Entre pruebas y algunos indicios que ya parecen tener sabor a sentencia, Leonardo Fernández va probando el equipo de cara al partido del sábado frente a Godoy Cruz. La primera referencia que debe hacerse es que lo ocurrido ayer se trató apenas de un trabajo táctico y que la práctica de fútbol tendrá lugar recién hoy, pero ello no invalida mencionar las ideas que el entrenador llevó a la práctica. Uno de los puntos cruciales de esta historia es que Marco Ruben continuará en el banco de relevos. Después, que Joel López Pissano tiene todos los boletos para ganarle la pulseada a Federico Carrizo; que Néstor Ortigoza irá desde el arranque por primera vez desde que llegó a Arroyito y, además, que la prueba contempló una variación en cuanto al esquema, más allá de que en la segunda parte de la práctica se haya vuelto al plan original. El equipo arrancó con otra cara (es lo que trascendió porque la práctica fue a puertas cerradas), un tanto más osada si se quiere, con Ortigoza y López Pissano intentando hacer las veces de volantes internos y con Lioi y Lovera un poco más abiertos. Sin la pelota, una especie de 4-1-4-1 y con el balón, con mayor predisposición a un 4-3-3 (Lioi y Lovera como extremos). Y esta versión es la que, por ahora, más tienta al técnico. Igual, sobre el final llegó el 4-4-2 clásico. Del ensayo no participaron ni Maximiliano González (hoy se sumaría al grupo) ni José Luis Fernández, quien pasó a estar en duda. En sus lugares estuvieron Joaquín Pereyra y Alfonso Parot.
Hace un par de días que en la cabeza de los integrantes del cuerpo técnico, sobre todo de Leo Fernández, estaba dando vuelta la idea de hacer alguna modificación en el esquema. Se entiende que se debe al ingreso de Néstor Ortigoza, quien tiene características distintas a las del Colo Gil. Sustentado esto por la ya casi postura definida de incluir a López Pissano.
Por eso ayer el técnico armó un equipo con una disposición táctica a la que venía mostrando. Pereyra, quien hizo las veces de Maxi González, se paró como volante tapón y delante suyo hubo una línea de cuatro volantes, con Ortigoza más cerca del delantero que de los defensores. Esto es, con una función mucho más afín a abastecer a Zampedri y que a mostrarse como el primer pase de salida del equipo.
Fue así que Lioi se mantuvo sobre la banda derecha y que Lovera arrancó por el otro sector, mucho más pegado a la raya que en inmediaciones de la medialuna, como lo venía haciendo.
Por supuesto que la presencia de López Pissano fue otro de los batacazos que metió el técnico. Y no tanto por la inclusión propiamente dicha del juvenil, sino por la salida de Carrizo, quien si bien no había tenido una gran actuación en cancha de Lanús, en su último partido (con Huracán, ya que frente a Olimpo no jugó por estar suspendido) había sido la figura del equipo.
Lo cierto es que Leo Fernández pensó en López Pissano desde el arranque de la semana y con el correr de los días no hubo nada que lo hiciera rever la decisión que, al menos ayer, tomó. El juvenil viene de ser titular contra Olimpo e ingresó en el segundo tiempo (lo hizo de buena forma) frente al granate.
De todas formas la de ayer fue decididamente una jornada de prueba. Es que la primera parte del entrenamiento fue con ese nuevo dibujo táctico, pero sobre el final el equipo se paró de otra forma. Ortigoza se retrasó para estar más cerca de Pereyra, López Pissano se volcó sobre el carril izquierdo, mientras que Lovera se fue hacia arriba para hacerle compañía a Zampedri.
A esta altura cabe un mínimo de duda sobre cuál será el esquema que utilizará el equipo el sábado en el Gigante contra el Tomba, pero de lo que no parece haber demasiadas dudas es en lo que tiene que ver con los nombres. Porque Ortigoza tendrá su chance, Lovera se mantendrá entre los once y López Pissano también gozará del beneficio de la titularidad.
Los nombres ya están. Sólo resta que entre hoy y mañana Leo Fernández defina de qué manera los ubica.
Fernández, otra vez aparte y con chances de "descansar"
José Luis Fernández volvió a entrenarse de manera diferenciada por una sobrecarga en el isquiotibial derecho y el cuerpo técnico ya comienza a ver su situación de reojo. Es que el volante, quien está haciendo las veces de marcador de punta por izquierda, había terminado el partido con Olimpo con la misma molestia, aunque eso no le impidió jugar frente al granate. Es la reincidencia de la sobrecarga en el mismo músculo lo que por ahora lo pone en duda. En caso de no llegar al ciento por ciento desde lo físico, su lugar sería ocupado por Alfonso Parot. Mientras que Maxi González, quien arrastra un cuadro febril por el cual no pudo entrenar el martes, ayer sólo realizó tareas en el gimnasio. En este caso el optimismo de que pueda llegar en condiciones es mayor.