Aprovechar el viento de cola para pegar el zarpazo de visitante, de una vez por todas. Central visita al golpeado Banfield, a las 19 (ESPN Premium), en busca de tres puntos que lo mantengan en zona de pelea.
Determinante. Nacho Malcorra maneja los hilos del ataque canalla.
Aprovechar el viento de cola para pegar el zarpazo de visitante, de una vez por todas. Central visita al golpeado Banfield, a las 19 (ESPN Premium), en busca de tres puntos que lo mantengan en zona de pelea.
Obtener 23 puntos de 27 como local, casi todo lo que jugaste, es un número que indefectiblemente le pone el overol de candidato al título a cualquier equipo. Pero, si cada vez que ese mismo equipo sale de excursión, saca apenas 7 puntos de 24 posibles, se transforma en un lastre que te impide pegar el gran salto.
Si a cualquier hincha canalla se le preguntaba antes de comenzar el campeonato si imaginaba a Central quinto, a diez fechas del final, la respuesta seguramente hubiese sido negativa. Miguel Ángel Russo lo logró. Una vez más. Consolidó un grupo sin apellidos rutilantes, pero que funcionan justamente como eso: un gran grupo.
Y ahora tendrá una oportunidad inmejorable de redimirse afuera, que es la causa irresoluta de la temporada. Enfrente estará Banfield, acumulando tres derrotas al hilo, que está a los tumbos, con reciente cambio de entrenador (volvió Julio César Falcioni) y apenas tres victorias en lo que va del torneo. Dos de ellas las consiguió en el Florencio Sola (Boca y Central Córdoba) y una de visita (ante Talleres).
Todo en fútbol son momentos. Y en este momento Central es superior a Banfield. Deberá refrendarlo en la cancha. “Es un partido importante, otra prueba de visitante, que viene siendo el punto más flaco de la temporada”, expresó Facundo Mallo en la rueda de prensa semanal. Entonces, a aprobar ese examen.
Desde aquella noche del 2-2 infartante en Victoria ante Tigre, Russo entendió que la línea de 3 le otorga consistencia, principalmente en el mano a mano. Primero estar bien parado atrás para luego pensar en el arco de enfrente. Sin Veliz inflando redes, ahora otros cumplen esa función.
¿Le servirá este esquema ante Banfield? El taladro es el segundo equipo con menos goles a favor (apenas 10) y de los más goleados (20). Claramente estos números ameritarían otra ambición canalla desde el vamos, pero Russo entiende que cuando algo funciona, no hace falta retocarlo. Lo que suceda esta noche en el Florencio Sola sostendrá o no ese fundamento.
Falcioni armó en los últimos encuentros un once priorizando la experiencia por sobre la juventud para intentar salir del magro momento. Pero tampoco le funcionó. Perdió los dos que jugó. Por eso es una incógnita saber qué pondrá en cancha para encauzar un rumbo que lo tiene a los golpes limpios. Lo que sí está claro es que no es un técnico que plantee situaciones fuera de lo normal. La ducha en el baño y la heladera en la cocina: 4-4-2 clásico, con dos centrales rústicos y dos delanteros portentosos. Equilibrio para un equipo desequilibrado.
Central tiene que sacar provecho de todo lo mencionado y hacer lo que mejor sabe, que tanto rédito le dio. Morder rápido, tocar y lastimar. Será tarea del doble cinco estar con la máxima atención para que nada se escape de las manos: uno para cortar, el otro para buscar el primer pase, que sea rápido y preciso para quebrar líneas. Y Malcorra para recibir y tejer situaciones, con su nuevo mejor socio que es Jaminton Campaz. Está todo dado para que Central se saque la espina de visitante. A taladrar se ha dicho.