Newell’s necesitaba volver a hacer pie en la liga. La hacía falta un triunfo convincente ante su gente para poder empezar a salir del fango de su irregularidad en el frente interno. La seguidilla de tres empates previos había instalado algunas dudas y había frenado la marcha de este equipo que en la Sudamericana consigue avanzar con paso abrumador, pero que en su ámbito doméstico no logra revalidar esas mismas credenciales. Y otra vez volvió a estirar esa sensación.
El 2-2 con Gimnasia en el Parque, goles de Ortiz y Montenegro para la lepra y de Domínguez y Tarragona para el tripero, no consiguió reencauzarlo en el camino de las victorias. La remontada se forjó con más corazón que ideas, pero la producción estuvo lejos de establecer un paso al frente en la curva de rendimientos. Tiró sus deudas internas hacia adelante y los interrogantes que lo persiguen siguen siendo los mismos.
Newell’s arrancó lleno de dudas. No estaba seguro, no estaba claro, y lo empezó a pagar muy caro desde el principio. En los primeros pasajes su rival pudo medir esas fragilidades y actuó en consecuencia. El lobo, siempre fue más profundo, incisivo y peligroso.
A los 3’, el primero que tuvo la apertura fue Newell’s con con una corrida de Aguirre después de un pase largo y vertical. Su remate pasó cerca del caño derecho de Durso. Del otro lado, Lescano y Tarragona trataban de aprovechar las espaladas de Gómez que nunca se sintió patrón del medio. Siempre lució a media máquina, llevando a una tarea que le era extraña, y eso se reflejó desde el arranque del duelo.
A los 6’ Tarragona se metió por el medio y disparó débil. Ya se percibían grietas en la última línea rojinegra. Por eso no extrañó, el gol tripero de la apertura que apareció a los 7’, tras un centro que cruzó todo el área y entró Domínguez por el otro lado con muchas facilidades y definió al primer palo para abrir la cuenta.
La lepra mostraba muchas licencias atrás. El medio no contenía y en esa faceta lo de Gómez no ayudó y tuvo que salir del campo de juego. Y con el ingreso de Montenegro, Portillo fue de cinco pero todo siguió igual. O peor.
De a poco, Gimnasia se fue haciendo dueño del pleito y le transmitió los nervios al dueño de casa. Heinze no lograba hacer reaccionar a sus dirigidos. Todo Newell’s seguía en la misma sintonía. Muchos nervios, malos pases y eso generaba incertidumbre entre los compañeros. Y, Gimnasia con contras rápidas parecía preparado para aumentar.
A los 24’, Tarragona puso el segundo desde lejos con un tiro pegado al palo izquierdo de Hoyos. Castigo merecido a la endeblez que exponía Newell’s. Todo en Newell’s parecía confusión. No coordinaban Ferreira con los delanteros y muchos pases quedaban sin receptores, mostrando los problemas que atravesaba.
A los 36’, llegó el descuento de Ortiz, tras un tiro libre desde la izquierda. Con una pirueta en al área metió a la lepra en partido. Una anotación lejana a los merecimientos. Fue una respuesta al coraje no a las ideas. No respondía a lo visto en el campo de juego. Esta vez, en ese tramo el marcador era el mejor aliado de Newell’s. El gol lo motivó y lo posicionó diferente. Con otro carácter. El lobo lo dejó levantarse de un letargo que estuvo cerca de condenarlo a una rápida goleada en su casa.
En el cierre de esa etapa Pérez Tica (que ingresó por Sordo) estuvo cerca de llegar a la igualdad tras otro tiro libre. Las pelotas detenidas eran las armas más efectivas de la lepra que no encontraba por otras vías. El tanteador le otorgaba una pequeña esperanza a un Newell’s que hizo muy mal las cosas en ese primer tiempo.
Le lepra comenzó con un disparo de Ferreira que estuvo cerca. No estaba fino, pero a nivel posicional estaba más cerca del área rival y no sufría tanto en cada contra. Los tres cambios en el rival frenaron los bríos del mediocampo y le sacaron algo de pimienta arriba.
En ese marco, Aguirre escaló por derecha, y a los 11’ exigió a Durso. De ese córner llegó el gol, con un sablazo de Montenegro que hizo explotar el estadio. Se llenó el botín de gol y puso a su equipo en pardas, con mucho por jugar.
Otra vez la pelota parada fue clave para construir la levantada. Una auténtica curiosidad que no comulga con las ideas basales de Heinze pero que bien sirven para generar este tipo de levantadas, cuando no surgen ideas desde otro lado.
Con la igualdad, el trámite se fue metiendo en un carril de menos tensiones, de menos ida y vuelta. Pero las vacilaciones de ambos no otorgaban seguridades de cara al marcador final. En el tramo de cierre, ninguno se resignó, pero tampoco encontró la fórmula para llevarse el triunfo al terreno propio.
En esos minutos finales expresaron sus dudas y falta de peso específico para generar chances concretas de alcanzar la victoria. Las posibilidades que desperdició Giani (rengueó todo el adicional) sobre el final resumió ese estado de situación. Esta vez faltó alguien que se vista de héroe ocasional. Recalde quiso hacerlo en la expiración pero le marcaron posición de adelanto a Ortiz.
Así, el eléctrico empate fue premio y castigo para un Newell’s que nunca pudo hacerse dueño del pleito, que lo tuvo siempre remando desde atrás y que lo deja a mitad de camino de todo. Esta cuarta igualdad consecutiva muestra que sigue atrapado en zona de búsquedas.
¡LA LEPRA LEVANTÓ UN 0-2 Y SE LO EMPATÓ AL LOBO EN ROSARIO! | Newell's 2-2 Gimnasia | RESUMEN