Hay unas cuantas frases hechas que envuelven el aura de un clásico de fútbol. Una de ellas es que no importa la manera en la que llegan los equipos porque se trata de un partido aparte; otra que en partidos tan friccionados como suelen darse y con poco juego, muchas veces la historia se resuelve por detalles mínimos. Más allá de eso siempre existen atributos de los que un equipo puede dar cuenta a la hora de regalarse una alegría en un clásico y este Central protagonista rubricó en la clara victoria sobre Gimnasia que uno de sus fuertes, al menos hasta aquí, está en el juego aéreo. Los tres tantos del canalla frente a lobo fueron convertidos de cabeza (sólo uno de pelota parada), que se suman a otros cinco que convirtió ya en el torneo por esa vía. Los números son elocuentes: de los 12 tantos que anotó el equipo de Miguel Angel Russo, ocho fueron de cabeza y cuatro de ellos fueron obra de un mismo jugador: Alejo Veliz. Independientemente de lo que ocurra el próximo domingo en cancha de Newell’s, Central tiene un argumento sólido y un arma a la que le está sacando un gran provecho. En el idioma futbolero y en una previa que ya se vive de manera activa, Central llega al clásico muy bien “de la cabeza”.
Son innumerables las formas que un equipo puede tener para llegar al gol y generalmente se resaltan aquellas que forman parte del funcionamiento colectivo, con jugadas que desembocan en gol tras maniobras grupales de buena factura. Pero hay veces que eso no sucede y por eso es necesario hallar otros atajos. Y Central los está encontrando en las pelotas aéreas.
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Jhonatan Candia mete una palomita letal en el debut de Central en el torneo, ante Argentinos Juniors.
Para muestra alcanza lo sucedido el pasado viernes por la noche en el Gigante, donde el triunfo se gestó con esos tres cabezazos que protagonizaron Veliz (en dos ocasiones) y Damián Martínez, que fueron los que le dieron al equipo el envión suficiente como para encarar la semana con demasiada calma e ir al Coloso con el mejor de los semblantes.
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Juan Cruz Komar conectó tras el centro de Mac Allister y tuvo que esperar la decisión del VAR.
Marcelo Bustamante / La Capital
Y en esto de marcar la diferencia en el juego aéreo hay un jugador que indudablemente sabe sacarle provecho a su contextura física. La referencia es para Veliz, quien los dos goles que anotó en este último triunfo fueron de esa forma, que se sumaron a esos otros dos que ya había hecho, ante Arsenal y Huracán. De esos cuatro, dos fueron de pelota parada y los restantes con pelota en movimiento.
Esta historia de goles de cabeza Central la empezó a escribir ya en la primera fecha del torneo, en el triunfo por la mínima frente a Argentinos Juniors, en el Gigante, con aquella palomita de Jhonatan Candia, tras el centro preciso de Alan Rodríguez.
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El frentazo de Facundo Mallo, cuando se moría el partido ante Tigre, le dio el empate a Central en la segunda fecha.
Marcelo Bustamante / La Capital
Al partido siguiente llegó el electrizante 2-2 frente a Tigre, en Victoria, donde dos pelotas aéreas fueron aprovechadas al máximo por el equipo de Russo. En la primera fue Juan Cruz Komar quien conectó con el parietal derecho después del lanzamiento de Francis Mac Allister, y después el uruguayo Facundo Mallo, en la última bola del partido, el que le metió el frentazo a ese córner desde la izquierda de Ignacio Malcorra (ambos goles con intervención del VAR mediante). Ya eran tres goles de cabeza en apenas dos partidos.
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Alejo Veliz se hizo fuerte dentro del área de Arsenal y estampó el gol de la victoria.
Llegó el turno de Arsenal con el partido empatado y Central jugando con dos hombres más. Otra vez un córner de Malcorra cayó cerca del punto penal y otra vez Veliz hizo de las suyas. Cabezazo fuerte, contra el palo izquierdo, para marcar el 2-1, que a la postre fue el tanto de la victoria.
Algunas fechas después llegó lo que fue el primer triunfo de Central en condición de visitante, en cancha de Huracán, donde Veliz otra vez primero mostró inteligencia para desmarcarse y después precisión para definir, de cabeza, tras la asistencia de Malcorra.
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En cancha de Huracán, Alejo Veliz se movió con inteligencia dentro del área y conectó tras el centro de Malcorra.
Celina Mutti Lovera / La Capital
Y ahora esto que sucedió ante Gimnasia, en un partido en el que Central necesitaba mantenerse en la pelea de arriba, pero fundamentalmente hacerse de una coraza emocional para ir al clásico entonado. Están aún tan presentes las imágenes que casi que no hace falta explicarlas, pero las mismas pusieron a la vista de todos ese potencial que el equipo tiene y al que suele recurrir a menudo.
Centro a la carrera de Coyote Rodríguez y cabezazo de Veliz para el 1 a 0; otro zurdazo desde la izquierda del lateral paraguayo para que en el segundo palo ingrese Martínez y conecte con la frente; córner desde la izquierda de Malcorra al corazón de área que Veliz impactó con justeza para vencer la resistencia del arquero de Gimnasia.
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Veliz otra vez. El envío desde la izquierda de Coyote Rodríguez llegó a su cabeza y la jugada terminó en gol.
Ante tantos goles de cabeza, la primera impresión es que se está en presencia de un equipo que se basa mucho en la pelota parada, pero este no es el caso, porque la cosa está repartida. De hecho, de esos ocho goles de cabeza que lleva convertido el canalla en el campeonato, sólo tres fueron con pelota detenida y los otros cinco con el balón en movimiento.
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Damián Martínez celebra su gol el viernes por la noche en el Gigante. Conectó de cabeza en el segundo palo.
Virginia Benedetto / La Capital
La necesidad de ganar y deseo de lograrlo eran tal que para el equipo iba a resultar lo mismo cualquiera hubiese sido el camino para lograrlo, pero se dio la particularidad de que ese triunfo anhelado llegó de la manera en que se dio. Y fue ni más ni menos que en la previa del clásico, al que Central arriba bien “de la cabeza”, por la alegría que le generó la victoria y, porqué no, por la factura de los goles.
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La sentencia. Veliz impactó en el punto penal y rubricó la victoria de Central sobre Gimnasia.