo, después del episodio, se mandó a buscar una para trasladar al herido hasta el hospital", dijo Luque, antes de remarcar que "a pesar de todo eso, a veces nos topamos con hechos de violencia que nos exceden".
En la redes sociales, donde se viralizaron las imágenes, las aguas se dividieron en torno al lamentable episodio ocurrido en este partido de dos clubes de unos mil socios y unos 300 jugadores de fútbol cada uno.
Algunos de los hinchas hicieron bromas, varios justificaron la violencia y aseguraron que eso sucede porque los árbitros cobran mal, otros pidieron una pena ejemplificadora. Interesantes expresiones para entender que todo eso también es fútbol y pareciera que con penas y multas no cambia sustancialmente el panorama.
El titular de la Asociación Cañadense de Arbitros (y subcomisario de la comisaría 5ª, de Correa), Pablo Comba, dijo ayer que el agresor se mostró "arrepentido". Pero se le abrieron dos causas: una penal por lesiones leves dolosas y otra civil por daños y perjuicios. Agregó que el árbitro agredido (que trabaja también como metalúrgico) se encontraba aún "en reposo y en recuperación con tres puntos en la cara". Y subrayó que no encontraba palabras para expresar lo sucedido. "La sociedad está enferma y estas cosas se alimentan dentro y fuera de la cancha". lamentó.
Se sacó
La expresión del árbitro vale para preguntarse qué le pudo pasar a un hombre que, solo y a la vista de todos, fue protagonista de semejante escena.
"La verdad es que estamos sorprendidos, no entendemos qué le pasó, por qué se sacó. Es un buen muchacho: padre de dos hijos, el más pequeño nació hace sólo siete meses. Es repartidor de pollos, laburante en el mismo lugar desde hace tiempo, lo que habla bien de él, no entendemos por qué se brotó así", dijo el presidente del Club Barracas, Oscar Carnevale, sobre el arquero de 27 años que hacía un tiempo no jugaba y se lo convocó para el partido porque el titular de primera estaba cumpliendo una fecha de expulsión y su suplente estaba lesionado.
El directivo dijo que Correa es un pueblo chico donde se conocen todos y que más de una vez le pasó ver a gente transformarse en una cancha: insultar, agredir con odio.
"Lo más grave fue el estado del linesman. Nos comunicamos con Pereyra cada día para ver cómo estaba. Al jugador lo sancionaremos severamente. Pero también trabajaremos esto en el club, no sé si con psicólogos o con quiénes, pero a nosotros nos preocupa la violencia y esto que pasó es una alarma", dijo Carnevale.