Acá somos menos de 3.000 habitantes. Tomamos todos los cuidados, pero es diferente a estar en una ciudad. Acá la gente en la mayoría de las casas tiene patio y un poco de verde. En la ciudad la gente que vive en departamentos debe estar bastante mal y yo también tomé esta decisión de venirme a mi casa por ello. Soy una persona de no estar mucho en espacios chicos, me siento muy mal cuando estoy encerrado, por eso me vine para mi pueblo para disfrutar de mi familia, de mis viejos, que hacía mucho que no estaba con ellos.
¿Cómo es tu rutina en Montes de Oca, cómo pasas los días?
El día se hace largo. Prefiero entrenar a la mañana, que es la hora en que lo hacemos todos los días en Newell’s. Después viene el almuerzo y me alimento con las pautas que nos pasa el nutricionista, con quien estamos en permanente contacto. Y por supuesto, también trato de distraerme con cuestiones como leer libros y tengo una mesa de ping pong que la uso de frontón y juego solo. Charlo mucho con mi viejo y mi vieja. Se hace largo el día, pero es llevadero.
La gente espera el momento de poder salir a realizar su vida, los chicos volver a las plazas, pero el jugador de fútbol, acostumbrado a entrenar en grupo todos los días y una vez a la semana jugar partidos con mucha gente, ¿extraña la adrenalina de la competencia oficial?
Seguro que todo se extraña un montón. Pero más que nada lo que se extraña es el día a día, ir a entrenar, ver a tus compañeros y charlar. Yo hablo con los compañeros y todos extrañamos mucho el encuentro diario. Pero sabemos que ahora todos nos tenemos que cuidar.
Estás en un grupo en el que hay jugadores de mucha experiencia, entre ellos Maxi y Formica, pero también muchos pibes que se conocieron en inferiores y llegaron juntos a la primera de Newell’s. ¿Cómo vivís esto?
Hay jugadores con más de 30 años y otros que somos bastante chicos. Pero la verdad es que siempre el grupo estuvo unido, en este último tiempo muchísimo más. La realidad es que los más grandes nos apoyan un montón y nosotros tratamos de escucharlos. Ellos nos enseñan siempre. Todos los días para los más chicos es un constante aprendizaje. Los jóvenes tenemos que estar predispuestos porque vamos a aprender mucho de los mayores que hay en el plantel.
Se veía venir que estaban por zafar matemáticamente del descenso y a la vez clasificar a la Sudamericana. Cuando esto sucede por lo general se da en la cancha y luego de un partido se vive la satisfacción grupal y con los hinchas de cumplir el objetivo. Esta vez la AFA dio por terminada la temporada y lo tuvieron que disfrutar cada uno por su cuenta por la cuarentena. ¿Cómo viviste este momento de haber logrado la misión que se trazaron en el torneo?
Cuando nos enteramos fue una alegría bárbara porque logramos lo que nos habíamos planteado al principio, obvio que además queríamos terminar más arriba en la acumulada, pero no se pudo. Terminamos en un lindo lugar en las dos tablas. Por ello estamos contentos por la clasificación a la Sudamericana y por haber salido de la zona de abajo del promedio.
¿Cuando la AFA esta semana decretó el final de la temporada hubo llamadas de alegría entre ustedes o fue tranquilo porque se veía venir que Newell’s iba a terminar muy bien posicionado en todas las tablas?
Sí, nos hablamos y nos felicitamos cada uno. Pero mucho no se puede hacer por como estamos.
Con la llegada de Kudelka se nota un Cacciabue mucho más completo ¿Lo ves así?
Lo veo así. Frank desde el principio me dio muchísima confianza. En los puntos buenos míos me recalcó cosas que me hicieron crecer y en los defectos me enseñó a tratar de mejorar. En este tiempo con Kudelka creo que crecí un montón en lo futbolístico y eso me pone muy contento.
¿Qué te remarca el entrenador?
Me pide que tenga mucha dinámica, que a la hora de defender lo haga, pero que también pise bastante el área rival. Esto me lo remarca el cuerpo técnico. Además, no estoy tan desordenado como en mis primeros partidos, que antes a lo mejor corría para cualquier lado. Mejoré mucho el posicionamiento en la cancha y me lo hicieron ver mediante videos y entrenamientos.
