El sábado, Argentina y Gales se cruzarán en uno de los partidos de cuartos de final del Mundial de Rugby Francia 2023. La última vez que se enfrentaron en un Mundial fue hace 24 años, en 1999, en el duelo inaugural, nada menos, y como sucede en la gran mayoría de las gestas argentinas hubo un rosarino. En esa oportunidad fue Octavio Bartolucci, wing de Atlético del Rosario, quien fue parte del plantel argentino que enfrentó a los Dragones Rojos y disputó esa cita ecuménica, en la que Los Pumas pasaron de mendigos a millonarios.
Porque previo al certamen, en cuatro años de preparación, Los Pumas ganaron solo tres partidos de 18 tests importantes (Inglaterra 33-13, Australia 20-18, ambas en Buenos Aires; y Escocia 32-21, en Murrayfield), más allá de que las estadísticas son injustas ya que no dejan percibir las mejoras que tuvo en aspectos del juego como la preparación física, una mayor dinámica en los movimientos y la inclusión de los backs en el juego colectivo.
Pero si por algo van a ser recordados esos Pumas —más allá del lugar que ocuparon en la tabla— es por el culebrón que protagonizaron antes de salir donde hubo de todo, desde dos entrenadores que cesaron en sus funciones, tres jugadores confirmados que fueron desafectados (Ezequiel Jurado, Facundo Soler y Pablo Camerlinckx) y dos jugadores suspendidos (Pedro Sporleder y Mario Ledesma) que recibieron el visto bueno de la Urba para poder jugar el Mundial. No obstante, esos Pumas hicieron historia.
“Me acuerdo que con Gales fue un partido muy parejo, que inclusive podríamos haber llegado a ganarlo. Nos faltó tener la experiencia para jugar un partido así y en el contexto en que se jugó. Fue el estreno del Millenium, un estadio muy grande, para 74.500 espectadores. Excepto unos pocos que ya tenían una experiencia mundialista, para el resto fue todo novedoso. Después, el partido ante Samoa lo jugamos en Stradey Park, en Llanelli, una cancha como si fuera la del CASI, un estadio con una tribunita donde la gente pudo hasta entrar a la cancha a saludar… parecía un partido para 15 mil personas o menos”, remarcó el Caña, quien ocupó una de las puntas en el equipo argentino.
Dice la crónica del partido con Gales “el estado de ánimo de los 72 mil galeses que poblaron el Millennium Stadium cambió notoriamente pasando de la algarabía al silencio extremo”.
Se sorprendieron. Por cómo veníamos nosotros, no estábamos en los papeles de nadie, menos aún para llegar a clasificar. Estábamos entre los ocho y diez del mundo y en ese Mundial terminamos quintos. Tuvimos muy buenos partidos como contra Escocia y el de Irlanda, que fue inolvidable.
¿Dónde creés que estuvo la clave para que ese Mundial marque un antes y un después en la historia de Los Pumas?
Sí, es así, marcó un antes y un después. Tras ese Mundial todo fue distinto. Fue el comienzo de un cambio. En el equipo había muy pocos profesionales, hoy es todo diferente, no solamente son todos profesionales, sino que además tienen una competencia bárbara… pueden jugar contra Nueva Zelanda dos veces por año, yo estuve ocho años en Los Pumas y jugué solamente dos partidos. Ese roce te hace nivelar para arriba. Ya en 2003, de los 15, 12 eran profesionales con dos o tres temporadas en esa condición y en 2007 hubo jugadores con cinco o seis años siendo profesionales y estaban a la altura de todos. Después, competir contra Sudáfrica y Nueva Zelanda es muy difícil. Son países donde el rugby se respira y se lleva en la sangre y tienen una contextura física que es difícil de contrarrestar.
El galés también respira rugby…
Sí, pero no tienen tanta potencia física. Son anglosajones, no tienen la genética que tienen los sudafricanos o los kiwis que son muy fuertes.
¿Cómo viste el desempeño de Los Pumas hasta acá?
El partido contra Inglaterra fue malo. Había muchas expectativas. Todos pensaban que se les ganaba fácil y sin embargo los ingleses demostraron que no hay favoritos. Sin estar en su mejor momento, fíjate donde llegaron. El partido contra Samoa me dejó conforme y no se jugó lindo para nada. Se ganaron todos los lines, todos los scrums y nunca tuvo comprometido el resultado. Aparte se jugó con lluvia y enfrente estaba Samoa… para mí es muchísimo. Y contra Japón demostró que está la pelearla.
¿Cómo se trabaja de cara a un partido tan importante?
Creo que la experiencia en este tipo de partidos es muy importante. Yo no tenía experiencia en mundiales y sinceramente es como un primer examen, siempre es difícil. Cuando tenés experiencia, es un plus. En el Mundial de Gales, éramos muchos los que no teníamos esa experiencia… me acuerdo que estaba ansioso, dormía mal…
Se habla mucho de hacer cambios. ¿Vos que pensás?
El entrenador ve algo más que nosotros que estamos acá sentados frente al televisor. Hay muchas cosas que ve, el que está mal del bocho, bajoneado, con alguna contractura, ve todo. Esto pasa también en los clubes, que siempre se cuestiona si se pone a uno o a otro y después te enterás que hubo situaciones por las cuales tomó esa decisión. Cheika no es tonto, por algo los pone. Está viendo algo que desde afuera no se ve.
¿Hasta dónde crees que pueden llegar Los Pumas?
Creo que hasta semifinales. Siguiendo la línea de lo que pienso, ahí nos cruzaríamos con Irlanda o Nueva Zelanda. El equipo está bien, pero en el nivel de Argentina. Estamos lejos de ganar un Rugby Championship, imagínate un Mundial. Le podemos ganar a los All Blacks, pero a la semana siguiente no podés ni caminar porque hacés un esfuerzo físico y mental tremendo. Yo siempre digo que esto es como el tenis. A Djokovic le podés ganar una vez, después olvídate. Hay equipos que están un escalón por encima del resto. Hoy Irlanda, Sudáfrica y Nueva Zelanda para mí están mucho mejor que Francia.
Pero arrancó mejor…
Con Nueva Zelanda jugando un mal partido, los franceses le ganaron de pedo. Francia está bien, es innegable, pero para mí los otros tres son superlativos. Es más, si tendría que elegir un rival para jugar sería Francia, sin dudas.
Con equipo confirmado
Para el partido ante Gales del sábado al mediodía, que tendrá al sudafricano Jaco Peyper como árbitro, Cheika confirmó el equipo con Thomas Gallo, Julián Montoya y Francisco Gómez Kodela; Guido Petti y Tomás Lavanini; Juan Martín González, Marcos Kremer y Facundo Isa; Tomás Cubelli y Santiago Carreras; Mateo Carreras, Santiago Chocobares, Lucio Cinti y Emiliano Boffelli; Juan Cruz Mallía. En el banco de relevos estarán Agustín Creevy, Joel Sclavi, Eduardo Bello, Matías Alemanno, Rodrigo Bruni, Lautaro Bazán Vélez, Nicolás Sánchez y Matías Moroni.