Ni todo el agua que cayó en Miami desde muy temprano y que no cesó ni en medio de la presentación pudo apagar el fuego de la emoción de esta ciudad latina estadounidense por darle la bienvenida al más grande jugador del mundo, quien vino a jugar sus últimos años en la Major League Soccer. El Inter Miami CF, dirigido por el ex jugador y estrella de Inglaterra, David Beckham, se dio el enorme gusto de que Lionel Messi, el capitán del conjunto campeón del mundo, se vistiera de rosa y se presentara ante la multitud que desafió el mal tiempo. "Vengo con las ganas que tuve siempre de competir, de ganar", dijo en un breve discurso a la multitud.
El show que preparó el Inter Miami se demoró más de lo imaginado. La lluvia no dejó de caer todo el día, pero un rato antes de la apertura del estadio directamente se desató un temporal de agua y viento, que hizo inclusive que se desarmara todo lo que estaba previsto sobre el campo de juego. Hubo que aguardar mucho para volver a poner todo en su lugar. No dejó de llover, pero el panorama era mejor y por eso las puertas del estadio se habilitaron, las tribunas empezaron a colmarse y vibrar, más cuando se supo que ya Lionel Messi había llegado al estadio, junto a su esposa Antonela Roccuzzo, y sus hijos Mateo, Tiago y Ciro.
Messi entró vestido de jean, zapatillas y una remera blanca, junto a sus hijos, todos con la camiseta de Inter Miami. Con esa indumentaria ingresó por la pasarela que lo condujo de la salida del túnel al escenario montado en la mitad de la cancha. Allí se abrazó con Jorge y José Mas, propietarios del club, y David Beckham, copropietario del club y a cargo del fútbol. Y dirigió unas palabras a la multitud.
"Quiero dar las gracias a toda la gente de Miami por este recibimiento, por todo el cariño. Estoy muy emocionado de estar acá, en esta ciudad, con ustedes. Quiero dar las gracias a Jorge, a José, a David y a su familia por el cariño y por hacerme sentir en casa tan rápido. Por hacérmelo todo fácil. Para mi familia fue espectacular desde que llegamos", expresó en su inconfundible español-rosarino, sin las "eses".
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"Tengo ganas de empezar a entrenar, a competir", prosiguió su breve monólogo. "Vengo con las ganas que tuve siempre de competir, de ganar, de ayudar al club a que siga creciendo. Vengo a tratar de conseguir los objetivos y aprovecho para darles las gracias a mis compañeros acá presentes, por cómo me recibieron desde el primer día".
Y cerró: "Estoy muy feliz de haber elegido esta ciudad con mi familia, de haber elegido este proyecto y no tengo dudas de que vamos a disfrutar mucho y la vamos a pasar bien. Muchas gracias a todos por este recibimiento".
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