Uno mira el vestuario y están volantes mixtos como Pablo Pérez, Moreno, Rivero y Julián Fernández, entre otros. ¿Será una linda competencia interna para ganarse un lugar?
Obvio que a algunos les tocará entrar a la cancha y los que queden afuera deberán seguir peleándola. Creo que así se hace un equipo. Si los que están afuera están bien le exigen a los que juegan de titulares para que mejoren. Así el equipo crece cada vez más.
En el último receso se mencionó tu apellido vinculado con el interés de Boca, River y clubes del exterior. ¿Esto te inquietaba o lo tomabas como algo normal en la carrera de un jugador? ¿Recibiste alguna propuesta?
De todo lo que se dijo lo tomé normal, tranquilo. Nunca nadie me dijo nada oficial. Obvio que en el fútbol se hablan muchas cosas, algunas son ciertas, otras no, pero uno tiene que tener la cabeza enfocada en su club, en mi caso en Newell’s.
Rematás de media distancia y ya pudiste convertir. ¿Es algo que buscás como un plus a tu juego de mucha dinámica?
Es algo que me pide Frank, que al llegar al área que esté atento porque siempre quedan pelotas para rematar. Creo que puedo hacer más goles, pero tengo que estar más tranquilo a la hora de definir.
¿Te gusta la aviación?
Me falta la licencia, mi viejo y mi hermana son pilotos. Yo aún no. Me gusta volar y comencé el curso, pero lo dejé porque no me daban los tiempos. En el futuro lo voy a retomar.
La AFA suspendió los descensos por un par de temporadas. ¿Le puede quitar competitividad a los torneos o es una medida atendible por esta emergencia?
Nosotros en Newell’s pensamos siempre en estar lo más arriba que se pueda. Nuestro objetivo siempre es llegar lo más alto que podamos como fue este año y así serán los próximos también. Creo que ese es el objetivo de Newell’s.
La gente comenzó a ilusionarse sobre poder conseguir cosas importantes. ¿Ves que se está gestando un equipo que puede marcar un gran momento?
Creo que sí. Porque tenemos con qué.
Volvió Pablo Pérez, que juega en tu puesto, ¿es un jugador del que podés aprender de toda su experiencia, tanto vos como tus compañeros?
Sí, a Pablo lo miraba jugar siempre, ahora entreno con él y trato de aprender. Es un jugador que juega en mi puesto, creo que aprenderé mucho de él y además es muy buena persona.
¿En tu puesto, qué jugadores mirabas además de Pablo Pérez?
A mí siempre me gustó Enzo Pérez cuando jugaba de volante externo y también Nico Domínguez, que estaba en Vélez con Heinze. Somos de la misma categoría, los dos 98, y siempre nos enfrentábamos contra Vélez.
¿Un deseo para lo que viene?
Uno siempre tiene las ganas intactas de jugar. Cuando vuelva el fútbol vamos a estar más felices que nunca, con unas ganas bárbaras de poder empezar.
>> El envión de la primera local
¿Te gustaría primero terminar de asentarte en la primera de Newell’s y recién después si se da la chance de emigrar hacerlo?
El fútbol tiene un montón de vueltas, pero a mí por todo lo que me dio y por cómo me formó como jugador y como persona me gustaría tener una alegría linda con Newell’s y creo que lo podemos hacer. Tengo la cabeza enfocada en Newell’s.
¿Cuándo llegaste a Newell’s?
En el 2014 y tenía 15 años. Jugué desde la 7ª y pasé por la primera local, donde jugué un montón.
¿Jugar en la primera local de la Rosarina te ayudó a madurar?
Seguro, a mí la primera local me sirvió un montón. Porque era un momento que no sabía qué hacer, si seguir o no. Y me lo tomé con muchas ganas y me ayudó mucho en cuanto al roce y al carácter. Antes no era mucho de meter el cuerpo e ir a trabar y la local me sirvió para esa parte del juego.
¿Dudaste en seguir jugando en ese momento?
Tenía 18 años y estaba en la primera local y me sentía bastante mal. Uno ve que por ahí parece que el sueño se va. Y ahí jugué unos partidos en la local, lo empecé a tomar de otra manera y luego logré jugar unos partidos en reserva con Juan Pablo Vojvoda, que me potenció mucho. Y desde allí arranqué la subida. Vojvoda potenció a un montón de chicos.