El reciente empate ante Patronato desnudó algunas falencias colectivas y camufló otras. El sueño de clasificar a la Copa Sudamericana se transformó en utopía. No por el punto contra el patrón sino porque Central viene dejando una huella irregular en su tibio transitar por la Liga Profesional. El autor intelectual de la esperanza canalla es Carlos Tevez. El mismo entrenador que sigue probando y analizando apellidos mientras el viento de la angustia arrastra toda ilusión. El Apache no está fuerte en Arroyito. No encuentra el equipo ideal ni el equilibrio. La realidad lo certifica al exponer que en 17 presentaciones convocó a 38 jugadores y utilizó a 30. El plus es que lo hizo en todas las líneas. No se salvó ni el arco. Muchos nombres para poco rédito deportivo. Mientras tanto, al show le quedan siete funciones y el abanico de las posibilidades de ver algunas nuevas caras está vigente, pese a que la colectividad auriazul anhelaba otro presente como también un final de campaña haciendo ruido entre los protagonistas y no en el pelotón de los más vulnerables.
Tevez exteriorizó que proyecta un Central 2023, pese a que en diciembre próximo habrá elecciones presidenciales y habría que ver quién tomará el control del club como también si tiene al Apache como entrenador para la próxima campaña. Carlitos argumentó que quiere ver a la mayoría de los jugadores que tiene a disposición para ir sacando conclusiones con la finalidad de depurar el plantel y ver realmente lo que necesitará desde el marco teórico como para reforzar al equipo en el caso de que su proyecto continúe como confía.
Mientras tanto, el canalla naufraga en la intermitencia y no puede salir de la zona de los equipos que no compiten por ingresar a un torneo internacional en un futuro cercano. Gran parte de la responsabilidad de este presente es del entrenador. El Apache es quien arma y desarma el equipo entre sesión y sesión de la Liga Profesional.
Desde el mundo exterior se percibe como que le cuesta terminar de pulir un esquema. El hecho de meter mano en cada presentación tampoco colabora demasiado en la firme búsqueda de la clasificación copera. Por más que haya unos pocos apellidos que parecen tener ahora un lugar asegurado, tales los casos de los defensores Javier Báez y Lautaro Blanco, y de los volantes Kevin Ortiz y Facundo Buonanotte, lo concreto es que el auriazul se erigió en una máquina de oportunidades. Así lo avalan los 17 partidos que lleva Tevez al frente de la tropa, sea por el torneo local o Copa Argentina.
El entrenador centralista fue en su época de jugador una máquina de hacer goles o desarticular defensas rivales. Ahora se erigió en un técnico serial de oportunidades. Carlitos armó diferentes equipos con distintos sistemas tácticos y muchísimos apellidos en cancha. Las estadísticas marcan que lleva convocado a 38 jugadores, de los cuales utilizó 30 desde que hizo base en Arroyito.
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Carlos Tevez no quedó nada conforme y necesita que su equipo reaccione el jueves contra Estudiantes.
Virginia Benedetto / La Capital
Tevez probó en cada uno de los frentes. Desde el arco con Gaspar Servio y Jorge Broun, pasando por la defensa donde ya probó a nueve profesionales: Ismael Cortez, Cristian Báez, Juan Gabriel Rodríguez, Lautaro Blanco, Juan Cruz Komar, Facundo Almada, Damián Martínez, Fernando Torrent y Nazareno Romero.
El medio también tuvo sus variantes en masa. Utilizó a 14 futbolistas hasta el momento: Francis Mac Allister, Alan Marinelli, Kevin Ortíz, Facundo Buonanotte, Ignacio Malcorra, Gino Infantino, Marcelo Benítez, Juan Cruz Cerrudo, Fabricio Oviedo, Ramiro Peralta, Walter Montoya, Mateo Tanlongo, Michael Covea y Luciano Ferreyra.
Mientras en el plano ofensivo le dio la chance a cinco piezas: Alejo Veliz, Franco Frías, Jhonatan Candia, Gustavo Ramírez y Lucas Gamba.
Los números de los jugadores utilizados sorprenden. Como también que de 17 partidos perdió seis, empató seis y ganó los restantes cinco. Aunque el dato que duele en el orgullo del hincha es la igualdad y posterior eliminación desde lo penales ante Quilmes en cancha de Belgrano por la Copa Argentina. El plus es que recibió 16 goles y marcó 15 en la general.
Más que entrar en puntitas de pies, como se refirió el propio Tevez a cómo salió a jugar el partido su equipo ante Estudiantes, el DT parece ser quien no pisa fuerte entre partido y partido. Caso contrario, el club no estaría mendigando por la irregularidad y despidiéndose mucho antes de tiempo de la oportunidad de volver al plano internacional.