En la copa está dulce. Newell’s goleó 3-0 a Blooming, con un doblete de Portillo y otro de Reasco, y quedó como líder del grupo E de la Sudamericana, dejando en el retrovisor la derrota agónica del domingo ante River. Se puso rápido de pie.
En la copa está dulce. Newell’s goleó 3-0 a Blooming, con un doblete de Portillo y otro de Reasco, y quedó como líder del grupo E de la Sudamericana, dejando en el retrovisor la derrota agónica del domingo ante River. Se puso rápido de pie.
Retroceder sólo para tomar impulso. Porque, si bien ante River, hubo un retroceso desde lo numérico porque le birlaron los tres puntos en el último suspiro, no fue así desde lo futbolístico, porque la lepra mostró una interesante versión de juego ante el puntero del campeonato. Aunque las buenas intenciones no suman puntos. Y por eso el rápido duelo ante Blooming servía para levantarse de inmediato.
Gabriel Heinze apostó por un 4-1-4-1 con Sforza como único volante tapón y, delante de él, Menéndez-Montenegro-Pablo Pérez-Portillo, con el objetivo de que el capitán rojinegro recorriera menos metros y se dedicara exclusivamente a tejer jugadas cerca del área. Reasco fluctuaba arriba.
Sin apostar en demasía a utilizar las bandas, con los típicos desbordes de Aguirre y Sordo, el rojinegro centralizó su juego y buscó ser un equipo corto para obtener dinamismo y pases filtrados. Con limitaciones y todo, Blooming opuso resistencia el primer tramo. Recién a los 22’, con un cabezazo de Velázquez que se fue rozando el primer palo, apareció una mínima dosis de peligro. El partido estaba enmarañado, con una zona media superpoblada. Sobraban piernas, faltaba claridad.
Y la luz apareció a los 27’. Rápida salida de contra, buen pivoteo de Reasco y habilitación para Portillo que picaba por derecha, el juvenil se fue contra el arquero Gutiérrez y definió rasante para destrabar todo: 1-0. La lepra se soltó después del gol y pudo aumentar la ventaja con dos zapatazos de Menéndez a los 31’ y 35’, que obligó a volar al arquero boliviano por duplicado. En medio de la hegemonía leprosa, Blooming estuvo a nada de empatarlo con un remate cruzado de Sinisterra a los 38’ que se perdió apenas afuera, no sin antes levantar los suspiros de los hinchas.
Cuando el primer tiempo se extinguía, Reasco trajo tranquilidad. El ecuatoriano se hizo con la pelota, se metió en el área y empalmó la pelota contra el palo más lejano. Nada que hacer para Gutiérrez y 2-0 con absoluta justicia a los 45’. No había tiempo para más.
Complemento sobre rieles, objetivo administrar la ventaja. Y por qué no estirarla para aumentar la diferencia de gol. Blooming se adelantó unos metros en la cancha pero no sabía que hacer con la pelota. Entraba en una repetición de pases sin sentido que terminaban en recuperación rojinegra.
Newell’s ganaba pero Heinze quería más. El Gringo era un jugador más al borde de la línea de cal. Chiflaba, aplaudía, se agarraba la cabeza, pasaba por todos los estados de ánimos en una misma acción.
Daba la impresión que si el rojinegro apretaba el acelerador, se llevaba puesto a Blooming. Y en ese contexto llegó el golpe final. Balón en la medialuna del área, Menéndez descargó para Portillo y el volante remató de primera, con cara interna, y mandó a los bolivianos a sacar otra vez del medio a los 62’: 3-0 y fin de la historia.
Sólo quedaba tiempo para otro intento de Sinisterra (el único que generaba algo de peligro para el conjunto boliviano) que esta vez se estrelló contra el palo derecho del arco de Hoyos, a los 78’. La parte final se dividió entre aplausos para el equipo y reconocimiento para los que iban dejando la cancha, entre ellos Portillo y Pablo Pérez. El árbitro Jhon Hinestroza dijo basta y oficializó la victoria leprosa, que ya estaba cantada hacía rato. Era mera formalidad. Newell’s dejó atrás la caída del domingo ante River y quedó como líder de grupo, a pesar del recambio y la seguidilla de partidos. El equipo de Heinze, gustó, goleó y esta vez ganó.