Con el lema “80 años cumpliendo”, Borgonovo Publicidad celebra ocho décadas de historia como una de las agencias más prestigiosas de Rosario y la región. El aniversario llega acompañado por una campaña que pone en valor su recorrido sin perder de vista el futuro, bajo un mensaje que resume su filosofía de trabajo: “Haciendo grandes a los demás, nos hicimos grandes”.
La consigna funciona como una síntesis de su identidad y de un método propio que le permitió atravesar distintas épocas, tecnologías y plataformas, manteniendo vigencia en un sector en permanente transformación.
Un festejo con anclaje en el presente
El inicio de los festejos tuvo lugar en el PEM, el festival de marketing más importante de la región. Allí, Borgonovo fue sponsor del espacio VIP del evento, donde reunió a clientes y referentes del sector en una propuesta que combinó encuentros, juegos y momentos de celebración compartida.
El Método Borgonovo
En diálogo con Brindis TV, integrantes del equipo profundizaron sobre el llamado “Método Borgonovo”, uno de los diferenciales que explican su permanencia y prestigio. Según explicaron, el modelo se sostiene en cuatro ejes centrales: disrupción con método, tradición + innovación, atención personalizada y adaptación constante.
Estos pilares se traducen en una serie de premisas que guían su trabajo cotidiano: "las ideas nacen de la creatividad, potenciadas por procesos claros"; "la experiencia es el punto de partida, no el límite"; "cupo reducido de clientes, vínculos cercanos, soluciones a medida"; y "lo que funcionó ayer puede no ser suficiente hoy".
Un cierre con valor simbólico
Como parte de este año especial, la agencia también presentó “Rosso 80”, un trago propio que será estrenado el jueves 18 de diciembre en El Viejo Balcón (Wheelwright 1815), un espacio con fuerte valor histórico para Borgonovo, ya que allí su fundador mantuvo las primeras reuniones con clientes y comenzaron a gestarse las primeras ideas de la agencia.
El cóctel, elaborado con vermut rosso, Campari, mix cítrico, cedrón y pomelo, se destaca por su color rojo, en clara referencia a la identidad visual de Borgonovo, y funciona como un gesto simbólico que conecta pasado, presente y proyección.
Con 80 años de historia, Borgonovo celebra su recorrido reafirmando una idea central: la trayectoria se construye cumpliendo, pero se sostiene mirando siempre hacia adelante.